𝐀 𝐟𝐫𝐢𝐞𝐧𝐝 🌻

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La última carta que había recibido lo había dejado con duda, ¿Era un poema? Si era así, no rimaba para nada, pero sin duda la chica era buena con las palabras.

Le gustaba leer una y otra vez las dos cartas que anteriormente había recibido.

Tal vez debía dejar una respuesta de agradecimiento. Pero primero iría a visitar su lugar de relajación. La biblioteca. Una maravilla para un ratón de biblioteca como él.

Se colocó los auriculares y los conectó a su celular, reproduciendo así su playlist en aleatorio. Empezó a sonar esa canción que tanto le gustaba, suavemente sus labios iniciaron con un suave tarareo.

Tomó un libro de la estantería, y se dispuso a tomar asiento en una de las mesas asignadas a los lectores recurrentes.

Todas las mesas se encontraban ocupadas, por lo que optó por ir a una en la que solo había alguien.

Un chico que se le hacía extremadamente conocido.

—Con permiso— dijo, para luego sentarse en la silla contigua a la de él.

El joven azabache lo miró confundido, Killua pudo notar que también llevaba audífonos.

Se quitó uno de ellos para luego restregar uno de sus ojos.

—¿Uh?

Su voz también se le hacía muy familiar.

—Eh... Hola, me sentaré en esta silla a leer, si no te molesta por supuesto— musitó con incomodidad, no se sentía bien hablando con alguien extraño.

—Yo...— miró su libreta, parece haber estado escribiendo algo, no pudo leer de que se trataba, pues el chico extremadamente nervioso la cerró de inmediato.

Rascó su nuca aún con los nervios palpables, y esto hacía que al Zoldyck se le contagiase ese sentimiento.

Pero ese ademán... está seguro de que lo ha visto en otra parte.

—Disculpa, ¿nos hemos vist-

—Puedes sentarte, yo estaba de salida, ¡adiós!— interrumpió rápidamente para después levantarse e irse del lugar, dejando aturdido al ojizarco.

Con algo de molestia decidió restarle importancia, así que tomó asiento y se dispuso a sumergirse en la maravillosa obra literaria que desde hace tiempo había llamado su atención.

Únicamente la leería ahí, no podía rentar el libro, ya que su contenido era demasiado vergonzoso.

La historia era algo que nadie creería que le llamase la atención.

Era una poco conocida autobiografía de un emperador.

Iniciando con breves historias sobre su estricta educación como heredero de la corona imperial.

Pero en algún momento, el príncipe pareció haber sido cautivado por alguien que siempre se encontró a su lado.

Alguien que por años consideró un amigo.

Se trataba de su sirviente personal y mejor amigo.

Esos capítulos retrataban los sentimientos del futuro gobernante de Japón. De cierta forma, le parecía trágico, ya que su amigo le había comentado que consiguió una novia, a escondidas del palacio, puesto que no se permitían relaciones entre la servidumbre.

A ese punto, se había centrado en narrar el amor tan puro y hermoso que ambos jóvenes parecían tener, más el dolor que transmitía al narrar su primer beso, la vez que le contó sobre su relación con la joven doncella, etc. realmente no le dejaban ver su relación como algo lindo. Sinó como una injusticia, pero ese futuro monarca parecía dispuesto a conservar la felicidad de aquella pareja a costa de la suya.

No hacía más que desear que el sirviente siquiera mostrase interés en el adolorido príncipe.

Un capítulo de amor, narrado por la persona menos indicada, un enamorado que ocultaba sus incorrectos sentimientos por otro hombre.

Quién diría que Killua era fan de la literatura romántica. Solo esa biblioteca y él guardaban el secreto.

O eso creía, ya que sus amigos podían notar con facilidad lo sensible y cursi que podía llegar a ser el albino.

Mientras tanto, otra persona se colaba por una abertura del enorme edificio educativo, dejando como siempre la hoja de papel con los sentimientos que había empezado a expresar.

[...]

¡Ey Killua! ¿hace frío en tu pequeño rincón del mundo?
Podrías dar la vuelta al mundo
y nunca encontrar un alma más cálida para conocer.

Tus suaves cabellos y tus amables ojos me dan a pensar que junto a tí quiero viajar. Descubrir el mundo más allá del pequeño rincón en el que estás.

Enseñarte de lo que por un tiempo te has perdido, y así nuestros corazónes entrelazar.

Oh, te vi junto a la pared
Diez de tus soldados de hojalata seguidos con ojos que parecían hielo en llamas
El corazón humano cautivo en la nieve.

Killua nunca sabrás nada de mi casa.

Nunca sabré lo bien que se siente abrazarte.

Killua, te necesito tanto.

Oh Killua es el otro lado de cualquier línea dada en el tiempo.

Oh, no, Killua, nunca lo sabrás.

¿Alguna vez me recordarás? ¿Alguna vez pensarás en mí como yo lo hago? Alguna vez, si tan solo pudieras voltear, y mirar que estoy detrás de tí.

Y si llega un momento.
Las armas y las puertas ya no te sujetan.
Y si eres libre de tomar una decisión.
Sólo mira hacia el oeste y encuentra un amigo.

En mí, siempre encontrarás a un amigo.

Ten un lindo día, príncipe de cabellos plateados.♡

—GangsterF

Canción: Nikita – Elton John

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Canción: Nikita – Elton John

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