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—No lo soporto.

—Pero si no te ha hecho nada.

—Pero a ti si.

—No puedes romper el contrato perderían, perderíamos demasiado.

—Pero si puedo hacerlo, linda. No debí confiar en el, el cambio demasiado.

—Duan ¿puedes escucharme? Yo le creo, yo le creí cuando hablamos y sabes que también puedo convencerlo para que nos ayude.

—No —su voz se vuelve más demandante.

Me plantó frente a él —Tu no me mandas.

—No lo vas a hacer.

Se pone de pie y aunque su altura me doble no bajo mi rostro, no parpadeo y mucho menos me muevo.

—¿Quien me lo va a impedir? Soy libre de hacer lo que yo quiera y si quiero hacerlo lo hago, Duan.

Respira ondo y cierra sus ojos pasando su mano por su cara y luego su cabello.

—Ok, lo siento, es que... no quiero que lo hagas, no quiero que estés cerca de él, no quiero que pasen tiempo juntos.

— ¿Entonces que es lo que quieres? ¿que no haga nada? No digo que estoy confiando en él, solo quiero que diga la verdad para que papá pueda salir.

—Te dije que lo iba a sacar.

—¿Hace cuánto llevas diciéndome eso? No puedo esperar más, papá podría morir allí dentro en cualquier momento y me prometí sacarlo con o sin tu ayuda.

—Eres injusta.

—Todo es injusto en esta vida Duan...

—No, tu eres aún más injusta, eres estúpida, el solo te quiere envolver en su juego de nuevo...

—Lo voy a hacer y no necesito tu permiso.

Es lo último que digo antes de tomar camino hacia la habitación.

—Linda...

—¡No! —grito, entro a la habitación y cierro de un portazo pasándole el seguro.

Las lágrimas comienzan a salir por si solas. No sé porque lloro estoy sensible, me duele no tener a papá, me duele todo.

Me tumbó boca abajo en la cama abrazando una almohada, sollozando en silencio. Y estoy tan metida entre mis pensamientos que no escucho cuando Duan abre la puerta y me abraza por la espalda.

—Lo siento, lo siento. Soy un estúpido, perdóname.

Abrazo más a la almohada provocando que él me abrace más a mi. Quiero decirle que me suelte, que se aleje pero no puedo, no quiero, no quiero que se aleje, el ha sido mi apoyo en momentos así.

—Eres un estúpido. —mi voz sale ronca.

—Lo se.

Pasan largos minutos, en el que ninguno de los dos se ha movido de la misma posición. Me muevo entre sus brazos, volteando y acercandome más a su cuerpo.

Siento mis ojos hinchados aún lagrimeando, mi mirada está en su pecho desnudo entonces la alzó mirando esos ojos claros que me miran como siempre me han mirado y que esconde algo.

—Soy un estúpido. —murmura, viéndome, escaneando mi rostro.

Medio sonrío y hablo; —Lo eres, eres mi estúpido.

Escucho unos tacones resonar firmemente en el suelo pero no alzó mi mirada de mi trabajo. Sé que se detiene al frente de mi escritorio y alzó mi mirada al fin cuando ella se aclara la garganta varias veces.

Sombras Del Pasado | Borrador 2021 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora