-Joder...y yo que tengo solo una- me paso mi dedo índice por mis labios y sigue mi movimiento con su mirada- Bueno, soy de Estados Unidos, tengo tan solo veinticinco años, y mi familia es un tema privado que no quiero conversar ahora, ahora responde tu todas estas preguntas.
- ¿Veinticinco años? - asiento- Eres una de las mejores psicólogas y eres super joven. Yo siempre he sido de Inglaterra la verdad, y tengo veintisiete años, mi familia vive aquí, la voy a ver cada cierto tiempo.
-Que bien- nos entregan nuestros platos- ¿A qué te dedicas?
-Negocios, empresas, de todo un poco.
- ¿Por qué sabes dónde vivo?
-Porque cuando te llevaron las rosas yo estaba ahí mirando desde lejos- corre la mirada hacia otra parte.
-Verdad...las rosas, no las quise tirar al propio, solo que soy alérgica- se me queda mirando un momento y asiente.
-Ya.
Cabrón, y ahora que le digo, no sé cómo sacar temas de conversación, tan solo me preocupo de que follen bien y listo.
- ¿A medianoche puedes dejarme en el club? – su mirada cambia totalmente a una de enojo y no sé qué carajos hice.
- ¿Ya te quieres ir?, vamos si quieres a coquetear con otros- trata de levantarse, pero lo tomo del brazo y lo siento.
-No me quiero ir, no iba a ir hoy, pero Riley quería ir, aún no se acostumbra al club y la iba a acompañar, solo que vine hasta acá contigo- le brillan los ojitos y me quedo como boba mirándolo- Acompáñame si quieres.
Me da una sonrisa.
-Si tú quieres.
-Si quiero.
Comemos nuestros pedidos hablando y sonriendo de vez en cuando, a veces se me queda mirando más de lo que debería. Quiero preguntar a qué se debe esta cita, pero siento que no estoy preparada para un rechazo o alguna humillación.
- ¿Por qué no vives con tu familia? - pregunta de repente y me quedo helada.
-No nos llevamos la verdad, diferencias, me da igual siempre he sido yo y Riley, aunque ella tuvo la suerte de que su familia si la quisieran, lamentablemente yo no.
-No digas eso, tal vez si te querían- acerca su mano a la mía y la acaricia suavemente.
-No lo sabes, yo lo tengo claro, siempre me excluían de todo, me trataban como si fuera una estúpida. Tenía sueños como todos los niños y ellos se encargaban de destruirlos, hasta que cada vez era más mayor y les demostraba que si podía lograrlos- bajo la mirada hacia mi plato.
- ¿Cómo cuáles?
-Ser una buena psicóloga y tener mucho dinero. Siempre se reían de eso, hasta que me fui de la casa y estudié acá en Inglaterra, hace poco se trataron de comunicar conmigo a través de Riley, yo no quise hablar con ellos, la verdad es que nunca más querré estar con mi familia.
Levanta su mano y acaricia mi mejilla, se acerca poco a poco hasta que nuestros labios se rozan en un cálido beso, no como el primer beso que tuvimos que fue salvaje, este demuestra su dulzura que oculta a través de esa capa de ego y soberbia. Se aleja y me queda mirando directamente a mis ojos.
-No debes seguir demostrando nada más, eres una chica increíble, muy inteligente y muy sexy, por cierto.
Suelto una risita, mientras siento mi piel erizarse.
-Lo sé, muchos me lo dicen, aunque no siempre un chico de ojos celestes.
-Vaya me siento halagado la verdad- nos alejamos y ya me siento más segura para hacer mi pregunta.
- ¿Qué quieres de mí Alexander?
- ¿De ti? Todo, pensé que ya te habías dado cuenta- niego levemente mientras de río- Conocerte y ver que podría pasar, pero más de una amistad no lo creo.
- ¿Y eso?
-Pues estás de novia ¿no?
-Una ahora sale a cenar con alguien guapo y piensan que ya está en una relación.
- ¿Entonces no? - niego- Bueno, podría haber algo más que una amistad.
-Se verá con el tiempo- observo mi teléfono y ya es la hora de irnos- Hay que irnos.
-Como la señorita ordene- me da su mano y la tomo sin dudar.
Paga la cuenta, quise pagar mi parte, pero se negó como todo caballero. Me abre la puerta del vehículo y vamos hacia el club.
- ¿Qué pensaste de mi cuando me viste la primera vez? - me dice de la nada y pienso un momento.
-Que hombre tan sexy y desagradable a la vez- se ríe mientras conduce- ¿Y tú?
-Me la llevaré a la cama esta noche- me río- Aunque como vez no funcionó.
-Ya veo... ¿todas por solo una noche simplemente? - siento un poco de tristeza.
-Tal vez, aún no existe la que me mueva mi jodido mundo o eso creía- le brillan los ojos- ¿Eres de relaciones serias?
-No- contesto rápidamente- Pero no me niego a alguna, cuando hay amor...claro que se puede.
-Pienso lo mismo- hace un leve gesto con su cabeza- Llegamos.
Me acomodo el antifaz que lo tenía guardado en mi bolso y el hace lo mismo, nos bajamos y posa un brazo alrededor de mi cintura y me apego más a él. Saludo a Francis, y vamos directamente donde Tyler que está junto a Liv.
-Hola chicos- me quedan mirando fijamente y se me olvida que estoy acompañada- Él es Alexander, Alexander ellos son mis amigos Tyler y Liv.
- ¿Qué tal? - le dice Tyler dándole la mano.
-Que guapo- Liv le da un beso en la mejilla y siento una sensación molesta- Un gusto.
Tyler nota mi reacción y me toma de la cintura y me da un pequeño beso en mis labios, siempre nos saludamos así.
-Como siempre estás exquisita- me dice Tyler- ¿Vodka?
-Que bien me conoces- no le presto atención a Alex que está conversando con Liv y tomo mi vaso con vodka.
Me llega una notificación en mi teléfono.
Riley: ¿Dónde estás?
Roxi: Donde Ty, ven para acá y nos vamos a bailar.
-Roxi- Riley me abraza por detrás.
-Vamos- le tomo la mano y nos vamos hacia la pista de baile.
Me vale que haya venido con Alex, él se ve bastante cómodo hablando con Liv, miro hacia atrás y ahí están muy juntitos mientras ella se acerca más y más.
Bailamos y yo bailo con uno y otro, no me importa que Alex se me quede mirando o realmente que me fulmine con la mirada. Siento como todo me da vuelta y decido ir al baño.
Me hecho agua en mi cara y comienzo a escuchar gemidos, gemidos que ya he escuchado, de Liv cuando lleva a sus ligues a mi departamento y tiene sexo con ellos en su habitación que le asigné para cuando quiere estar conmigo.
Se quedan el silencio un momento y salen del baño en medio de besos, se dan cuento de mi presencia y se separan.
Alex es el primero en acercarse y tratar de hablar.
-Yo...- lo interrumpo, como siempre cuando intenta dar sus excusas baratas.
-No somos nada no me debes explicaciones- me abro paso hacia la salida y escucho a Liv llamarme.
-Roxi, espera- me toma del brazo para darme la vuelta- ¿Te gusta?
-No claro que no, no te preocupes, me voy.
Tomo mi bolso y me dirijo hacia mi casa con esta sensación en el pecho que me está quemando.
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LA PERFECCIÓN
RomanceMe siento más libre que nunca, sintiendo las miradas de todos en mí, en mis movimientos, en mi cuerpo, sé lo que provoco en los hombres, aún así me aprovecho de eso. Voy tocando desde mis muslos, levantando un poco mi vestido, mordiendo mi labio inf...