El comienzo de algo más que simple amistad

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-¡Tania Nevor!- Valeska exclamó furiosa mientras le lanzaba una mirada asesina a la joven de colitas que se encontraba sentada frente al escritorio de aquella mujer con una actitud totalmente relajada.

-Ese es mi nombre.-

Valeska carraspeó, esa niña la volvía loca.

-¿Dónde estuviste estos días? Exijo una explicación detallada.-

Tania alzó una ceja, todas sus compañeras la miraban negando con la cabeza, de las cuatro ella era la más imprudente y eso lo demostraba, no tenía ni un poco de miedo para hacer lo que quería frente a la líder del escuadrón.

-¿Quién eres para exigirme algo así? ¿Mi madre?- Tania suspiró. -Ya ni ella se preocupa tanto por mí, así que deja, no pienso decir nada.-

-¿Quieres un castigo?-

-Adelante...- Tania bostezó, aún seguía con sueño, dormir en la reunión de la UESI le había ayudado pero de todas maneras tenía que recuperar las horas perdidas de sueño. -Dame lo mejor que tengas.-

La mujer frente a ella apretó las manos en puños, sabía mejor que nadie que los castigos no servían para nada en Tania, fuese como fuese aquella joven siempre conseguía salirse con la suya evadiendo todo.

-No va a funcionar Valeska.- Henna bebió un poco de su café. -Será mejor que te des por vencida.-

-Déjala.- Romina se dejó caer en uno de los sofás del despacho. -No creo que haya hecho nada ilegal, ¿ o sí?-

-Romina, hablamos de Tania, pudo haber saqueado un banco sin problema.- Emma se sobó la cien, fuera lo que fuera era mejor para su compañera arreglar ese asunto con Valeska, pero tal parecía que Tania realmente no iba a decir nada.

-Pude.- Tania subió los pies al escritorio de su mentora haciendo caso omiso a la mueca de desagrado por parte de esta. -Pero no lo hice, juro solemnemente que aunque mis intenciones no son buenas me comporté.-

-¿Qué me garantiza eso?- Valeska seguía insistiendo.

-¿No confías en mí?- Tania hizo una expresión de falso dolor.

-No.-

-Auch.- Romina se mordió el labio para no reír. -Eso fue un golpe bajo.-

Tania bufó.

-Como sea, ya te dije que no hice nada malo. Solo me dediqué a vagar, ¿sabían que hay una muy buena cafetería en el centro comercial?-

-¿Cafetería?- Los ojos de Henna brillaron de felicidad, su única debilidad era eso, café.

-Compórtense por favor.- Valeska tronó sus dedos poniendo orden nuevamente en el lugar. -Ahora, Tania...-

-¿Qué?-

-¿Cómo que qué?-

-Pues sí, ¿qué quieres?- Tania se cruzó de brazos, realmente esto se estaba poniendo muy aburrido.

Valeska tuvo que respirar profundamente para no hacer algo en contra de su pupila quien cada vez se ponía más y más rebelde.

-Necesito que me digas donde estabas.-

-¿Por qué quieres saber?- Tania hizo una mueca. -¿Qué tal si me la pasé en un motel? ¿Me vas a decir que también quieres los detalles de eso?-

-¡¿Estuviste en un motel?!- Romina saltó de donde se encontraba sentada. -¿Por qué no invitaste?-

Tania soltó una risa.

-No estuve allí, pero ahora ya sé que debo llamarte cuando vaya.-

Valeska se aclaró la garganta y Tania puso los ojos en blanco.

ND Una danza de asesinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora