Capítulo 5

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Ariana

Crucé el pasillo y al fondo vi a mis amigos, junto con Marcos. Me senté, y comenzamos a hablar de todo. Mi hermano se inscribió en música, Luke nuevamente en baloncesto. Hablamos muy poco porque tenía que pasar por la peluquería y terminar de organizar las cosas de mañana.

Salí, y nuevamente estaba el chico ahí, pero con alguien más, supongo que su novia por lo cerca que estaban.

Aunque él se notaba algo irritado, su cara era seria. Supongo que habrá algún problema, pero bueno, no es mi problema. Dejé de mirar y tomé un taxi.

Luego de varios minutos llegué; solo se encontraban dos personas, así que no tardaría mucho allí.

Me corté el cabello y lo tinturé de negro; gracias al sol, mi cabello lucía bastante demacrado. Y debo mañana ir a mi primer día presentable.

Llegué rápidamente a mi casa, y mientras organizaba lo que me colocaría al otro día, pasaba algunas cosas para el cuarto de mi hermano; ya no estaría ahí y necesito más espacio para algunas cosas.

Mi mamá ya se había acostado a dormir; por mi parte, cené y miré Instagram mientras terminaba de comer, y en ese instante me llegó un mensaje de...

—Bff:

Hablé con varios compañeros nuestros y me enteré de que sí entraron nuevos y que están guapos.

—¿Y tú no tienes novio?

—Pero no estoy ciega, y lo estoy diciendo por ti, pollita.

—JAJAJAJAJAAJJ, deja de decirme así, yo me iré a dormir, pollita.

Y así fue; estaba tan cansada que quedé rendida.

Al día siguiente

—ARIANA, ¿HASTA QUÉ HORA? —gritaba mi madre desesperadamente a las 7 de la mañana.

—Ya voy, solo 5 minutos —murmuré con los ojos cerrados.

—Voy a contar del 1 al 3, ¿ya voy por 2, okey?

—Okey, okey, ya voy.

Me levanté, me bañé, desayuné y me vestí; ate mi cabello y me senté en la punta de la cama a reflexionar sobre mi vida; parecía un zombie aún con los ojos cerrados.

—¿No comerás nada? —preguntó abriendo sus bellos ojos.

—No tengo mucha hambre; cuando llegue, me compro algo. Bye.

Mi mamá me levantó más temprano, jurándome que era tarde; no ha llegado casi nadie. En el campo había algunos chicos comiendo, y en la cafetería, otra parte de ellos. Decidí irme al aula; tengo que dormir otro poco más; no sé ni cómo llegué hasta aquí.

Creo que aún iba medio dormida; tropecé con una chica, y ella me miraba como si yo tuviera algo en la cara. Por lo menos, no me dijo groserías.

—Disculpame —dije casi de inmediato.

—Tranquila, ¿estás bien? Te veo medio dormida —insistió.

—Lo estoy, solo que internamente —admití.

Ella sonrió y extendió su mano hacia mí.

—Mucho gusto Camila Clark.

—Mucho gusto Ariana Grant.

—¿Eres nueva?, No te había visto por aquí.

—No, solo que vengo días después porque casi nunca hacen nada. Solo conferencias y presentan a los profesores y es bastante aburrido.

—Me he enterado de eso tarde, no te imaginas, añádele a eso que soy nueva, dios mío, quería desaparecer.

—¿Así de aburrido fue?

—No tienes idea.

—Bueno, pero ya no deberás pasar eso sola; ya tienes dos amigas nuevas —exclamó Valeria entrando al aula haciendo mucho ruido.

—Deja de gritar —ataqué, pero fue muy inútil.

—Mucho gusto bonita, Valeria Hernández.

—Gracias, encantada. Camila Clark.

—¿Eres hermana de Max?

No tenía la mínima idea de quién hablaban, pero ahí estaba yo, tratando de averiguar de quién hablaban (chismosa siempre).

—Sí, lo conoces?

—Luke me dijo que te cambiarías; sus ojos los delatan mucho, son iguales. Eres más guapa de lo que pensé, digna hermana de Max —le dijo picando un ojo.

—¿Yo lo conozco? —pregunté.

—No creo; ayer te lo iba a presentar, pero él se fue antes —contestó Val.

—Bueno entonces, cuando salgamos, ¿les parece si vamos a verlos? Mi hermano empezó a trabajar en una cafetería cerca de su universidad. Y quiero darle una sorpresa —comentó Cami.

—Marcos también; ayer nos comentó eso —continuó Val.

—Invitamos a Luke y vamos todos juntos entonces —terminé.

Entramos a clases, y me quedé pensando en el tal Max; los ojos de Camila se me hacían conocidos. Pero no recordaba exactamente de dónde.

Habían pasado casi 4 horas, y no había comido nada; me estaba muriendo de dos cosas.

De la curiosidad de saber quién era Max.

De la hambre.

Me imaginaba comida por todos lados; estaba ansiosa de comer. Salimos de clases, y me fui directamente hacia la cafetería.

Valeria y Camila se quedaron atrás guardando las cosas. Me compré varias cosas, y las esperé mientras estaban mirando no sé qué cosa, y se intercambiaban los números.

—Me das agua? —me preguntó Cami.

—Claro, adelante.

—Creo que mi hermano estará encantado de conocerte.

—Yo se lo iba a presentar, pero tiene novia —siguió Val.

—Lo siento Camila, es que Valeria cree que me gusta todo lo que camina.

—Tranquila, no sabía que tenía novia, pero está bien.

Así hablamos un rato, y luego de eso cada una partió a su casa.

Mi vuelta al solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora