Wei Wuxian siempre ha estado rodeado de muchos tipos de Alfas, en el mundo del espectáculo es casi imposible escapar de eso. Pero ninguno de ellos había podido llamar su atención hasta que conoció a Lan WanJi, ese hermoso Alfa de ojos dorados que lo...
-Papá -dijo Sizhui mientras corría para poder abrazar a Wei Wuxian.
El Omega sonrió cuando sintió los pequeños brazos de su hijo envolverse en su cuello, para luego dedicarle una mirada al Alfa que los observaba desde el marco de la puerta.
Lan WangJi le sonrió devuelta levemente.
-Lo lamento -dijo el menor de los Lan- Insistió en venir
A pesar de no tener nada malo más que solo los síntomas del embarazo.
Jiang Fengmian obligó a Wei Ying a pasar la noche en el hospital, por si existía otras razones.
Aunque el Omega sabía las verdaderas razones, lo había dejado ahí para pudiera pensar tranquilamente.
Sentía una felicidad inmensa al saber de su embarazo pero también estaba asustado.
Sabía que ese bebé cambiaría todo de ahora en adelante.
-¿Wei Ying? -escuchó la voz de su Alfa llamarle.
-Lo siento -dijo riendo- Sólo pensaba en algo
Lan WangJi frunció el ceño pero no dijo nada más, se sentó junto a ambos en la cama del hospital.
-¿Cómo te sientes papá? ¿Ya no estás enfermo? -preguntó el pequeño.
Wei Wuxian le acarició su cabeza para luego abrazarlo aún más.
-Estoy bien -le dijo- No debes preocuparte mi pequeño Sizhui
Lan WangJi los observó a ambos con ternura en su mirada. Amaba la idea de ahora ellos conformaban su familia.
Luego de un tiempo su tío había dejado de insistir, en cierto modo aún le dolía que la brecha entre ellos fuera tan grande.
Pero no se arrepentía con su decisión al ver el rostro sonriente de aquellos dos personas importantes en su vida.
-Lan Zhan, ¿Podemos irnos ya? Odio estos lugares además no tengo nada grave -dijo suspirando.
-Mmm -respondió el Alfa- Pediré el alta
El Omega sonrió inclinándose para darle un suave y rápido beso en sus labios.
-¿Podremos volver a casa los tres? -dijo Sizhui sonriendo.
-Claro que sí -respondió Wei Wuxian
Un sentimiento de alegría invadió a Wei Wuxian al saber que dentro de poco tiempo su familia se convertiría en cuatro.
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-Lo lamento A-Xian pero A-Cheng no ha salido de su habitación desde temprano -escuchó la voz de Jiang Yanli del otro lado de la línea.
Había pasado dos días desde que salió del hospital, y aún si lo intentaba no podía comunicarse con Jiang Cheng.
