ASOIAF one-shots

Él vínculo entre hermanos

Él vínculo entre hermanos fue creado por NoOne0_o y publicado el 2 de agosto de 2018 en AO3.

Todos los créditos a ella yo solo lo estoy traduciendo.

Todos los personajes utilizados pertenecen a George R.R Martín.

En el que Jaime y Cersei tienen una relación hermano-hermana (relativamente) normal, pero eso no impide que otros saquen conclusiones precipitadas.

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Joanna Lannister observa atentamente a sus gemelos. Algo de su cercanía la preocupa, y escucha a las doncellas susurrar sobre los gemelos que se esconden en la cama del otro. Pero cada vez que investiga, los encuentra solo riendo o compartiendo historias, construyendo fuertes con sus almohadas y edredones o teniendo imaginarias peleas de espadas.

También los encuentra luchando más de una vez, pero llega a comprender que su único temor debería ser la seguridad del pobre Jaime. Es un juego para él y una guerra para Cersei, y más de una vez tiene que interponerse entre ellos para evitar que se muerdan y se tiren del pelo, sólo para que Jaime grite después: —No le grites. Estoy bien, estoy bien. ¿Ves, madre?

—Tu hermana necesita actuar más como una dama, Jaime.

Jaime parece perplejo, Cersei igualmente, como si no pudieran entender por qué uno de ellos tendría que actuar de una manera y el otro de otra. Tywin, la septa de Cersei, el maestre de Jaime, ciertamente les ha hablado de sus diferentes roles, pero Joanna tiene una idea la mitad de las veces que un gemelo asiste a las lecciones del otro, o más probablemente que Cersei asiste más que su parte de ambos mientras que Jaime elude su propia.

Ella no lo explica del todo todavía. En cambio, solo dice que no es apropiado que los hermanos muerdan o tiren del cabello.

—Es infantil —dice ella, y sus dos orgullosos leones se encrespan ante la insinuación de que podrían ser niños.

Ella se ríe y les revuelve el pelo y les dice que está orgullosa de los dos.

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Cersei sabe por qué papá la lleva a los tribunales. Incluso entiende.

No significa que le guste estar lejos de Jaime.

Cuando tienen quince años, ve la oportunidad de una solución y la aprovecha. Cuando él lo visita poco después de ser nombrado caballero, ella lo lleva a un lado en la Fortaleza Roja y lo lleva a los jardines, lejos de los oídos atentos que ha aprendido que están siempre presentes. Ha cambiado desde la última vez que lo vio, es alto y guapo y todo lo que un caballero debería ser, y hace que el orgullo se hinche en su pecho de que él sea su hermano.

La envidia lo acompaña. Pero aunque todavía piensa que debería haber sido un niño, no es culpa de Jaime que no haya sido así. Ella no lo culpa a él, sino a los dioses.

—No me gusta la mirada en tus ojos, dulce hermana —dice Jaime—. ¿Qué estás tramando? ¿Que maquinación?

—¿Sabes que papá planea casarte con Lysa Tully? —Cersei dice para empezar, porque sabe lo poco que piensa Jaime de ser un señor o un marido; sus pensamientos están llenos de esperanzas de hechos caballerescos, y ella ha bromeado en cartas que su novia ideal no sería una dama de Poniente, sino una espada o una lanza o quizás un caballo.