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Parte 2.
Hanseok estaba roto y exhausto. Las personas no nacen rotas. A Hanseok lo habían roto, como si se tratara de un juguete, solo que a él ya no se le podía reparar.
"Hanseok-ah,nunca debiste haber nacido" "Hanseok-ah,no mereces vivir" "Hanseok-ah no vales la pena"
Primogénito de la familia Jang, heredero de Babel, ¿a cambio de qué?
"Señor Jang, esto es grave, su hijo Hanseok, tiene psicopatía"
Te sonrió mostrando sus dientes e hiciste lo mismo.
—¿cómo te llamas?—cerró un poco los ojos, haciéndolo lucir como un interrogatorio divertido.
Por suerte, conocías esa pregunta de memoria.
—Karen Mondego— comenzaste a golpear una de las puntas de tus pequeños zapatos contra el piso.
—¿Mondego?— pronunció de forma graciosa y no pudiste evitar reír.
Hanseok conocía los negocios, quizá no a las personas pero tenía memorias de los nombres.
Hizo un repaso mental, Mondego. Sí, había un Mondego dentro de los socios de Babel. Suspiro, negocios sucios. Tu papá no era alguien que trabajaba limpio.
Pero eso lo investigaría después.
Sintió algo removerse dentro de él, si tu papá era socio de los negocios del suyo, no ibas a crecer con una vida normal. Estabas jodida desde ahora, el solo hecho de tener ese apellido complicaba las cosas. Estabas dentro, sin siquiera saberlo.
—¿Puedes hablar coreano?— a pesar de estar en una posición incómoda, jamás lo viste moverse. Seguía agachado a tu altura.
Negaste.
—¿Inglés?—levantó su ceja derecha.
Asentiste.
Las cosas serían fáciles—yo también, te hablaré en inglés ¿ok?—alargó la pregunta de manera divertida.
—okaaayyyy—respondiste de la misma forma.—también habló español ¿puedes hablar español? —te animaste a preguntar.
—¿español? no. Pero soy bueno aprendiendo, podrías enseñarme algunas palabras— sonrío.—¿cuántos años tienes?
— Seis, six, así— le mostraste seis dedos de tus manos—¿y tú?
