Doce venas y arterias [Harco/Drarry] «FINALIZADA»

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Dobby

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Tras la muerte de Cedric los alumnos se encontraban en un terreno avaricioso, contaban los días para que pudieran volver a casa ya que algunos lo tenían más complicado que otros que ya habían marchado.

Los patios de Hogwarts no parecían tener vida y aunque estuvieran en temporada de estación con pocos grados de temperatura y fuertes lluvias y tormentas hacía más frío que de costumbre.

No había grandes convites como solían hacer antes del fallecer de Weasley, pero reteniendo las ganas de querer renunciar a su puesto como director, éste mismo convocó una reunión, dando paso al investigador de los casos.

—¡Alzar las varitas!

Levantaron algunos vigorosos sus palos de madera y otros como si fueran banderines de una aburrida fiesta.
Dejaron un minuto de silencio para los dos jóvenes fallecidos y después del momento se le introdujo el pase a un elfo, un elfo libre.

—Gracias por aceptar el encargo, Dobby.

—Dobby está agradecido con usted, director Dumbledore, por hacer a Dobby feliz y libre.

Miraron la escena burlones, hasta algunos pensaron que estaba de broma, pero con las miradas penetrantes de los demás profesores no es que sonaran del todo socarronas las risas.

El elfo comenzó a visualizar la sala, era pequeño, con orejas puntiagudas y con zapatos del mismo estilo. Sus ropas estaban rasguñadas y siempre mantenía sus ojos con sus pupilas enormemente grandes.

—Os presento al inspector Dobby. Él interrogará a los primeros sospechosos y para ello, traeremos devuelta un par de semanas a los alumnos aislados en sus casas. Dobby debe entender las versiones de todos vosotros, así que no tengáis miedo cuando os toque vuestro turno, que se verá en el informativo, ya que es como si hablaran con una persona normal.

—¡Pero si es un enano!—chilló un chico moreno al fondo del Gran Comedor mientras sus compañeros se reían junto a él.

Albus suspiró y dejó que el profesor Severus se encargara de ellos, un par de buen libretazos en la cabeza y no soltarían más tonterías por la boca.

—Veinte puntos menos para Gryffindor—se escuchó de un propietario experto en pociones.

—Dobby está orgulloso de poder trabajar aquí, cumplirá con todos sus requisitos director Dumbledore.

Mientras seguían con aquella charla, a Draco y a Harry les tocaba sentarse juntos ya que no dejarían ni que se separaran menos para dormir. Oliver estaba un tanto confundido con la presencia de Malfoy en los Gryffindor pero luego recordaba que tenía que estar ahí por Potter, aunque en poco tiempo se le olvidaba.

A Neville le parecía bien que Draco y Harry comenzaran a llevarse algo mejor, sobretodo por las rivalidades que hubieron, necesitaba algo de paz en su habitación. No aguantaba las discusiones entre Dean y Seamus para al otro lado de la pared cuando intentaba descansar oía a Potter quejándose con Hermione de Malfoy.

Ésta última no se encontraba presente en el Gran Comedor, hace un par de días había salido con Harry y acabó cubierta de agua por la caída de casi granizo que se llevó encima. Con suerte y Harry no estaba de esa forma, él la había visto, la castaña estaba bastante mal en cuanto a salud.

—¿Y Granger, Potter?—le preguntó Malfoy, por muy poco que le gustaba la personalidad de Hermione, ésta estaba prácticamente todo el tiempo con Harry así que se había acostumbrado a su presencia.

—Está enferma, cuando estabas durmiendo salí con ella al patio un rato y nos cayó una nube de lluvia que casi nos congelamos allí.—decidió con su cubierto, pinchar un pedazo de pollo que tenía Draco en su plato y llevárselo a su boca comiéndolo.

—¿Te acabas de comer mi pollo? Además de infantil, rastrero.

Le dio un golpe en el brazo a Harry con algo de fuerza, pero no como para tirarlo de la silla. El de gafas se rió cuando tragó y bebió también del mismo vaso de agua del rubio recibiendo más golpes por parte del otro y estallando en carcajadas susurrables.

Draco recordó que Pansy siempre le decía que si probaba del vaso de otra persona y justo bebía por la misma zona en la que bebió era un beso indirecto. No se lo creía, pero girando su vista a la copa de cristal y no viendo otra marca de labios que no fuera la propia en su interior algo hizo que se pusiera nervioso.

Empezó a sudar por las manos y se repitió a sí mismo que no había compartido un beso indirecto con Harry, aún si fuera la mayor tontería le estaba doliendo la cabeza de la vergüenza y más cuando bajó su mirar a los labios contrarios que se relamían por el agua que aún quedaba en estos impregnada.

—¡Imbécil arroz! ¡Cara salmón! ¡Escupe guantes! ¡Retorcido estofado! ¡Sopla aceitunas!—se abrazó a Harry y escondió su rostro en su cuello. Se estaba muriendo de la modestia que sentía y lo peor de todo es que acababa de improvisar su acción y había hecho algo que lo pondría más nervioso.

Los ojos plata estaban ocultos y los verdes sorprendidos pero no dejó de reírse en ningún momento. Aunque Draco lo quisiera solapar se daría cuenta de que en el fondo era muy adorable equivocando las palabras cuando estaba nervioso.

Si estaba ahí adentrado en su piel sería porque se sentiría protegido, él quería demostrarle lo mismo. Le devolvió el abrazo aunque fueran todavía enemigos y le dio palmaditas en la cabeza como a un perro.

—A ver... Ladra.

—¿Cómo que ladra, Potter? ¿¡Acaso me crees perro!?—dejó sacar el hocico mostrándose ante el azabache.

—Te creo hurón.

—Si serás...—le dio una bofetada suave, no quería lastimarlo literalmente, aunque se lo mereciera y se separó del abrazo, mejor alejados que demasiado juntos.

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→Hermione←

Hermione:
¡Harry! ¿Qué ha dicho el director Dumbledore?

Harry:
Nada demasiado nuevo, solo que algunos alumnos volverían de estar aislados en sus hogares ya que ahora hay un investigador en Hogwarts.

Hermione:
¿Cómo se llama? ¿Es guapo? ¿Alto? ¿Mayor? ¿Cómo lo viste? ¿Podría estar conmigo perfectamente?

Harry:
Hermione, es Dobby.

Hermione:
Retiro todo lo anterior dicho y haré hoy un buen hechizo en mi cabeza para quitarme esos pensamientos malignos de encima.

Harry:
Suerte con ello.

→Hermione←

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Dobby