Taylor Swift se abrazaba a si misma, caminaba de un extremo a otro oculta entre el camino de arbustos que se encontraba detrás del centro comercial de Santa Mónica, era una suerte que había logrado pasar desapercibida por la gente; esa gorra azul con una letra "B" bordada habia logrado ocultar su rostro el cual estaba bañado en lágrimas.
— Responde...... Responde Evans.
Taylor suplicaba en voz baja al teléfono escuchando el tono insistente sin tener respuesta, habían quedado de verse desde el mediodía, pero seguía sin llegar a su lugar encuentro.
La cantante perdía la esperanza poco a poco, ¿De que había servido cancelar todos sus planes? Chris no llegaría.
— Hora de volver al estudio.
La rubia miró decepcionada una vez más aquella banca dónde solían sentarse juntos, limpió sus lágrimas y entró a su auto emprendiendo su camino al estudio de grabación donde Jack preparaba una de las pistas musicales, Taylor lo saludó fugazmente yendo directo hacia su escritorio donde solía escribir sus canciones; durante el camino había tenido algunas ideas.
— ¿Agosto? — Jack preguntó con curiosidad — ¿De que trata?
Taylor frunció los labios, tomó una de sus guitarras y comenzó a improvisar una tonada mientras su mente comenzaba a volar.
— ¿Estás segura de esto? — Chris susurró en su oido mientras ella hechizada por aquel hombre fornido comenzaba a montarse encima de él, rodeó su cuello con sus brazos mientras asentía despacio conectando su mirada con la de él, la playa de Malibú estaba desierta, el amanecer débilmente se abría paso ante aquellos amantes.
— Muy segura — Taylor gimió al sentir los dedos de Chris hacer a un lado sus bragas para penetrarla de golpe, por suerte su vestido holgado los cubria — nunca me habia sentido tan segura de algo.
Chris mordió su labio callandola, la sujetó con sus fuertes brazos siendo él quien comenzó aquel vaiven delirante; jamás se cansaría de hacerla suya.
— Te quiero Chris — Taylor escondió su cabeza en el cuello del hombre gimiendo despacio mientras escuchaba gruñir y gemir al actor quién con los ojos cerrados se dejaba llevar por aquel vaiven.
— Nos vemos en dos semanas — Chris la ayudó a levantarse de la arena, alerta la escoltó hacia su auto pues poco a poco la playa conenzaba a tener afluencia de visitantes.
— ¿Dos semanas? — Taylor frunció el ceño confundida — prometiste venir a mi casa este fin de semana, estas libre.
— Lo siento, debo viajar a New York.
— ¿Es por Ana de Armas? — Taylor preguntó mientras entraba a su auto acomodándose y Chris cerraba la puerta.
— ¿Porque siempre tienes que meter a Ana en esto? — el actor bufó molesto.
— Porque la prensa no deja de hablar de ustedes, se dice que son pareja — Taylor lo recriminó con la mirada — ¿Hasta cuando vas a ocultarme?
Chris la ignoró.
— Nos vemos en dos semanas.
La joven aturdida lo vió alejarse, golpeó el volante.
Las cosas entre ellos seguían tensas, sus reuniones clandestinas, sus gemidos siendo censurados, ambos amantes se veian de vez en cuando, Chris no dejaba de ser detallista con la cantante, la llenaba de rosas y cartas a puño y letra; para ella, él era su príncipe azul, Pero ella para él, sólo un pasatiempo.
Todo el verano estuvieron enredados entre las sábanas, ocultos de todos, Taylor quería proponerle hacer pública su relación, pero siempre se arrepentía y no lo hablaba pues cada vez el rumor de Ana y Chris juntos crecía, hasta que un día leyó algunos mensajes del móvil de Evans donde Ana de Armas le decía que lo amaba y que ansiaba llegar al altar con él.
Evans partió el día siguiente a New York dejando California sin mirar atras, besó por última vez a Taylor despidiendose en silencio, como el cobarde que era.
Chris Evans y Ana de Armas, boda en puerta.
Taylor ahogó un sollozo desgarrador, se dejó caer sobre su cama donde a su lado se encontraba una prueba de embarazo; iba a tener un hijo con el hombre que en la nota periodística decía que se habia comprometido.
— Necesito verte — Taylor trató de no sonar destrozada.
— Te veo donde mismo, mañana al amanecer — Chris fue breve para después colgar.
Pero él jamás apareció.
—
Es preciosa —Jack aplaudió maravillado —se siente tan real, iré a revisar la cinta de grabación.
Taylor asintío en silencio y por inercia acarició su vientre.
—Quizá nunca fuiste mío, pero este bebé si lo será.
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