Capítulo 29 "La llegada"

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En cuanto llegué al aeropuerto me encontré con un hombre alto que llevaba un letrero con mi nombre en él, rápidamente me acerqué hasta donde se encontraba y me saludó con amabilidad. No voy a negar se veía un poco agotado.

— Buenos días, señorita Danvers. Mi nombre es Gregory y seré su chofer en caso de cualquier emergencia.

Lo miré con en ceño fruncido ¿acaso las becas en Irlanda también incluían chofer? Que elegancia.

— Hola Gregory, un gusto conocerte y por favor, solo llámame Kara.

— Como guste, Kara. ¿Ya tiene todas sus cosas?.

— Sí— Le dediqué una sonrisa y señalé las maletas.

— Bien, es hora de irnos, ya la están esperando en su residencia.

— Vamos entonces.

Gregory quiso ayudarme con las maletas pero lo detuve, temía que le sucediera algo por el cansancio.

— Yo puedo con ellas, no pesan y son pequeñas.

— Permitame Kara, debe estar agotada por el viaje.

— ¿Yo? Comparada contigo me veo más fresca que una lechuga, Gregory. ¿No gusta tomar una tacita de café o algo antes de irnos?— Ofrecí.

— Muchas gracias, pero no. De igual manera le pido una disculpa, no pude conciliar muy bien el sueño pero le prometo que para conducir no hay problema.

— Está bien, vamos.

Tomé las maletas con ambas manos y comencé a avanzar, por fuera de seguro me veía completamente normal, sin embargo tuve que sacar fuerzas hasta del trasero para llevar las maletas, nunca pensé que estuvieran tan pesadas. Una vez llegando al auto, Gregory las subió con un poco de dificultad y mirándome con los ojos más abiertos de lo normal.

— ¿No se lastimó la espalda, Kara?— Preguntó mientras cerraba el maletero y caminaba hasta mi para abrir la puerta.

— No, estoy un tanto acosbrada porque digamos que mi hermana pesa lo mismo cuando se emborracha, y bueno, quien la tiene que cargar por las escaleras soy yo.

El mayor soltó una gran risotada y me hizo una señal para que entrara, rápidamente le hice caso. Durante el viaje hasta la residencia pude observar lo bonita que era la ciudad de Dublin, todo un encanto a decir verdad. Lastimosamente ya eran pasadas las nueve de la noche cuando llegué a lo que sería mi casa durante un año, así que me quedé con las ganas de conocer un poco más de la ciudad, no obstante, tendría el siguiente día completamente libre para poder hacerlo.

— Hemos llegado— Avisó Gregory, quien me sorprendió bebiendo de mi juguito en caja.

— Esto es hermoso— Sin querer hice sonar la cajita

En cuanto me bajé del auto la puerta se abrió dejándome ver a una mujer bastante hermosa, de seguro tenía la edad de mi madre.

— Señora Prince, ya llegó la señorita Danvers.

El jugo casi se me salió por los ojos en cuanto escuché aquel apellido, no podía ser, definitivamente no. De seguro solo era alcance de apellido, nada más.

— ¿Se encuentra bien, Danvers?— Preguntó acercándose a mi— Parece que vio un fantasma.

El fantasma de mi pasado, me dije mentalmente.

— Lo siento, es que el jugo me pasó por el camino viejo.

— ¿Okay?— Soltó una risa leve— Gracias por traerla, Gregory. Luego de bajar las maletas puedes irte a casa.

La mejor amiga de mi hermana • (AU Supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora