ASOIAF one-shots

Hija de la Tormenta

Hija de la Tormenta fue creado por grendelsmom y publicado en AO3 el 4 de julio de 2019.

Todos los creditos a el / ella, yo solo lo estoy traduciendo.

Todos los personajes utilizados pertenecen a George R.R. Martin.

Advertencias: matrimonio forzado, Orys Baratheon x Argella Durrandon.

Argella no es el hijo que Argilac Durrandon anhelaba. Pero ella es una princesa, nacida para gobernar, y que los dragones extiendan sus garras largas y codiciosas: Argella tiene la tormenta, ella tiene su furia. [Ambientado durante la conquista de Poniente por Aegon I Targaryen]

----------☆----------

Hija de la Tormenta.

El viento está aullando y el mar está rugiendo, ya que han estado aullando y enfureciendo durante siglos, y continuarán aullando y enfureciendo por siempre. Argella conoce bien los silbidos y los golpes. Era su canción de cuna como la dulce canción de la mujer a la que su padre había llamado su reina y a quien Argella misma apenas puede recordar.

Pero las melodías se le quedaron grabadas, se fusionaron con sus huesos, ya veces se sorprendía tarareando canciones que no conocía cuando miraba por las estrechas ventanas hacia las Tierras de la Tormenta. Nunca al mar. Nunca, nunca al mar. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que cantó así. Ha cantado como lo hacen las niñas, que no saben nada sobre el sufrimiento y el peligro, las esposas moribundas y los hijos ausentes.

Un hijo podría haber salido con su padre. Salir a la batalla. Un hijo podría haber aprendido a sostener el escudo, la espada y la lanza. Un hijo podría haber matado a Harren el Negro. Un hijo podría haber cubierto la espalda de su padre. Ahora, en esta hora en que lo necesita más que nunca.

Pero Argella no es un hijo. Es una hija, una princesa, una heredera, una mujer. Y por eso espera, como la niña que murmuraba canciones y llevaba su nombre. Espera, como todas las mujeres, a que el destino sea benévolo con ellas, a que sus maridos, padres y hermanos vuelvan a casa.

Se apoya en las paredes orientales que se extienden hacia el mar salvaje: el brazo de un puño cerrado. Son más anchos que trece hombres, le dijo su padre. Sin ventanas ni aspilleras. Nunca al mar. Nunca, nunca al mar. Lo suficientemente firme como para contener a los dioses que Durran había enfurecido tanto tiempo atrás. Bastión de Tormenta había resistido a la Diosa del Viento y al Dios del Mar. Dioses. El cabello de su padre es gris y ya no es negro, pero Aegon Targaryen y sus hermanas no son dioses.

La tormenta vibra a través de las rocas sobre las que se eleva Bastión de Tormentas, a través de sus muros y Argella la siente debajo de la punta de sus dedos. La gente de las Tierras de la Tormenta y su Rey son orgullosos e impredecibles y fuertes como los vientos que dan nombre a la tierra. Su padre acabará con Orys Baratheon y sus tropas, que devoran la tierra: su tierra como serpientes voraces. Su padre matará al bastardo como ya ha matado a Garth en el campo de verano. El bastardo con el que el Señor de Rocadragón quería que se casara con ella.

Matará al bastardo y la tormenta continuará. Ella lo cree. Ella tiene que creerlo.

Lo matará, lo matará, lo matará.

. . .

Orys Baratheon mató al arrogante de Argilac. Muerto en la batalla de la última tormenta. Y sin embargo, la tormenta continúa.

El día en que Argella se corona a sí misma es el día en que el cuervo llega a Bastión  de Tormentas. Y ella es la reina, la Reina de la Tormenta, cuando Rhaenys Targaryen aparece en su dragón, en su monstruo. Ella es hermosa, increíblemente hermosa. Con cabello largo plateado y ojos brillantes. Y Argella se encuentra pensando que se habría convertido en la hermana esposa de esta mujer si su padre se hubiera salido con la suya. Y la esposa de su hermano bastardo, si Aegon hubiera obtenido lo que quería. Pero su padre está muerto y la oferta de Aegon se destruye con las manos cortadas de su enviado.