Tu voluntad mi lealtad

96 18 30
                                    

Los personajes no me pertenecen, son de la gran Rumiko Takahashi esto es sin fines de lucro solo diversión por y para los fans.

Esta obra se reserva en su totalidad los derechos de autor, prohibida su copia o uso.

Una historia AU (universo alterno) solo tomo prestado los personajes, no necesariamente deben apegarse a sus personalidades.

Advertencia: está clasificada para mayores de edad, puede contener violencia física o emocional así como escenas eróticas y lenguaje soez.

—O—

Dojo de la familia Tendo...

Desde el marco de la puerta que daba al Dojo Nabiki Tendo observaba en silencio a su amigo, Kumon se encontraba entrenando hace horas. Desde que llegó estaba así, según sus propias palabras el hombre se encontraba en un estado de "furia pasiva" ¿cómo era eso posible? Pues ante el enojo, Ryu siempre iba a entrenar hasta quedar exhausto, mientras su cabeza le daba vueltas al asunto que lo tenía mal.

Un tanto preocupada la mujer se preguntaba qué habría sucedido donde Kimura para ponerlo así, sea lo que fuera no era tan grave, solo le importaba verlo de una pieza aunque su mente estuviera en otro mundo.

Kumon no daba cuenta de la presencia de ella, quien disfrutaba verle con la camiseta pegada al cuerpo ante tanto ejercicio. Mientras la mente de la mujer le jugaba malas pasadas fantaseando con ese pecho que muy en el fondo nunca podría ser de ella, recordó que el hombre de sus sueños había sido entregado a su hermana menor, como un balde de agua fría decidió dar la vuelta e irse, pero la larga bata de seda en color perla que llevaba puesta se enredó con la punta de sus pantuflas con tacón, porque hasta en eso tampoco perdía el estilo.

—¡Nabiki! — exclamó Ryu al verla en el suelo, corrió tan rápido que ella apenas lograba reponerse de la vergüenza cuando este ya estaba a su lado.

—¡Maldita sea! — chilló al intentar ponerse de pie ignorando la ayuda que este le prestaba.

—¿Qué te pasa, ya estás enojada conmigo otra vez? — reclamaba el hombre levantando una ceja.

—Solo sigue en tus asuntos— dijo ella sobándose el tobillo, pero no dio cuenta de que este se acercaba tanto que la tomó entre sus brazos de una sola vez, lo miró sorprendida ¿Cómo se atrevía?

—¡Qué haces! — chilló enojada.

—Ya deja la joda Nabiki, tú y esas malditas batas sabía que un día te ibas a caer— dijo caminando con ella en sus brazos, no le quedó más opción que aferrarse al cuello de este.

Kumon se encontraba completamente sudado, su piel expelía un aroma a menta fresca que invadía sus fosas nasales y mientras se perdía en el perfil bien tallado de su amigo este subía las escaleras que la llevarían a su habitación.

—Eres osado Kumon— dijo la castaña al notar que éste entraba a su alcoba en vez de llevarla a la de ella.

—¿De qué hablas? — cuestionó dejándola sobre la cama, fue por un botiquín y cuando volvió notó que su hermosa amiga andaba en pijama y no era el típico camisón rosa que usaba cuando niña, la bata a medio abrir mostraba el fino negligé en color lavanda que llevaba puesto, tragó duro al tomar consciencia de que su querida Nabiki era una mujer con hermosos atributos.

—Entonces qué ¿va a ver preámbulo? porque sí admito que puedo ser fría pero me gusta la pasión en la cama — soltó de cuajo dejándolo estático, Kumón se coloreó de rojo frenando su actuar de súbito, ella notó esa reacción que pocas veces podía ver y soltó una gran carcajada— cambia esa cara bruto, sólo ayúdame a ponerme de pie— intentó bajar la tensión en el ambiente, este la miró serio y se sentó a su lado para ver su pie.

Shoot me in the heartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora