Capítulo 8

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El tiempo y la vida me han dado muchas explicaciones lógicas para todo, pero mi alma se alimenta de misterios.
Paulo Coelho

Con ayuda de Margaret, llegué hacia mi habitación. Estaba que me llevaba el diablo. Pero eso era porque, ya estaba cansada de la actitud de Velkan conmigo. A la próxima y le daría un punta pie. A ver si con eso aprende.

— ¿Quiere que la ayude a organizar los libros señorita Davis.— Me pregunto Margaret. 

— No... Gracias.— Le dije. — Puedes retirarte.

Ella asintió y se retiró, dejando sola en la habitación.

Gracias a Dios me encontraba sola. Admito que me asusté un poco cuando Velkan me encontró en la biblioteca. Pensé que se daría de cuenta de lo que estaba haciendo. Me sentía como una ladrona.

Era obvio que ese libro tenía algo muy extraño y por más que lo quise dejar en su estante no pude. Me llamaba como el canto de una sirena.

Con mucho cuidado me senté en la cama con el libro en mis piernas. Alcance mi laptop y comencé a buscar en internet a ver si conseguí alguna información sobre él. Pero era inútil. No aparecía nada.

De algo si estaba segura. Este libro tenía magia. ¿Pueden creerlo?
Mi búsqueda en Internet sólo me arrojaba cosas como que los grimorios eran los libros o diarios por así decirlo, de brujas que contienen hechizos, rituales, hierbas y curación, encarnaciones, cánticos, métodos adivinatorios y temas diversos que sirven para guiar a las brujas en su arte y religión.

¿Que hace Velkan con esto?

Libros que portan maldiciones, que revelan los secretos de los muertos o que contienen toda la legislación relativa a pactos con Satanás y otras entidades poco recomendables. No me estaba gustando mucho esto. Me estaba metiendo con cosas que no debía.

Se conoce poco sobre el origen de muchas de las fórmulas mágicas, pero aunque es probable que sean el resultado de traducciones de conocimientos de magia oriental árabe fusionada con elementos occidentales. Era extraño de decir. Pero las palabras de este libro se revelan ante mis ojos. Y podía leerlas con mucha claridad. Pero... ¿Como es posible que yo conozca un idioma que jamás aprendí?

“Este grimorio pertenece a la primogénita del príncipe Kristofer y la hechicera Katrina del sur de Rumanía.”

“Katherine Dragomir”

Mi ceño se frunció al leer ese nombre. Mucha casualidad de que su nombre fuera idéntico al mío. ¿Sobre todo el de su madre? Que extraño. Sabía obviamente que no hablaban de mi. Era imposible. Sobre todo por el tiempo que tenía este grimorio de antiguo. ¿Pero porque sentía cierta conexión con él?

Seguía leyendo el libro y me pude percatar de varias frases escritas en él, que por lo que decían... Eran como hechizos. Esto... Es lo más loco que yo allá echo algunas vez. Pero quiero seguir intentado hacer cosas con él. Leí una frase que me llamó la atención. Así que la recite en voz alta:

Cariño, sólo toma mi mano

Seré tu chica, tú serás mi hombre

Veo mi futuro en tus ojos

Bailando en la oscuridad contigo entre mis brazos.”

Omg.

Esto parecía un hechizo como de amarre. Dios bendito. Gracias a Dios, solo es un escrito nada raro pasaría.

El toque de alguien en la puerta me llamó la atención.Oculte el libro debajo de la cama. Y con mucha paciencia me dirigí a la puerta.Al abrirla, mi ceño se frunce. ¿Qué hacía Velkan acá? Había sido muy clara con él.

El legado del príncipe oscuro Libro 1 (En Redacción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora