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Interrupciones

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Poco a poco el colegio de Hogwarts parecía ser un manicomio y el ministerio de magia estaba drásticamente pensándose a la perfección en desahuciar a Dumbledore y vender ese castillo, además de echar a todos los alumnos, pero claro, para ello tendrían que encontrar primero al villano del asunto.

El investigador de este caso no avanzaba nada ya que no habían pistas, ni rastros, ni huellas que ubicar por entre los objetos cuando fallecieron las víctimas, Albus estaba estresado con este tema.

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A los dos días del fallecimiento y entierro de Cho, sus padres demandaron a la escuela y los nervios estaban a flor de piel para los magos y brujas.

Aunque a Harry y a Draco al parecer no es que les importara demasiado Hogwarts en ese momento. Esa conexión que tuvieron produjo muchos cambios en el interior de Harry y Malfoy no asumía todavía que el chico estuviera de esa forma con él.

→Pansy←

Draco:
Es que no te lo imaginas Pans.

Pansy:
Lo sé Draco, ya me has dicho más de cinco veces que Potter estaba mirándote de una forma encantadora y dispuesto a comerte la boca.

Draco:
Es que me sorprende, no quiero parecer un desesperado, pero me gustaría probar por una vez sus labios, solo por una vez.

Pansy:
Niño enamorado que no entiende ni sus propios sentimientos, debo marcharme, te hablaré más tarde.

Draco:
De acuerdo, adiós Pansy.

Pansy←

¿Y cómo se había conseguido comunicar con Pansy? Resultó que Dumbledore acabó por activar los mensajes privados entre alumnos y así quizás de entre esos mensajes que supervisaban podrían encontrar algo de valor para la investigación.

Al poco tiempo del final de la conversación entre él y Parkinson guardó su teléfono en su bolsillo y esperó a que Harry saliera de la sala común de Gryffindor. Jugando con sus propios dedos avanzó un par de pasos analizando la situación que tenía su mejor amiga y a mayores sobre la adivinanza del desconocido, le dolía la cabeza de solo pensar en aquello de nuevo, quería distraerse un poco y quizás Harry era lo que necesitaba para hacerlo.

De un momento a otro chocó con el azabache que no había visto ni escuchado frente a él. Potter al sentir al Slytherin chocarse se percató también de algo más, todas las confusiones y diversidades de inconsciencias que se mantenían volando en su mente estaban en parte conectadas con Draco.

No era el mejor lugar para pensarlo, pero siempre se había preguntado porque a veces actuaba de una manera extrañamente satisfactoria para el de gafas.

Malfoy se alejó un par de pasos atrás, no quería incomodar o invadir su espacio personal, sobre todo con el golpe que se había metido al chocarse con Harry.

—Potter, ¿Puedes dejar de utilizar la capa de invisibilidad cuando estoy pensando?

—¿Tu también te pierdes en tus pensamientos?—se acercó a él para, subiendo su mano, aunque la cerraba en un puño cada vez que ascendía, acarició la frente del rubio, comprobando si había alguna lesión, a pesar de que era obvio que no.

Un rubor fugaz hizo del Malfoy sentirse pequeño y acogido pero no era como si quisiera apartar la vista de lo que el contrario estaba haciendo. Con algo de valentía posó la palma de su mano sobre la del león transmitiéndole ese frío natural de la sangre que corría por las venas y arterias de su cuerpo. Su miocardio se negaría a trabajar si seguía bombeando tan rápido su corazón.

Potter se dispuso a cambiar de lugar con su mano y de su frente pasó a su mejilla, mientras su dedo pulgar parecía no cooperar con su cerebro e iba por si solo hasta el labio inferior del de ojos claros para acariciarlo.

Draco, entreabriendo un tanto sus labios, dejó su otra mano en el hombro de Harry y esperó a que realmente hubiera algún movimiento por parte del azabache.

Los dos se acercaban un poco más despacio de lo que les hubiera gustado y de no ser por una interrupción hubieran unido sus labios en un beso.

—¿Draco? ¿Potter?—Un chico cargando unos libros se les paró frente a ellos, mantuvo su compostura pero la llegada de su amigo chafaría sus planes.

—¡Theo estate quieto!—saltó sobre los hombros del Slytherin un moreno de alta estatura.

Era obvio que Harry y Draco ya se habían separado hacía un par de segundos como si fuera aquello realmente necesario. Su pecho se fundía en una pequeña rabia interna gracias a no dejarlos terminar lo que estaban empezando, pero no podrían juzgarlos, eran ellos los que estaban en el medio del pasillo.

—¿Te vas?—cuestionó el Gryffindor al ver a su acompañante rutinario alejarse hasta llegar con sus compañeros.

—No siempre voy a estar contigo, dame un par de horas, volveré para la cena Potter—intentó sonar socarrón, que no visualizara el sonrojo que le había marcado por lo de hacía un par de momentos.

Blaise y Nott saludaron a su amigo y se despidieron de una forma brusca del de gafas. Por primera vez se sentía débil e intentaba resguardarse todo lo necesario de su cabeza en ésta y no soltarlo, retenerlo por siempre. Apretó sus labios e hizo crugir sus dedos; la sensación de no haber completado el puzzle que formarían las piezas de tanto el rubio como él al chocar bocas hacía que una especie de ácido revolcara por su intestino.

Suspiró, no era la mejor opción enfadarse, mucho menos en las condiciones en las que estaban, pero lo que más se preguntaba a sí mismo era que pasaba consigo.

Se preguntaba porque se le aceleraba el corazón al ver a Draco, porque quería tocar su pelo y notar lo sedoso que moraba o porque tenía el impulso de querer probar de su boca. Las cuestiones se iban y venían pero lo primero que se cuestionó era si hablar con su mejor amiga o no.

Realmente se dio cuenta de que tenía que averiguar que significaban aquellas mariposas en su barriga por sí mismo; tenía un leve presentimiento de lo que se le venía y quería negarlo rotundamente.

Quizás si habían estrechado lazos entre el Slytherin y él pero a tal punto de querer besarlo era una cosa que no aceptaría. En un principio inquiría que era por una atracción que sintió con el rubio, pero cuando lo tuvo tan cerca y con aquellos bobos ojos que dejarían ciegos de su belleza a cualquiera comprendió que algo fallaba.

No obtuvo respuesta por su corazón pero lo dejaría marchar, no quería más de esa información en su mente. Malfoy era Malfoy y seguiría siendo ese enemigo con el que ahora tenía que convivir todos los días; importunamente decidió no dirigirle demasiada confianza en cuanto a palabras se tratara para asegurarse de que se olvidaría de lo que hubo sucedido.

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Interrupciones

Doce venas y arterias [Harco/Drarry] «FINALIZADA»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora