Capítulo 11: Toriki

27 3 1
                                    

POV: NEX

Me desperté luego de dos pesadillas, primero un perturbador sueño, que no permitió que siguiera durmiendo plácidamente y segundo el tonto de Owen, que no paraba de tocar mi puerta desaforadamente. El día no podía empezar mejor.

Me levanté rápidamente de mi cama, ni me tomé el tiempo de tenderla. Aún me encontraba en pijama cuando vi la alterada cara de Owen al abrir la puerta. Tomó mi mano con fuerza y me llevó rápidamente hasta el comedor, donde sobre la gran mesa de madera se encontraban depositados dos platos de pasta. Comenzó a pedirme que le cuente todo lo que pasó ayer durante la ceremonia, ya que él se encontraba muy distraído intentando bailar con cualquier chica que encontrara y bebiendo de más. Realmente no podía creer que me levantara de mi plácido sueño, que por desgracia casi nunca tengo, para que le comentara los chismes de ayer. Es un completo idiota.

—¿Para eso me despiertas?

—Disculpa Nex, pero es que no podía seguir durmiendo sin saber lo que ocurrió ayer ¿Podrías decirme que ocurrió? Por favor —imploró Owen un poco apenado.

—Bueno, bueno, pero no te emociones. La ceremonia no estuvo nada mal, solo que tenía las expectativas un poco bajas. Por esa razón me mantuve atento durante toda la fiesta y vi cosas que tal vez no debería de haber visto.

—¿En serio? ¡Vamos, cuenta!

—Cálmate un poco, Owen, se ve que la fiesta te alteró. Creo que no volveré a invitarte nunca más a una ceremonia.

Era solo un chiste, pero él me miró molesto, tomó un trozo de pan y lo remojó en la salsa de la pasta. No le gusta que le eche en cara lo pesado que se pone a veces, aunque sean bromitas.

—Ya no lo recuerdo muy bien, en realidad no me interesa meterme mucho en la vida de los otros. Una de las pocas cosas que recuerdo fue como Euria robaba alcohol a algunos nobles, mientras que su hermana Nisha los despistaba con su canto, para que estos no logren darse cuenta. Luego de eso no recuerdo nada más —mentí. En realidad vi más cosas, solo que no se las pienso contar, seguro que si lo hago en algún momento se le escaparán y me meterá en un gran lio. Por ejemplo, vi como la princesa Keisha besó a un chico que desconozco, seguramente Owen correría a contárselo a alguien si es que se lo digo. Así que prefiero ocultarle ciertas cosas.

Owen se rio, atragantándose un poco con la comida. Yo miré mi plato, jugando un poco con él, se encontraba casi lleno. No tenía mucha hambre, estaba lo suficientemente saciado con las delicias que servían en la ceremonia. Las mismas eran muy variadas, hasta no tenía ni la menor idea de que la gran mayoría existían. Aproveché y comí todo lo que en mi niñez nunca me dejaban probar.

—¿Sabes, Owen? —comenté mientras él me miraba con atención—. Durante la ceremonia logré conversar con la reina Mayia, y me confirmó que podía ser el costurero personal de la princesita Evelyn.

—¡No me digas!

—¡Si te digo! Pensé que ella no iba a estar interesada, supuse que la princesa Evelyn le habría dicho algo sobre nuestras conversaciones, es extraño que no lo haya hecho.

—No le habrán importado tanto, no te comas la cabeza con eso —contestó restándole importancia— Ahora ¿Tú qué le dijiste a la reina?

—Acepté, por supuesto —intenté sonar lo más seguro posible. Al principio no estaba convencido de la oferta, pero después terminé aceptando al valorar los beneficios que me traería. Me pagarían el doble o más de lo que gano, estaría bien lejos de los ruidos de la ciudad, podría averiguar algunas cosas de la realeza y mi pasado. Aunque trabajaría más arduo y...extrañaría algunas veces a Owen.

SolemniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora