➳ Capítulo 14.

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...

—¿Desde cuándo hace tanto calor? —chilló en cuanto cerró la puerta del cuarto tras ella, pero, como había supuesto, Yeojin aún no había vuelto. Las luces apagadas le dieron la clara señal de ello. Llevaba unos días durmiendo fuera por su pequeña discusión y ahora la japonesa no podía sentirse peor.

Aprovechó su soledad para disfrutar al máximo del cuarto. Amontonó su melena entre sus manos y se hizo un recogido alto y desordenado. Camino hacia el cuarto de baño repasó la lección de Piano que había tenido hacía unos pocos minutos y una vez dentro se empapó el rostro con agua, verdaderamente acalorada. Como de costumbre, hizo su rutina de cuidado facial, y tras lavar sus dientes, se colocó una mascarilla que debía de dejar por un tiempo. Volvió al dormitorio. Se puso su pijama más cómodo y disfrutó.
Si bien Yeojin era la mejor amiga que había tenido jamás, estar sola era un verdadero placer para Nozomi.
Hizo una rápida llamada a su hermana y posteriormente contestó un mensaje de su padre de hacía días.

—Veamos... —tomó asiento en la cama y revisó sus redes sociales por un momento—. Nada interesante.

Suspiró y pensó en qué podría hacer, de repente, algo se le ocurrió.

—;Sunghoon está estudiando, Wonjin ha salido con su familia, Yeojin no quiere hablarme, Riki está fuera y el resto de chicos están ocupados. Ésto solo será hoy, así que debería de aprovechar —se dijo, levantándose así de inmediato para ir hacia su armario.

Entre todo el desorden de su ropa mezclada con la de Yeonjun, Nozomi logró hallar lo que estaba buscando. Agarró aquella pequeña caja de madera, decorada con algunas pegatinas de aquellas que compraba cuando era pequeña, una de un arcoiris, otra de un piano y otra de una nube. Tenía algunas marcas de arañazos varios en la superficie rugosa de la tapa, no por que Nozomi no fuera cuidadosa, sino porque la reliquia la acompañaba a todas partes. Vivió junto a ella cada una de las mudanzas y también los viajes espontáneos y, sin embargo, apenas si la había abierto dos o tres veces en su vida.
Porque contenía recuerdos encerrados bajo llave como un remolino de recuerdos el cual, si removía, la volvería vulnerable.
Además, nunca había dejado que nadie viera el contenido del diminuto baúl y ni siquiera éste mismo. Yeojin era la única persona que lo había visto, pero jamás se atrevió a mirar su interior.

Nozomi, cuyos ojos ya estaban algo vidriosos, tomó aire y lo soltó con lentitud. Estaba segura de que llevaba unos cinco años sin abrir aquel tesoro.
Pero lo abrió. Con cuidado, abrió la hebilla de metal y la destapó, observando lo que había atentamente, pues apenas recordaba con claridad las imágenes y recuerdos que contenía.

Y, en efecto, había fotografías. Una cantidad escasa de ellas. Fotografías de Nozomi con su madre y su padre cuando tenía dos, tres y cuatro años, e incluso algunas tomadas en el hospital. Lógicamente no pudo recuperar las que se habían tomado cuando ella nació, pues esas se las quedó su padre en Estados Unidos, como recuerdo de Nozomi, suponiendo que las visitas serían pocas en su época de estudiante, y no sólo por ello sino también por el distanciamiento que comenzaron a vivir desde la muerte de su madre.

Nozomi sonrió al ver una en la que, cuando ella tenía unos dos años, estaba sentada sobre el regazo de su madre mientras el cuerpo delgado de la mayor estaba sobre la banqueta del piano de su hogar, con sus dedos y los de la bebé sobre éste. Tal vez estaba enseñándole a tocar por primera vez.
Aunque Nozomi no recordaba esos momentos en primera persona, como era normal, sentía felicidad al verlos plasmados en las imágenes. Las pocas veces que se había permitido mirarlas había imaginado infinitas posibilidades y situaciones para una sola fotografía.
Revisando con especial atención cada una y pasándolas con sus manos, se percató de que la mayoría de éstas eran en el hospital. Observó la fecha y se dio cuenta de que había sido tomada varios días antes de lo sucedido. Ver a su madre en ese estado de nuevo fue precisamente el recuerdo de por qué ella no había querido volver a abrir aquella caja.

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⏰ Última actualización: Sep 09, 2023 ⏰

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𝐏𝐈𝐀𝐍𝐎 | Park Sunghoon | RESUBIENDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora