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—No quiero ir al hospital Seok, por favor— dijiste mientras lo veías estacionarse, habían llegado a casa.
—Llamaré al médico para que te revise, pediré que traiga todo lo necesario.
—Seok, no es necesario. Los golpes van a desaparecer con el tiempo, estaré bien.
—No estás bien, no lo estás. No estamos bien ¡nuestro bebé!— gritó frustrado— ¡estuviste a punto de morir!
No le contestaste y se tomó unos segundos para procesar todo, desabrochó su cinturón y salió del auto para rodearlo y abrirte la puerta. Te quitó el cinturón de seguridad y acomodó sus brazos debajo de tu cuerpo con mucho cuidado.
Segundos después estaba dejando tu cuerpo en el enorme sofá— el médico estará aquí en media hora, buscaré ropa limpia para ti y luego te ayudaré a tomar un baño.
Cuando estuviste suficiente tiempo en el agua y por fin limpia, saliste con mucho cuidado de la tina. Hanseok estaba afuera porque le habías pedido que por favor se quedara ahí, no querías que te viera. Colocaste tu ropa interior con mucho cuidado y dolor. Observaste tu cuerpo en el espejo, era una pesadilla, no había una parte que no estuviera golpeada.
Levantaste la mirada hacia el espejo y Seok estaba detrás de ti, sosteniendo un pants y una hoddie de él. Ni si quiera podías entender su mirada, esta jamás la habías visto.
Se acercó a ti y con mucho cuidado metió tu cabeza dentro del agujero de la prenda y seguido te ayudo a meter cada brazo, la deslizó hasta que te cubrió completamente. Se puso de cuclillas y acomodó el calientito y suave pantalón a la altura de tus pies para que pudieras meter cada una de tus piernas, lo subió y ajustó en tu cintura con ayuda del cordón.
—¿Te golpearon en el estómago?— preguntó.
—No recuerdo mucho, Seok.
Te abrazó con mucho cuidado— esta bien, esta bien, cariño.
—Hanseok...¿y si no puedo embarazarme de nuevo?
—Por supuesto que quedarás embarazada.
—Escucha, creo que es mejor que solo seamos dos.
Esa idea no le parecía tan mala a Hanseok, creía que el bebé se robaría tú atención cuando naciera y eso le hacía sentir nervioso.
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