Capítulo 1

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Ariana

Me cuesta muchísimo pensar en cualquier cosa mientras escucho música; es como mi salida VIP del mundo. Estoy aquí en mi patio disfrutando un poco del lindo clima. Siempre intento tomar un poco de sol; estoy bastante pálida. Quiero pintar mi cabello, realizarme un cambio de look. Es mi último año escolar y necesito algunos cambios.

Estoy terminando de arreglarme antes de verme con Valeria. Siento que he crecido un poco; mi estatura siempre ha sido promedio. Ahora mismo, mi cabello está algo desordenado, pero no tengo tiempo suficiente para peinarlo. Estoy atrasada y debo correr.

Llevo dos horas esperando que llegue Valeria. No sé por qué siempre pienso que llego tarde cuando se trata de ella. Sé perfectamente cómo es de impuntual.

—¡Por fin llegaste! —le digo mientras se acerca a mí con una linda sonrisa. Se veía muy linda, llevaba un vestido casual, cabello suelto y unos tenis.

—Te juro que no fue mi culpa, había demasiado tráfico —dice la pelinegra, alzando sus manos en señal de paz.

Estamos de camino a ver a su novio. Tuvo un accidente el fin de semana cuando salía del entrenamiento en su universidad, y como su familia no está aquí, ella ha estado al tanto de todo lo que sucede con respecto a él, y yo le ayudo a transcribir algunos apuntes que le dejan sus compañeros, ya que no puede asistir aún a sus clases. Llegamos y él estaba acostado. Valeria empieza a besarlo y hablarle de forma ridícula, como si estuviera mal de la cabeza. Luke es muy guapo; es un moreno alto y atlético, de cabello rizado corto y hermosa sonrisa.

—Luke, ya pasé esto. Debo irme porque falta poco para que llegue mi mamá de su trabajo —le digo.

—Gracias, en serio, Ari. ¿Ya te dije lo genial que es tu letra? —me dice agradeciendo.

Lo miro y solo sonrío; él me cae muy bien. Valeria y él hacen una linda pareja. Ambos son muy atractivos, y sus personalidades son bastante similares. Me hace feliz saber que él la quiere tanto como ella a él.

—Me voy —aviso, y ellos se despiden.

Ella se quedará con él, ya que necesita algunos cuidados. Su mano no está muy bien, y mi casa no está muy lejos de aquí. Salgo rápidamente del edificio; hay mucha gente, ya quiero llegar a casa.

Voy saliendo y, a lo lejos, veo a un chico. Escasamente puedo notar que trae un cigarrillo en sus manos y varios tatuajes. Hacía mucho frío, y él estaba sentado en un banquito. El chico estaba muy concentrado en sí mismo y parecía que no notaba lo mucho que lo había estado observando.

«Me dio mucha curiosidad preguntarle qué hacía ahí, pero solo me limité a ver esa escena un tanto confundida.»

—Mierda —maldigo.

No sé cuánto tiempo había estado ahí, pero debía irme. Mi mamá ya tuvo que haber llegado. Comencé a buscar la forma de pasar hacia la otra acera; los carros pasaban a toda velocidad, y soy bastante tonta para pasar. Cada vez que intentaba hacerlo, me devolvía; los carros aceleraban mucho más. Realmente no sabía qué hacer; estaba muy desesperada, y se estaba oscureciendo.

Metí mis manos en los bolsillos de mi chaqueta; tenía que calentarlas de alguna forma. De repente, sentí un tirón que sacó mi mano fuertemente de mi bolsillo. Me llevaron hasta la otra acera. No entendí por qué no hice o dije nada; el tacto de su mano con la mía fue electrizante. Sus manos estaban muy frías, y casi no sentía mi mano por la fuerza que ejerció al agarrarme. Casi sin esperar a agradecerle, el chico se fue. Yo sabía que era el chico de la otra acera que estaba fumando.

«¿Por qué se fue así?»

Pude ver ese patético panorama, pendeja.

Me dio mucha vergüenza, y sin pensarlo dos veces, caminé muy rápido sin mirar atrás. Aunque sentía muchas ganas de hacerlo, sus manos habían hecho que mi cuerpo sintiera un calor. Suena absurdo; hacía mucho frío, pero se sentía bien.

Cuando llegué a mi casa, mi mamá ya estaba sentada hablando por teléfono con mi papá. Mi hermano estaba tocando su violín en su cuarto; lo supe por la hermosa melodía que podía escuchar. Mis papás habían terminado su relación hace mucho, pero quedaron en buenos términos y llamaba cada semana para preguntar cómo estábamos y si necesitábamos algo.

Le di un beso a mamá y subí a tumbarme en la cama. Estaba tan cansada que no me cambié nada y solo dormí profundamente.

Mi vuelta al solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora