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Soledad

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Con un aire de penumbra caminaban los estudiantes por el colegio, como era normal, corriente en esos tiempos. Sacudió la cabeza con los pensamientos en vano, le dolía la cabeza de tanto pensar, meditó sobre un mensaje remitente que esperaba llegar a su receptor. Todavía no se creía la ocasión reciente divulgar entre sus compañeros de clase y casa, los mandaba callar dentro de sí mismo pero la real sucesión era que tenía miedo de no despertar del sueño de su realidad.

—Lo siento mucho Harry.

—Debe de ser duro.

—Mi más fiel pésame.

Palabras demoledoras invadían sus oídos y los llenaba de roña, esas condolencias debían ser transmitidas a sus progenitores, no a él. Después de todo, conseguía permanecer cuerdo y no sabía el como, quizás solo necesitaba vengar a Draco y por fin dejar de sentirse de esa forma. Tuvo entonces una idea, como si una bombilla parpadeara sobre su cabeza, recordó las palabras de Draco y decidió poner fin a su rival.

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—¡Dobby!—gritó su nombre con cólera.—¡Estúpido elfo, sal si eres tan valiente!

Posó sus pies al final de las escaleras que había subido; una torre con telas de araña y sin rastros de los provenientes de ellas lo esperaba ahí. Pensó en aquel lugar de frío entorno como guarida del elfo cuando le preguntó al director, sentía como si viviera en un libro sin contraportada.

—Joven Potter...

Dejó ver sus trajes y orejas puntiagudas, érase un elfo con un nariz pegado, con los zapatos acumiados en los extremos y con unos ojos saltones disparatados.

Respiró con pausas, furor, aversión... No quiso detenerlo tan rápidamente, concluyó con una pequeña ronda de preguntas.

—¿Para quién trabajas realmente?—Introdujo su mano en el interior de su bolsillo cogiendo con sus dedos su varita sin extraerla del orificio de su pantalón.

—Dobby lo lamenta señor...—dictó viéndose sucumbido cuando Harry lo estrelló contra la pared y dejó que se derrumbara sobre sus piernas.

—Te he hecho una pregunta y tú me la vas a contestar.

Abriendo uno de sus ojos temerosos se sujetó con sus manos del suelo sin voz en sus cuerdas vocales; escupió a un lado saliva y se levantó. Callado permaneció, firme y seguro contra el Gryffindor.

—De acuerdo, entonces empezaré por otra pregunta—Colocó el palo de madera mágico en la barbilla del elfo amenazante—¿Por qué le diste la comida a Draco?

—Dobby piensa que está demasiado solo e inmerso en la añoranza que no logra ver a través de su retina. Está claro que Dobby trabaja para esa persona que no le diré y ella le pidió a Dobby el acto que cometió.

Se escuchó un alarido tras las mamparas de ventanales que había en la torre, mientra Dobby se retorcía en el suelo por el nuevo hechizo entregado, Harry se limpiaba la nariz con la manga de su túnica.

—Te lo repetiré una última vez.—lo mataría de todas formas—¿Para quién trabajas?—sopló sobre la varita como si fuera una pistola que acababa de estallar y mantuviera el humo de una avalancha de balas.

—Ella...—susurró bajo el Crucio en sus venas. Se sujetó la cintura tosiendo de impacto—Ella es alguien que tú conoces muy bien.

Descendió el arma de entre sus manos tratando de hacer memoria, quien solo tenía a su lado actualmente era su mejor amiga, pero antes de ello quiso investigar un poco, indagar en la necesidad de todo ese sufrimiento.

Si de una mujer trataba Lovegood podría ser una opción factible, siempre fue muy misteriosa pero no sería capaz de ponerse a sí misma en peligro para que bajaran la guardia sobre su persona. Padma y Patil ni siquiera tenían necesidad de trabajar individualmente y no tendría sentido la fuerza y el planteamiento que harían dos personas en vez de una. El plan maquiavélico de la captora solo podía ser mentalidad de una persona, alguien que tuviera la coartada de ayudar a los mayores para acabar con ellos cuando menos se lo esperasen. Solo alguien podría planear todo eso en tan poco tiempo y acabar con tantas personas queridas para todo Hogwarts.

Subió nuevamente sus pupilas hasta el elfo al acabar de persuadirse a sí mismo.

—¿Por qué haría eso?

—¿Y por qué no? A Dobby le dijeron que el mundo mágico acabaría de todas formas con un nuevo villano. Ella solo está tratando de salvarse a sí misma de lo siguiente que se podría adelantar.

—Hermione no es así.—volvió su varita contra el pequeño.

—Dobby piensa que no tienes razón; ella es mucho peor.—permaneciendo con una sonrisa pintada en sus labios cerró sus ojos esperando el impactante hechizo.

Ante la rabia y la noticia poco conmovedora acabó con la vida de Dobby con sus propias manos, entre puños y patadas la inminente llegada de su fin estaba contada.

Solo quedaba encontrar a Granger, las respuestas se las daría aunque se las llevara a la tumba. La actualización mental tardaba en cargar, bajo la luna llena encontró a la Gryffindor con la que convivía y a la que le contaba sus anécdotas secretas desde hacía mucho tiempo. Cerró la claraboya por la que la ojeaba, tragando en seco y con una mueca en sus labios salió de la torre tenebrosa yendo hacia el punto fijo en el que ella estaba.

El campo de Quidditch en el que muchas veces batallaba, en el que encontró las sonrisas y los sustos nostálgicos que esperaba volver a tener. Jamás se imaginó a su mejor amiga con una varita sangrienta en las palmas de sus manos.
Había matado a sangre fría a tantas personas que no temía por ser el siguiente, sabría que lo sería, tenía demasiada gente esperándolo allí arriba.

—Mis manos se mancharán de sangre cuando consiga la información. Pero aclararé las dudas de todo Hogwarts.

Y tal como recitó, escribió en el teléfono lo necesario para el director de la escuela.

→Albus Dumbledore←

Harry:
Es necesario que todos los estudiantes y compañeros acudan de inmediato a las ventanas más cercanas en dirección al campo de Quidditch, no puedo darle explicaciones pero desenmascaremos al asesino esta noche.

→Albus Dumbledore←

Sin necesitar una respuesta se presentó en aquel lugar, más seguro que nunca, tan valiente como cuando acabó con Voldemort.

Hermione Granger sería una humillación para todo Hogwarts y no tendría una salida planificada para escabullirse.

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Soledad

Doce venas y arterias [Harco/Drarry] «FINALIZADA»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora