¡Lili! 리니 - 𝐉𝐧𝐤 - 𝐋𝐥𝐦

𝟎𝟓𝟑

Se volteó nuevamente, buscando la posición perfecta para poder conciliar el sueño, aunque hace mas de dos horas que estaba tratando de dormirse.

Las cosas... No estaban bien.

Lisa estos días estaba realmente alterada, como si fuese una bomba, la cual pronto explotaría. Ya hace unos días de la pelea con su madre, con la cual ya ni siquiera saludaba cuando se cruzaban por la calle. Aunque la mayor lo negara, Jennie sabía perfectamente que su novia no estaba bien, la escuchaba llorar por las noches, también escuchaba como se levantaba de la cama, tomaba las llaves y se iba, para volver una hora después con olor a cigarrillo y un poco de alcohol.

No era solamente por lo de su madree, su no también que le habían rechazado unas canciones que había presentado, diciéndole que "No eran realmente buenas, y que ninguna agencia las iba a aceptar". Además, la habían despedido de su trabajo, sí, había conseguido un trabajo en una tienda de ropa.

La madre de Jennie estaba igualmente de preocupada por su hija, quería a Lisa como su propia hija, y le dolía ver como se encontraba. Una mañana, se sentó con ella, solas, y le dijo varías cosas, como que: "Siempre iba a ser bienvenida en está casa" y "Ya verás como las cosas van a mejorar, hija".

A pesar de todo, Lisa tenía un pilar, y ese pilar era Jennie. ¿Peleaban? Sí, no muchas veces, pero lo hacían, aunque siempre terminaban a los besos y acurrucadas en el sofá, o en la cama haciendo el amor.

- ¿No puedes dormir? - Una voz somnolienta le hizo volver a la realidad. Se volteó, quedando cara a cara.

- No - Dijo bajito.

Lisa se le acercó, la envolvió en sus brazos, haciendo que su cabeza quedara escondida en su pecho. Tan cálida...

- ¿Estas bien? - Preguntó derrepente Jennie, mientras la mayor le repartía besos por todo el rostro.

- Sí, ¿Tú?

Jennie se separó, extrañando a su pareja, y se sentó en la cama, cruzando las piernas en posición de indio y mirándola fijamente.

- Quiero que dejes tus salidas nocturnas - Habló firme, demostrando seriedad en sus palabras.

Lisa se sentó igualmente, imitando su posición y quedando así nuevamente frente a frente, envueltas en la oscuridad de la noche, aunque iluminadas por la luz de la luna que entraba por la ventana.

La rubia bajó la mirada avergonzada, no quería que su pequeña novia la viera así. Había dejado hace tiempo el cigarrillo, pero una noche decidió mandar a la mierda todo y volver a retomar sus viejos hábitos. Sin embargo, sabía perfectamente que no estaba bien, además de que tenía un pequeño miedo: beber mas de la cuenta y cagarla, como acostarse con alguien o quizás decirle cosas a Jennie.

- Esta bien... - Dijo tomando la mano de la castaña, acariciándola con su pulgar. Era tan suave y delicada que Lisa, por alguna razón, le dieron ganas de morderlas. Así lo hizo, acercó sus dedos a su boca y mordió suavemente el índice, para luego meterlos en su cavidad y lamerlos. Sonrió al ver como su pareja se sonrojaba con fuerza, pero se notaba claramente que lo disfrutaba.

- Y-yo... Li-Lisa... - Tartamudeó. ¿Se estaba excitando? Sí, pero aún no terminaba de hablar, por lo que alejó su mano, recibiendo un gruñido por parte de la rubia - Aun n-no terminé - Aclaró.

La mayor se acercó a la castaña, tomó sus muslos y los masajeó, haciendo suspirar de placer a su pareja. La sentó en su regazo, y sin poder resistirse más, devoró su cuello, mientras sus inquietas manos se dirigían a su trasero, masajeándolo y amasándolo a su antojo.

- L-Lis- Ah~ - Gimió, Lisa había introducido sus manos dentro de su ropa interior - Q-quiero... qu- ugh - La calló con sus labios, devorándolos con desesperación, convirtiendo rápidamente el beso en uno llenó de placer y salvajismo. Sin poder evitarlo, Jennie le dio permiso a la húmeda lengua de su pareja, comenzando así una verdadera lucha entre los músculos, mientras la rubia dirigía su diestra al necesitado clítoris de Jennie, causando pequeños gemidos y jadeos en medio del beso. Sin embargo, la castaña se separó, lo suficiente para romper el contacto entre los labios, dejando que un pequeño rastro de saliva caiga por su costado - Quiero q-que... - Soltó un gemido, Lisa había comenzado a masturbarla con rapidez - Q-que... Ha-habl ¡Ah! ~ hablemos c-con tu madre... - Terminó de decir.

Lisa frunció el ceño y detuvo sus acciones, recibiendo un quejido por parte de la excitada castaña. Sin embargo, volvió a besarla con fuerza y continuó masturbándola, moviendo con rapidez su dedo en su montículo de placer, mientras con su otra mano dirigía sus dedos a su rosada entrada y comenzando a introducirlos, haciendo que Jennie soltara un fuerte gemido al recibir tanto estímulo a la vez.

- Shh... Tu madre no podría escuchar - Jadeó - Y por lo otro... Si es lo que quieres, esta bien. Todo por mi hermosa novia - Sonrió, enseñando su perfecta dentadura.

Jennie solo esperaba que las cosas se solucionaran.