Epílogo

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Los personajes no me pertenecen, son de la gran Rumiko Takahashi esto es sin fines de lucro solo diversión por y para los fans.

Esta obra se reserva en su totalidad los derechos de autor, prohibida su copia o uso.

Una historia AU (universo alterno) solo tomo prestado los personajes, no necesariamente deben apegarse a sus personalidades.

Advertencia: está clasificada para mayores de edad, puede contener violencia física o emocional así como escenas eróticas y lenguaje soez.

Inmediatamente después de la masacre en la casona Tendo, la policía pudo detectar que era un enfrentamiento de clanes. El fuego, el olor a combustible mezclado con la sangre de los hombres que cayeron muertos lo sucedido no podía ser menos que obra de la mafia. Con sigilo y rapidez lograron seguir al supuesto ejecutor, llegando así a la casona Yoshida. Una vez allí el escenario no cambiaba mucho, todos estaban muertos, cuando al fin encontraban a alguien vivo, notaron a una mujer en estado de shock. Aquella fémina era bien conocida, una excelente policía, una ex colega de servicio. Akane Tendo estaba pálida, y tenía su rostro manchado con sangre. Quien fuera su compañero la apresó como única testigo de semejante obra. Sin embargo durante el interrogatorio e incluso mucho después, ella salió bien librada al no poder inculparla sino que todo lo contrario, había pruebas que demostraban su inocencia y que efectivamente había sido secuestrada por Taro.

Cuando Akane llamó a su hermana Nabiki para confirmar la muerte de su padre, la castaña se derrumbó. Sus huesudas rodillas tocaron el suelo de la cabaña que alquilaba la familia de Kasumi quien huía de las garras de su propio padre. Ryu la asistió pero ella contenía el aire sin poder hablar, la pequeña Naoko la observó intrigada y solo ella la hizo reaccionar.

Nabiki nunca olvidaría la expresión de su sobrinita ese día...

—¿Estás triste? —preguntó la menor.

—Un poco —contestó Nabiki.

—¡Yo estoy feliz, te extrañaba mucho! —exclamó llena de sinceridad.

—Oh, mi querida Naoko... no te confundas, tú me llenas el corazón. Pero acabo de perder a quien me dio la vida —la niña abrió sus ojos y comprendió perfectamente a quien se refería.

—Yo no lo extrañaré, nunca jugaba conmigo —respondió la niña desde su pequeño y sincero corazón.

En ese momento Kasumi oía con atención la breve plática de su hija con su hermana.

--Lo sé cariño ¿me das un abrazo? —preguntó la castaña.

Naoko corrió a sus brazos, mientras que Nabiki se aferraba a su pequeño y cálido cuerpo. Su padre estaba muerto y su sobrinita no sentía nada por él, así de triste y solitario era su destino. Porque nunca la quiso, terminó sus días en soledad, rodeado de riquezas que forjó a costa de otros y lejos, muy lejos de sus amadas hijas.

Tofú abrazaba a su esposa, quien no cabía de tanta pena. Al fin todo se acababa, al fin podía volver a respirar con tranquilidad.

Los detalles de su muerte lo supieron unas semanas después, aunque Nabiki lo sabía todo, intentó no ahondar para no lastimar más el corazón abatido de Kasumi.

Tal y como le pidió Akane, Nabiki no regresó de inmediato a Japón, esperó varios meses junto a su hermana. Solo que su pasado la perseguía, ella seguía comprometida e incluso después de seis meses en América tuvo que tomar ciertas acciones para dar por sepultado a los hermanos Kuno, quienes desde las sombras seguían enviando hombres a espiarlos.

Siempre pensando en el peor de los escenarios, Nabiki había desviado mucha de la fortuna que hizo crecer a su padre a cuentas en paraísos fiscales. A diferencia de Tofu quien se negaba aceptar parte de ese dinero, Kasumi solo quería comenzar de nuevo. Urgía darle estabilidad emocional a su pequeña Naoko, su vida, su rutina, todo se había visto interrumpido por la persecución que su padre tenía en su contra.

Shoot me in the heartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora