➳ Capítulo 2.

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...

Pasaron varios días, el transcurso fue algo confuso, tenía que hablar con múltiples profesores para adaptarse al horario, varias veces con el director... Y sobre todo, instalarse en su cuarto con Yeojin, la que no paraba de quejarse constantemente de que "invadía su espacio".

—Déjame algo de hueco, ¿no? Yo también tengo pósters que quiero colgar —pidió sujetando varios carteles de sus bandas favoritas.

—Claro, claro. —Yeojin rodó sus ojos, quitando algunos de sus cuadros y decoraciones más antiguas—. Entiende que antes estaba sola, extrañaré esa intimidad.
—Te entiendo. Pero por favor, no me traigas ningún novio aquí —rogó.


Nozomi conocía bien a su amiga, sabía lo mucho que le gustaba coquetear con cualquiefa y tener múltiples ligues que finalmente no llegaban a nada.

—Intentaré controlarme. —la más pequeña le guiñó un ojo—. Oh, mañana irás al club de música por primera vez, ¿no es cierto?
—¡Sí! Estoy muy emocionada. Hablé con mi instructora y me dijo que podía seguir yendo a la academia, aunque tuviera otro profesor en el instituto, haciéndose cargo de mis composiciones —comentó alegremente.

—Vaya... Tu vida de verdad gira en torno al piano —habló Yeojin alucinada—. Realmente admiro que puedas tocar con tanta facilidad un instrumento tan difícil, yo apenas toco dos teclas y ya suena horrible —se quejó, lanzándose sobre la cama junto a ella, haciéndola reír.
—He tenido suerte en ese aspecto, supongo. —suspiró. Siempre que recordaba el piano y su afición por este, la recordaba a ella—. Si al menos lo pudiera tocar con mi madre...
—Hey, deja de pensar en eso, sabes que no es bueno para ti. —posó su mano en el hombro de su amiga—. Ella te escucha, lo sabes.

Nozomi asintió, Yeojin tenía razón.
—Iré fuera a por algo de beber a la máquina expendedora, ¿quieres algo?
—Leche de fresa, por favor —pidió.

...

Nozomi se dirigió hasta una de estas máquinas, la más cercana, que se encontraba en el centro del campus, frente a los dormitorios.

Mientras sacaba su zumo y la bebida de Yeojin, pudo ver a Sunghoon salir de la habitación situada justo al lado de la suya.

—Vaya, somos vecinos... —susurró para sí misma, indiferente.

Durante aquellos días, el chico estuvo igual que el primero, hablaban de vez en cuando, con el fin de molestarse entre ellos, pero no mucho más.
Y vaya que si era molesto.

Sunghoon andó hasta esa misma máquina, probablemente con el mismo fin de darle una bebida a su compañero de cuarto, ella simplemente volvió con Yeojin y le dió la leche de fresa. Cruzaron miradas cuando pasaron el uno al lado del otro, y él rodó los ojos cuando ella le sacó la lengua burlona.

—Tenía pensado ir a la biblioteca más tarde —informó Yeojin—. ¿Irás?

—No puedo, tengo clases de piano. En la academia —aclaró, haciendo asentir a Yeojin.
—Por cierto... —de repente, el tono de esta cambió a uno más dudoso, tratando de decir algo, pero pensando que la respuesta sería un no. Nozomi ya se podía imaginar lo que iba a preguntarle—. Este sábado se celebrará una fiesta en el apartamento de Jay, ¿quieres venir?

—No. —sus suposiciones eran correctas, Nozomi no aceptaría ir a una fiesta así como así, incluso sabiendo que se lo pasaría genial, porque prefería quedarse en casa, tocando el piano o pasando tiempo a solas. Las fiestas le estresaban aunque terminara siendo dominada por la música—. ¡He dicho que no! —insistió cuando Yeojin trató de convencerla, mirándola de manera tierna.
—Oh, entiendo, quieres que lo hagamos por las malas. —de repente, Yeojin posó su bebida sobre el escritorio y arrastró a la fuerza a Nozomi fuera de la casa, ella dejándose hacer—. Si quieres hacer un berrinche, hazlo con el riesgo de que cualquier estudiante pueda verte, no entraremos hasta que accedas.
—¡Yeojin! Sabes que tengo clases en dos horas y ahora tengo que estudiar para química, ¡Por favor!
—No hasta que me asegure de que irás. —con una sonrisa maliciosa, la chica le guiñó un ojo.
—¡No lo haré! —gritó Nozomi, a la vez que alguien más.

𝐏𝐈𝐀𝐍𝐎 | Park Sunghoon | RESUBIENDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora