Capítulo 11

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Max

Últimamente me encuentro con Ariana más de lo que quiero o debería. En la cafetería, fuera de la universidad, estoy a punto de empezar a creer que tiene clones y todos me ignoran. Tengo que reconocer que me fastidia un poco su indiferencia por alguna razón, pero está bien, la ignoraré.

Hoy solo tenía dos clases en la mañana, así que voy a tener suficiente tiempo para descansar y llegar a la cafetería.

Ariana

Estos días han sido geniales. Este año entraron más personas nuevas y son increíbles. Específicamente llegó un chico pelirrojo que se llama Agustín, practicaba jabalinas y por eso dejó el último año a la mitad. Su deporte es genial. Lamentablemente, se lesionó el hombro y no pudo seguir. Nos contó mucho sobre él, es bastante extrovertido y es súper fácil tener cualquier tipo de conversación con él. Valeria para integrarlo lo invitó junto con Pablo y su hermano, Camila y yo, a la cafetería.

Hoy ocurrió un pequeño o gran incidente; mientras estábamos en receso, un chico pateaba una pelota y el resultado fue una puerta rota. Habían vidrios por todas partes y por eso consideraron que hoy saldríamos una hora antes por eso. Así que puedo tener una siesta antes de verme con los chicos en la cafetería.

Luego de la siesta de no sé cuántas horas, me bañé y me puse linda, lo más posible. Quiero dar una buena impresión ya que siempre voy de salida al instituto por el poco tiempo que tengo en la mañana, ya que me levanto casi 20 minutos antes de irme.

Tengo un vestido naranja pastel de puntos negros que ya quería utilizar y definitivamente hoy será. Me dejaré el cabello suelto y me maquillaré un poco, ya que es de día y no quiero sentirme tan cargada. Después de una larga espera, le escribo a Valeria para confirmar que la cafetería donde trabaja mi hermano será donde nos vamos a encontrar. Aún estoy a 20 minutos de que sea la hora de llegada, pero quiero llegar un poco antes para así conseguir una mesa vacía y, si se puede, dos para juntarlas y poder estar más cómodos y no tener que esperar que desocupen una mesa.

Llegué temprano y lo primero que hice fue decirle a mi hermano que me ayudara con la mesa. Íbamos a estar todos y necesitábamos espacio para no estar incómodos. Diez minutos después llegó Camila, luego Pablo y su hermano, Agustín y, por último, y nada sorprendente, Valeria.

—Hola a todos, me disculpo por llegar tarde, pero esta vez tengo coartada. Tuve que ayudar a mi mamá con cosas de la casa y no me iba a dejar salir hasta que no terminara, pero bueno, ya estoy aquí, así que vamos a pedir de comer y vamos a hablar, a echar chisme.

Todos nos quedamos en silencio sonriendo mientras nos veíamos las caras. Tuvimos que esperar a Valeria casi 20 minutos, incluso cuando le escribí con amor siempre contestaba "ya voy, ya voy, ya voy, voy cerca, ya estoy saliendo, estoy en el transporte".

Después de tal presentación de Valeria y tanta espera, nos encaminamos a ordenar.

Para nuestra mala suerte, el que nos atendió fue Max. Al salir, cómo era de esperarse, estaba con su cara de póquer como de costumbre, no saludó a nadie de manera cordial.

Por su trabajo debería ser más cordial, pensé. ¿Debería quejarme con los dueños? No, no, no, no. No sería tan cruel, o sí?

Camila fue muy neutral con él, solo le sonrió. Por mi parte, sinceramente y de manera genuina, estaba concentrada hablando con Agustín. Me contaba que después de la cafetería, iría a hacerse chequeos de su hombro.

Cuando me acerco a Valeria, noto que pidió cafés y galletas con crema para todos.

Todos accedimos y nos dispusimos a esperar a que llegara en medio de risas y alboroto; se nos pasaba el tiempo volando. Hasta que Max y Paulina se acercaron con el pedido. Paulina, como de costumbre, estaba muy sonriente y linda, no me cansaría de decirlo. Val y los hermanos están jugando entre ellos, mientras que Camila, Agustín y yo, seguíamos hablando sobre su hombro.

Tiempo después de hablar hasta el cansancio, Valeria dijo que se tenía que ir, ya que Luke y ella iban a salir. Camila, por su parte, se iba con los gemelos, que la ayudarían a escoger un regalo para su hermano. Agustín estaba esperando que vinieran a recogerlo, Marcos me había dicho que lo esperara, pronto saldría de turno y quería ir a la casa a recoger algunas cosas que olvidó.

Seguimos hablando mientras venían por él. Llegamos al punto donde él me pidió el número porque coincidimos en que ambos nos gusta el kpop y me dijo que tenía un montón de canciones que me recomendaría, otras bandas que no conocíamos. Estaba tan concentrada y emocionada que no noté la presencia de Max detrás de mí. En el momento en que Agustín me pasaba su número, Max se acercó diciendo: "Mi amor, ¿a qué hora te vas?" ¿Qué fue lo único que salió de mi boca? Agustín no decía nada, solo me quedaba viendo y repitió: "Acuérdate, vas, mi amor". Estaban presionándome, no estaba entendiendo por qué estaba diciendo eso, y solo me puse a reír. Agustín estaba un poco confundido.

—Hola, mucho gusto, mi nombre es Max y soy el novio de Ariana. ¿No te lo dijo? Hola, mucho gusto, soy Agustín. No, no me dijo. Pues, no era necesario, pero bueno, encantado.

La verdad, no sé qué carajos está pasando y por qué solo me quedé al margen cuando literalmente este p****** estaba diciéndole a él que éramos novios. Me paré rápidamente y lo jale del brazo hacia afuera.

—Me puedes explicar qué carajos estás diciendo. No somos novios. ¿Por qué me estás negando? ¿A qué juegas, Ariana?

Dejamos una conversación inconclusa, pero aún así no puedes dejarme en la deriva. Soy tu novio. No sé qué mierdas está pasando, pero quiero que sepas que no soy nada. No dejamos ninguna conversación inconclusa ese día. Terminó la conversación y no llegamos absolutamente a nada, así es que no voy a fingir ni un poco que estamos en nada. De agradecer que te alejes a 25,000 metros de mí, si es posible más.

Entré y volví a mi mesa, me disculpé con Agustín y seguimos charlando hasta que lo vinieron a recoger. Aún le faltan 20 minutos a Marcos para que saliera de turno, así que me fui afuera a esperar. No quería estar ahí ni un minuto más, el tiempo pasó muy lento. Estaba suficientemente aburrida, me dolía la cabeza y los pies, y quería estar en mi casa. Marco salió junto con Paulina y Max. Yo traté de no ir junto a ellos, estaba cerca, pero no juntos, hablando. La cafetería y yo solamente estábamos insistiendo en un momento más. Comenzó a caminar mucho más lento y esperar la cosa que ignora por completo, menos hablarme, a preguntarme cosas que realmente no me interesaban, porque ni siquiera estaba intentando ni queriendo escuchar nada de lo que diría. Entonces, solo estuve mirando la calle mientras él hablaba de pendejadas.

Una pregunta en específico me sacó de onda. Me preguntó si estaba enojada por el día que discutimos.

—No, para nada. Casi siempre me gusta que me griten y me traten mal sin razón —respondí sarcástica.

—Lo siento, no fue mi intención. Realmente estaba cansado y sé que no es justificación. Me disculpo en serio, no fue mi intención.

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⏰ Última actualización: Jan 21 ⏰

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