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Tocó por segunda vez la frente de Duan, también tocó sus pies y su cuello y sigue ardiendo en fiebre.

—¿Ya te bañaste?

Afirma con un sonido. —Todavia no entiendo porque tuviste que ir a la empresa y dejarme solo, casi me caigo en la ducha.

—Porque tenía trabajo Duan y de seguro lo de la ducha te lo estás inventando. Voy a prepárarte un caldo y a poner agua a calentar para ponerte unos paños.

Salgo de la habitación cerrando de un portazo, enojada porque el señor Duan no quiere ir a qué lo revise un doctor ni siquiera que el doctor venga aquí. Estúpido es que es.

Llegó a la cocina y monto el agua para hacer el caldo.

—Duan, vamos al hospital.

—Que no Kathleen.

—¡¿Pero porque no, Duan?!

—Porque no, solo es una fiebre, ya pasara.

—Llamaré al doctor.

—Has lo que quieras. —hablo ya cansado de mi insistencia.

—Te quiero llevar al doctor y no me dejas, claramente no estoy haciendo lo que quiero, estúpido.

—Ven aquí linda.

—Jodete Duan. Quédate ahí, no te muevas que ya que viniste a la sala te tomarás el caldo aquí.

—Pero estoy enfermo, linda, mejor te espero en la cama.

—He dicho que no Duan, si estás enfermo es porque quieres estarlo así que te quedas ahí.

—Estás como que muy enojona hoy —afirma.

—Estupido —susurró.

Cuando ya todo está listo, veo a Duan hechado como un perro en el sofá, llegó el caldo hacia allá para que el no se pare; lo dejo sobre la mesa de centro y me siento a su lado.

Él medio se levanta y me estiró para alcanzar una par de almohadas para ponerlas detrás de su espalda.

—Damela linda. —sonó como una exigencia en ves de un favor o pedido.

—Si te la iba a dar estúpido, no es necesario que lo pidas, hoy te consentiré solo iré a terminar de cambiarme y vuelvo.

—¿Porque no me concientes en la cama? Tu encima de mi ¿que dices? —su sugerencia me exaspera, pareciese que solo pensara en eso.

—¿Quieres tomarte la sopa tu solo?

—No.

Me levanto de su lado palmeando su pecho pero el agarra mi mano para detenerme.

—¿Ahora que Duan?

No dice nada solo hace trompa sus labios, ruedo los ojos mientras me agachó para darle un pequeño beso.

Cuando llegó al cuarto me cambio rápido, solo me pongo una camisa de Duan, sin sujetador y con mis bragas.

Vuelvo a paso rápido a la sala y lo encuentro con los ojos cerrados, mis ojos divagan por el borde del comienzo de su pantalón; sus músculos se notan relajados y su pelvis... quiero ser ese pantalón.

Saco esos pensamientos de mi cabeza y me acerco a el, sentandome en el borde del sofá al lado de sus muslos. Pongo mis manos en su abdomen y las deslizó hacia arriba. Él, que ya ha abierto sus ojos me mira atentamente.

—Si sigues tocandome así tendré una erección.

Lo miro mal pero no le digo nada. Me estiró hasta la mesita y tomo el termómetro que hay sobre ella.

Sombras Del Pasado | Borrador 2021 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora