𝐈 𝐥𝐢𝐤𝐞 𝐲𝐨𝐮 🏮

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—Killua, yo

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—Killua, yo... Soy Gon— susurró el azabache de forma casi imperceptible, pero esto pudo llegar a oídos del albino, quien se encontraba semi dormido sobre el césped, evadiendo de esta forma el mirar a su acompañante.

—Vaya...— con somnolencia respondió, sin procesar aún el peso del secreto que se le había revelado.

Gon sonrió, aventurandose a acariciar su mano, tal y como el albino lo había hecho antes.

Este fué el detonante para que Killua entrase en todos sus sentidos y se alejara tanto como pudo con las mejillas ardientes.

—¿QUÉ?

No podía ser, no podía ser él.

No podía.

Sus ojos, a pesar de emanar una vibra alegre y aventurera, no poseían el mismo color, los de Gon, eran de un hermoso acaramelado, un color poco común e intenso, una mirada única. Es como siempre describió los orbes de su amigo de la infancia.

Pero los de ese chico, eran verdes olivo, ojos que no parecían reales, y se veían apagados, ojos que ocultaban algo.

—Tus ojos no...

El azabache volteó dándole la espalda al ojizarco, parecía restregar sus pupilas o algo similar.

Killua con una mirada seria analizaba cada uno de sus movimientos, por más corto que fuese, no puede confiar en un chico que para él es un completo enigma.

El pelinegro volteó, sosteniendo algo entre sus manos, sus párpados cerrados y la cabeza gacha.

—Son lentes de contacto— no le sorprendió el hecho de que los usara, tenía una leve sospecha, pero sin duda algo que sí fué motivo de ello, fué cuando sus ojos ahora naranjas se abrieron, dejando en blanco a Killua, sin duda reconocería esos ojos donde fuese, pero, ¿aún así debía creerle?

¿Por qué Gon tendría motivos para hacer un completo drama su identidad?

Era fácil, Gon no se sentía listo para lidiar con sus emociones, y fué así como otra estupidez más que aún Killua no sabía se había llevado a cabo por su amigo de la infancia.

—Yo... Es mucho que procesar—.

No entendía que hacía en ese lugar, en el pequeño pueblo japonés, en lugar del país que le abrió las puertas para cumplir uno de sus más grandes sueños.

No entendía, por qué se había ocultado de él.

—Supongo que lo es— afirmó sobando su cuello, la mirada perdida de Killua lastimaba cada vez más su corazón con miles de inseguridades que con el pasar de los años empezó a tener.

¿Y si no quiere volver a verme?

¿Qué tal si le doy asco?

¿Debería continuar?

Sus turbulentas mentes maquinaban a velocidad una pregunta nueva sobre el individuo frente a él.

—¿Qué haces aquí?

Killua hizo la primera pregunta, sin mirar su rostro, ya de por sí había sido incómodo hacerlo cuando esa sensación extraña empezó, pero ahora, era imposible, no era capaz de ver esos vivaces iris que por muchos años en lo recóndito de su ser añoró.

—Vine a verte, porque comprendí que no quería viajar por el mundo solo, no era divertido para nada— las manos de Killua se cerraron en dos puños con fuerza y empezó a temblar, tratando de evitar algo de lo que después se arrepintiese.

—¿Por qué?

El silencio tomó poder, pues las siguientes palabras que Gon diría no le permitirían seguir siendo visto como antes, estaba apostando todo, por una pequeña posibilidad.

Necesitaba saber la reacción del albino cuando se lo dijese.

Tomó el mentón del pálido con delicadeza y lo levantó.

Cuando sus miradas se cruzaron, ambos pudieron leer a través del otro el sentimiento que dentro de ellos se generaba.

Incertidumbre.

Un sentimiento humano arraigados a dos latentes y jóvenes corazones orquestados por el miedo a perder nuevamente su felicidad.

El viento sopló fuerte, y un par de gotas empezaron a caer, el suave movimiento de labios que finalmente liberó las palabras que jamás esperó dejar salir.

—Me gustas

Cada vez más cerca del final, aaaa que emoción

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Cada vez más cerca del final, aaaa que emoción.

Dato: En realidad este era el capítulo final, pero me dejó mal sabor de boca dejar un final demasiado abierto así que hice algunos capítulos más.

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