𝐑𝐞𝐜𝐢𝐩𝐫𝐨𝐜𝐚𝐭𝐞𝐝 𝐥𝐨𝐯𝐞 ✒️

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Todo estaba claro, su mente no llegaba a conectar todos los puntos de aquella carta que se le había dado, aún cuando su cuerpo corría frenético al lugar esperado.

Cada vez más cerca.

Killua aún no entiende ese raro sentimiento que ha producido el pelinegro en él, pero siente la necesidad de verlo, tal vez abrazarlo.

¿Por qué la preparatoria era extremadamente grande?

Sentía haber corrido horas, que en realidad solo fueron un par de minutos.

Consultó la hora en su teléfono, que marcaba la 1:20, llegaba diez minutos tarde.

Apresuró el paso casi suplicando que algún ente detuviese a Gon en el lugar citado.

Lo único que pudo ver, fué el naciente cerezo primaveral, mas a los alrededores no había nada más que hojas y césped.

Se había ido.

Una pequeña piedra cayó sobre su cabeza, con extrañeza dirigió su vista al lugar.

—¡Hola!— de una de las ramas algo grande cayó, un chico de cabellera negra que como un gato se estabilizó con sorprendente naturalidad.

El naranja intenso estaba ahí, transparente y alegre, el naranja que tanto extrañó y de él se prendó, el naranja que con dulzura le hacía sentirse extasiado. Ese naranja con un toque de caramelo.

Las puntas verdes y de extraña forma peinada hacia arriba como una forma de rebeldía a las leyes gravitatorias.

Y Killua volvió a tocar su corazón, que palpitaba rápidamente cuál tambor.

—Gon...

El mencionado se sobresaltó y con algo de nervios supo que era momento de empezar a explicar.

—¡Ah! Yo-

—Soy Killua Zoldyck, el chico que te encontró sobre un árbol en ese parque abandonado, no lo supe hasta entonces, pero Gon, te volviste único para mí, aún cuando no pudimos vivir muchas experiencias juntos, realmente aprecié cada instante que pasé junto a ti, realmente aprecié tu amistad— rápidamente interrumpió el albino su hablar y tal como el Freecss había hecho en la carta, se presentó, recordando esos días en los que tuvo su primera amistad con alguien muy especial.

Pero esto había inquietado a Gon, tal vez su apariencia había regresado a ser la misma, pero aún conservaba su inseguridad, desearía ser ese chico de 12 años desvergonzado otra vez. Pero la incertidumbre sobre si era correspondido o no lo estaba sofocando.

El silencio se mantuvo por un tiempo, la tensión de el no poder expresar sus sentimientos en  palabras era molesta.

Killua no era muy bueno con las palabras, lo último dicho por si le había carcomido de la vergüenza.

—Killua, me gustas

Finalmente lo había dicho, esa afirmación con la que empezó todo ya no plasmada en un pedazo de papel, sinó que salió de sus propios labios y el albino al escucharlo sintió la extraña pero cálida sensación recorrer su cuerpo.

Pero las palabras seguían sin salir.

Señaló el suelo y Gon comprendió, ambos se recostaron bajo la sombra del viejo cerezo.

—C-cierra los ojos— ordenó con voz temblorosa Killua, Gon sin reproche obedeció.

Sintió todo su cuerpo siendo apretado por un par de brazos, sabía a quién pertenecían, levanto los suyos y los llevó a la espalda del contrario devolviéndole la acción.

El hombro de Gon empezó a humedecerse por varias gotas de agua calientes, Killua estaba llorando.

—¿Killua? ¿Por qué lloras?— con preocupación Gon dió palmadas en su espalda mientras buscaba una forma de consuelo para él.

—Porque... me gustas, ¡ME GUSTAS DEMASIADO MALDITO IDIOTA!— gritó aferrándose aún más al cuerpo agendo. Las lágrimas salían solas, ¿desde cuándo había empezado a llorar con facilidad? Pero esta vez se sentía seguro, siendo abrazado por Gon, quien parecía haber empezado a llorar también, vaya pareja de llorones.

La primavera había llegado y con ella un par de polluelos salieron de sus nidos y se juntaron para recorrer el mundo, el cambio de estaciones que cada año es espectador de los constantes avances humanos.

Esta vez, fué el cerezo primaveral espectador de dos corazones entrelazados que finalmente se habían correspondido, no hay nada más puro y hermoso que el primer amor, es lo que dicen.

No obstante, no puede ser nada más alejado de la realidad, el primer amor es una montaña rusa de emociones, y eso es lo que experimentaban Gon y Killua en ese momento. Un mar de emociones sin explicación, no era necesaria una respuesta.

El final de esta historia de amor siendo sellada por un beso en la mejilla y dedos entrelazados, sonrisas tontas y sentimientos encontrados.

Un cuento de hadas hecho realidad para nuestros príncipes enamorados.

Un cuento de hadas hecho realidad para nuestros príncipes enamorados

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No me puedo creer que he terminado mi primera historia.

AAAAAAAAAAAAAAAAAAA

Realmente me emocioné escribiendo esto.

¿Qué les pareció? ¿Les gustó el fina?

Aún queda el epílogo y un par de capítulos extra que pueden o no tener que ver con la historia original, tal vez saltos en el tiempo. Solo esperen.

Bueno, aprovecho para pedirles que lean mis otras historias. Puede que tal vez les guste, o no.

Tampoco pude evitar uno de mis Ost favoritos, como es el de Inuyasha, espero que lo pusieran mientras leían.

Era más larga la nota que el capítulo xd

Me despido, hasta la próxima oportunidad, cuídense mucho <3

Love lettersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora