veinti nueve

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Hace siete años; Han-Seo- 22 años, Karen-19 años

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Hace siete años; Han-Seo- 22 años, Karen-19 años.

Mientras que Jang Han-Seok intentaba destruir a Jang Han-Seo. A ti, intentaba repararte.

Hanseo se encontraba solo en el cementerio, sentado en el césped frente a la lápida de Seo Min-Hiu, su madre.

Toda la vida se había culpado, pero nunca había sido culpa de él. Siempre había sido de Guk-Han y Min-Hiu por haber tenido un amorío.

El menor de los Jang siempre había estado solo, acudiendo a terapia desde pequeño por el abuso de su hermanastro mayor.

Arrancó una florecita del césped y por fin miró la lápida— mamá, adivina qué— sonrió— tengo una nueva amiga— se refirió a ti y sintió sus ojos picar por las lágrimas.

—Ella, es muy dulce y linda. En realidad es mi única amiga pero me alegro de haberla conocido, ojalá hubieras podido conocerla.

Colocó la pequeña flor con las demás flores— ella...ella me gusta—sorbió por la nariz— pero a mi Hyung también le gusta. Si él se entera de mis sentimientos hacia ella, va a matarme.

Hanseo se encontraba caminando despacio de regreso a casa, estaba cansado y su corazón dolía demasiado.

En uno de sus bolsillos guardaba lo que le hacía olvidarse por un momento del desastre de vida que tenía. Desde que encontró las drogas, sentía que podía refugiarse y resistir de algún modo.

Y minutos más tarde, ya se encontraba en el lobby de su casa, con el polvo escorado en líneas y su nariz rojiza ardía como el infierno.
Inhaló con fuerza otra línea y se inclinó hacia atrás, recostando su cuerpo en el sillón.

Sonrió porque sentía una especie de escape cuando ingería eso. Sintió su cuerpo relajarse y comenzó a reírse. Había probado todo tipo de droga y esta era la que mejor le resultaba. Miró la jeringa en la pequeña mesa, nunca pensó en inyectarse pero quizá hoy lo probaría.

Mientras él sometía su cuerpo a sustancias que lo estaban acabando, Hanseok estaba feliz en su casa mirando la televisión y de seguro pensando en cómo podía acercarse a ti, porque en ese entonces, aún no había nada entre ustedes.

Justo cuando tuvo la idea de preparar la jeringa, tu presencia lo interrumpió cuando golpeaste a la puerta. Tenía seguridad y guardias pero te dejaban pasar por el simple hecho de que te conocían y ambos hermanos Jang habían ordenado tu acceso.

Ingresaste el código de la puerta y entraste sin avisar, habías estado llamándolo al teléfono.

—Hanseo—lo llamaste mientras caminabas hacia él.

Era una imagen que te iba a costar demasiado olvidar, la forma en que inhalaba el polvo blanco y cómo se quejaba por el ardor. No sabías nada de esto, hasta hoy.

Han Seok; Ok Taecyeon, Vincenzo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora