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Mason Stevens

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Mason Stevens

A pasos medios dormidos bajo las escaleras para buscar un vaso de agua y volver a la cama, hoy había sido un día muy cansado tanto como en el trabajo y por la situación del padre de Luan.

Y hablando de la Roma, se escuchan sus gemidos reprimidos, me acerco un poco y veo que se encuentra con una pierna encima del mesón con un paño en la boca mientras Valter se lo metía.

Se veía tan sexy así de sumisa que me daban ganas de unirme a ellos y hacer que ella se atore con mi pene mientras él se lo metía sin pulcritud alguna.

Escucho pasos acercarse, me escondo no muy bien que digamos, pero la poca luz ayuda a que yo no me vea.

─ Mason se que te encuentras ahí, sal de tu escondite ─ baja su pierna y coloca su frente del mesón para descansar.

Retomo mi camino bien hacia la nevera y en ves de tomar el agua, tomo la leche condensada

─ Todavía no te duermas, falta mi turno ─ sonrió mientras adentro mi dedo en el bote y lo introduzco en mi boca para saborear.

─ Mierda ─ escuchó de su parte.

Me acerco al sofá y la veo con sus ojos cerrados, giró hacia su cara el bote y espero a que baje, una espesa gota baja directo en su cara.

─ MASON ─ se levanta del sofá dejándome ver su figura desnuda, es una diosa y es inevitable no morderme el labio inferior.

Me siento en el sofá y me le quedo mirando, muevo mis manos para que se sienta en mis piernas.

─Acércate ─ ella obedece y se sienta en ella, el tacto del pantalón de pijama hace que tiemble, media sonrisa me saca.

Acerco mi mano a su vagina y siento flujos mixtos , ella se remueve un poco y entreabre los labios

─ Oh ─ acerca su cara hacia la mía,le doy una lamida a su mejilla lentamente.

─ Me vuelves loco Luan, completamente loco.

─ Tu... a mi ─ habla entrecortado con sus ojos cerrados sintiendo mis dedos trazar y sobar allá abajo

Muevo cada vez más rápido mis dedos, ella solo se movió encima mio y soltaba pequeños gemidos, su cara estaba roja y sudada y su respiración ni de qué hablar. No podía hablar, mi respiración también estaba agitada.

─ Oh Dios ─ ella aprieta mi mano y eso indica que llegue a su punto de clímax.

Agarró su pequeños cuerpo y alzó hasta mi cara, coloco cada pierna en mis hombros y paso mi lengua de punto a punto haciendo que ella se estremece encima de mi.

─ Oh mierda...

Chupo, lamo, follo y succiono a mi antojo, solo yo conozco los puntos más débiles y ella lo sabe aunque lo niegue.

𝐌𝐈𝐒 𝐑𝐄𝐘𝐄𝐒 𝐎𝐒𝐂𝐔𝐑𝐎𝐒 | Los Stein [©]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora