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Estrellas

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Subiendo las escaleras ajetreadamente los dos chicos llegaron a su destino, la torre de astronomía en donde no había ni un solo alma merodeando por el paraje.

—Mira ven.—atrajo al Gryffindor hasta el barandal de la torre.

Siendo arrastrado por Draco observó como podía las estrellas iluminadas en el cielo, las constelaciones pronto formadas en la oscuridad del espacio y la luna creciente a un costado sobre el agua. Reflejaban estas luces sobre el paraíso frente a ambos, flora y fauna rodeada alrededor del lago. Girando un poco sus pupilas hasta la serpiente pudo detectar los azulejos irromplibles que permanecían como su iris, resaltando cada pedazo de luz en posiciones específicas.

Una pequeña sonrisa boba se coló de improviso interrumpiendo la calma con latidos retumbando su pectoral. Pasó su mano en ese momento sobre el cabello de Draco manejándolo a contra viento.

—Potter, no te di permiso de tocar mi pelo.

—Tampoco me diste permiso para que te viera de una forma diferente a la que te veía.

Mordiendo su propia lengua dentro de su boca bajó un poco la cabeza con sus pómulos más colorados que antes, el frío del aire contra sus párpados hacía que quisiera acurrucarse contra una manta.

—Son bonitas...—murmuró contra los luceros en el cielo, bajó la mano hasta el hombro de Draco y lo acercó un poco a sí mismo.

—Lo sé, te arrastré aquí para que las admiraras imbécil.—sintió en sus labios una presión que lo hizo callar.


Abrió sus ojos anonadado, dos piezas de puzzle que encajaban en un beso podía admirar con sus pupilas. Mataría a Potter después de todo lo que le quitó, la cordura, el orgullo y la ausencia de sentimientos románticos, pero no por ello desperdiciaría un beso. Correspondió al movimiento feroz del Gryffindor posando una de sus manos sobre la contraria en su cintura, ni cuenta se dio de aquel atrevimiento.

Fue cerrando los ojos con lentitud mientras las manos de la pareja de chicos se enredaban en sus cabellos simultáneamente. Fueron mordiendo los labios a partes iguales batallando por obtener en algún momento acceso a la cavidad bucal de alguno de ellos.

—Espera, Potter...—separó un poco al de gafas relamiéndose sus labios en el intento de mantener la compostura—Antes de seguir, quería que me dijeras exactamente lo que sientes al hacer esto—Bajó la vista a su propia ropa acomodándosela.

—¿Eh?

Dándose un golpe en la frente soltó un suspiro rodeando con sus brazos el cuello del de ojos verdes. Iba a tener que empezar a pensar un poco si eso acababa yendo a más.

—¿Qué no entiendes, Potter?

—No entiendo tu pregunta en específico.

—Pues antes de besarme empieza a pensar un poco con la cabeza, cara rajada.

Se distanció de Harry dando media vuelta hacia la ponzoñosa puerta de madera que le depararía su vuelta a la sala común. Sin ningún ruido o palabra que quisiera salir de su boca, acomodó su túnica al pecho con la cabeza siempre en alto mientras salía de la torre y bajaba las escaleras.

Doce venas y arterias [Harco/Drarry] «FINALIZADA»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora