Capítulo 3

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Max

Era sábado y el clima estaba fresco, tan fresco como para buscar un trabajo. Me levanté muy temprano, revisé algunos anuncios de empleo en mi celular mientras comía algo de fruta. No tenía experiencia en muchas cosas, pero necesitaba hacer algo. No quería sentirme inútil y deseaba tener mis propias cosas en lugar de derrochar el dinero de mis abuelos. También respondí algunos mensajes que tenía.

—Abuela: Dime si necesitas algo y ven a visitarnos, tu abuelo compró un celular nuevo y no sabe utilizarlo.

—Cami: Falta una semana para tu cumpleaños. Iré a verte para pasarlo juntos. Te quiero.

—Samanta: Te extraño muchísimo. ¿Por qué ya no me llamas?

Era cierto, faltaba solo una semana para mi cumpleaños y lo había olvidado por completo. No me agradaba mucho la idea de celebrarlo. Era muy incómodo ver a todos a tu alrededor cantando y tú sin saber hacia dónde mirar. Nunca supe dónde mirar cuando todos cantaban al mismo tiempo. Respondí con un "ok" a los mensajes de mi abuela y de Cami, y salí sigilosamente. Luke y su novia aún estaban dormidos, y no quería molestarlos.

Caminé durante 45 minutos y vi varios anuncios, pero solo necesitaba algo a medio tiempo. Con suerte, encontré una cafetería bastante sencilla que se acoplaba a mis necesidades. ¡Enhorabuena!

—Buenos días —dije abriendo la puerta—. Vine por el trabajo. —Buenos días. Es notorio que eres mayor de edad, pero debo pedirte la identificación y darte la información —avisó.

Le mostré mi identificación y el señor comenzó a explicarme. Era un trabajo básico y no ganaría demasiado, pero podía quedarme con las propinas.

—¿Te es accesible el trabajo? —¡Claro, claro! —afirmó entusiasmado. —Empiezas el viernes. ¡No llegues tarde! —agregó con una sonrisa. —Tranquilo, y muchas gracias nuevamente. —admití sonriendo.

Ariana

El día ha pasado bastante rápido. Mi hermano fue y vino muy feliz; hoy se veía muy guapo. Mi mamá ha estado descansando y Valeria con Luke. El lunes tengo clases y espero encontrar personas nuevas. No fui la primera semana porque Valeria no podía y no quería estar sola. Además, no hacen casi nada. La tarde pasó, y pude ver la puesta de sol; se veía tan lindo como siempre. Observar el cielo me relaja y me pone de buen humor. Hoy me iré a dormir temprano; me siento cansada y no tengo nada que hacer. Abajo dejé a mi mamá y mi hermano charlando, ya que mi hermano se trasladará al edificio de su universidad y están organizando sus cosas.



Mi vuelta al solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora