...
—Oh, ¡no me gusta para nada este uniforme! —se quejó con disgusto mientras desayunaba junto a Himari, sentada ante la mesa de su hogar que aún estaba repleto de cajas y maletas.
—Pues a mí me parece que estás adorable —le respondió divertida—. Es algo diferente a los que solías vestir en Japón.
—Allí tenía catorce años cuando llevé el último... en Inglaterra ni siquiera llevé, y los de China eran espantosos. —Nozomi le dió el último mordisco a su manzana, para así levantarse y agarrar su mochila repleta de libros.—En cualquier caso, a mí me encanta ese chaleco de punto. Oh, por cierto, no te olvides de recoger tu llave para los dormitorios —le recordó.
—¿Dormitorios?Nozomi miró a su hermana con cierto pánico en la mirada, alzando sus cejas, con ambas manos en sus caderas. La mayor aguantó la risa y se encogió de hombros con culpabilidad, pero Nozomi sabía perfectamente que no se sentía culpable.
—¿No te lo comenté? Hay alojamiento para los estudiantes que vivan lejos, y aunque no es así, creo que sería lo mejor para ti. Te apunté con Yeojin.
Nozomi suspiró, no podía hacer nada y tampoco era algo tan malo.
Al menos aún no había deshecho sus maletas.—Al menos es con ella. Está bien, ¡me voy! —se despidió con un ademán, y salió corriendo del lugar sin ni siquiera cerrar la puerta.
—Esta chica... —Himari negó con la cabeza, se aproximó y cerró.
...
Nozomi caminó hasta su escuela, estaba a unos quince minutos andando, por lo que no se cansó demasiado, aunque de por sí últimamente sus piernas estaban algo cansadas por tanto movimiento.
Se sorprendió al verla por fuera ya que anteriormente no había tenido ocasión de hacerlo. Era un edificio bastante grande, de aspecto elegante y algo antiguo, pero esperaba que por dentro estuviera reformado, lo imaginaba, pues el director poseía una gran fortuna según fuentes de internet.El patio era muy grande, e incluso pudo divisar como de este gran edificio partían hacia el lado izquierdo un montón de puertas que supuso que eran los dormitorios. Había cuatro pisos para estos. No se imaginaba algo así ya que apenas acababa de enterarse de que podía vivir allí, pero desde luego que le gustó a simple vista.
Decidió entrar, aún faltaba bastante para sus clases y es que, como siempre, Himari había hecho de las suyas, despertándole una hora antes de lo previsto y mintiendo con que llegaría tarde. Ya que tenía tiempo, observó su nuevo "hogar" todo lo que pudo.
Nada más entrar había unos pasillos lujosos y relucientes, con taquillas que cada alumno tenía decoradas a su gusto, algunas con fotos de ídolos famosos, otras con pegatinas relacionadas con series, dramas o películas... Incluso algunas con fotos de parejas, que Nozomi supuso que serían las dueñas de estas taquillas. Atravesó ese pasillo y se encontró en la izquierda y derecha con más taquillas aún, lo que le hizo comprender que había una gran cantidad de estudiantes, en el piso de arriba estaban las clases, así que bajó de nuevo a la primera planta para encontrar a Yeojin.
—¿Dónde se habrá metido esa mocosa? —susurró para sí misma, frustrada. Rodó los ojos, sabía que la chica se perdía con facilidad, y era tan pequeña de estatura que más de una vez se le dificultó verla entre la gente.
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𝐏𝐈𝐀𝐍𝐎 | Park Sunghoon | RESUBIENDO
Fiksi Penggemar𝐏𝐈𝐀𝐍𝐎 | Ellos eran como dos gotas de agua, pero totalmente desiguales. Tenían un mismo propósito, expresado en artes completamente distintos que aguardaban un significado compartido. ⸺¿De verdad tocas el piano? ⸺preguntó el niño de mirada soñad...