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Amenazas

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La muerte de Ginny chocó tanto como la de Ron y Cedric en Hogwarts, cada vez las suposiciones de los profesores se desviaban más y no encontraban un posible personal que se encargara de averiguar la más sensata verdad.

La llegada de vuelta a Hogwarts de Pansy también trajo a su ser un poco de confianza en sí misma, por asegurarse de que ella no había explotado una mentira, y vergüenza frente a las demás personas, lo que hacía que Hermione estuviera a su lado siempre y cuando requisara de ello.

Albus había tenido una pequeña charla con los, de nuevo, señores Weasley, los cuales se presentarían ese día en el castillo.

La muerte de Ron los afectó mucho y en cuanto a la lista de fallecidos añadieron a su única hija el matrimonio se descontroló. Querían repuestas y tenían claro ésta pero todavía estaba George que les impedía atiborrar a Harry con insultos o incluso agresiones.

El no podía ser el asesino e inclusive Draco, estaban los dos lo suficientemente juntos como para interrogar a uno de ellos y saber que dice la verdad por las acciones que cumplía con el contrario y viceversa.

—Niego totalmente la demanda que están seguros me van a hacer; nosotros los profesores no tenemos evidencia de maltrato a los alumnos o clase de psicología mental absurdamente sádica como para lavarles la cabeza y hacer que se intenten matar entre ellos. Estamos en un caso totalmente legal y necesito que se vayan de mi oficina y de mi escuela.

—¡No puede hacer eso! Usted es el propietario de esta institución educativa de magia y nosotros le hemos confiado a nuestros hijos, los cuales, dos de ellos han sido vilmente víctimas de uno de sus estudiantes—objetó el pelirrojo adulto.

Albus suspirando ante sus palabras les ofreció un caramelo de limón a lo que los dos rechazaron y se excusaron diciendo que podían estar envenenados.

—Vale, ¿Qué necesitan que haga para que no me demanden al ministerio de magia?

—Queremos que imponga una orden de alejamiento contra Harry Potter sobre nuestra familia y que lo expulse de Hogwarts. Además, requerimos que cuando sea mayor de edad lo envíen a Azkaban.

—Señora Weasley, siento decepcionarla pero yo no soy un juez que pueda concederle el gusto de una orden de alejamiento o de un envío a Azkaban. En cambio la expulsión, ¿Por qué la necesitan?—se posicionó en su silla con cuidado, su estado anciano le estaba costando caro.

Molly cruzó sus brazos contra su pecho y rechinó en otra dirección.
Arthur que se veía más calmado que su mujer habló con delicadeza, cuidando sus palabras para no obviar la aclaración.

—Creemos mis hijos, mi mujer y yo, que Potter ha sido el causante de las muertes de nuestros sucesores. Entendemos que siempre le ha tenido envidia a nuestro hijo ya que era su mejor amigo.—puso comillas con sus dedos—Y con Ginny pensamos que le tenía demasiado aprecio que decidió vengarse de nosotros de una doble forma cruel quitándonos a nuestra hija. Le dejamos las puertas abiertas de nuestra madriguera y nos lo pagó con un cuchillo en la piel de nuestros descendientes.

El director se aclaró la voz y parpadeó un par de veces, suspiró y se levantó de la silla observándolos.

—Es absurdo lo que están tratando de decir, si tienen algún conflicto con el joven Potter deberían de hablarlo con él.

Arthur y Molly, con cara de póker, partieron de la dirección de Albus y buscaron como pudieron a Harry, lo colocarían en su sitio antes de volver a su hogar. El despacho quedó vacío y con un silencio impagable el cual Dumbledore escucharía todo el día agradeciendo un poco de paz.

Doce venas y arterias [Harco/Drarry] «FINALIZADA»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora