Una vez que llegaron al lugar establecido, el par conformado por el pelinegro y el rubio entró a la casa con el corazón latiéndoles a mil por hora llevándose la sorpresa de que no había ninguna presencia.
Masahiro frunció el ceño y dejó sus cosas en su cuarto para empezar a verificar por todos lados si encontraba a alguien, con resultados obviamente negativos.
-¿Oshiba? ¿Shige?-Hablo el rubio con voz fuerte no obteniendo ninguna respuesta-Parece que no hay nadie, Kousuke-san.
-Creo que tienes razón, yo tampoco encontré a alguien-Apoyó el de cabellos oscuros regresando de examinar-Supongo... Que estaremos... Solos.
Fue ahí que Masahiro se sonrojó y miró hacia otro lado ya que entendía el significado de aquellas palabras.
Kousuke estaba igual que él, por un lado no quería asustar al rubio ya que era algo inesperado.
Pero también, su ser ansiaba tener ese tipo de contacto con el de ojos esmeralda.
Cuando esté alzó la mirada con vergüenza y conectó sus orbes, sintió como su boca se le secaba de la impresión.
-Creo que... Yo... Iré a mi cuarto... Que descanses, Kousuke-san-Tartamudeó el ojiverde con mucho nerviosismo claro.
El rubio bajo la mirada tratando de huir, pero con eso también logró sacar al contrario de su trance.
-Espera, Masahiro...
Kousuke tomó su mano impidiendo que se fuera y lo regreso al frente suyo donde lo hizo verlo directamente a sus ojos haciendo que el más bajo se hechizará con los ojos grises del mayor.
Era un imán de atracción gigante, sus pupilas dilatadas ocultaban el precioso color gris que poseía Kousuke, dándole un aire más dominante.
Sintió como las piernas le temblaban y su aliento se cortaba de tal manera que sintió como el deseo se empezaba a sentir en su ser.
Sin razonar más, el pelinegro no aguanto más aquel ambiente embriagante y plantó sus labios en los del menor quien no dudó en corresponderle.
Deseado y codiciado, el beso de aquel par de amantes era tan sensual que la palabra intenso se le quedaba corta.
Poco a poco, esa intensidad subió al punto en que Kousuke empezó a guiar al contrario hasta el cuarto de el sin ninguna queja.
Una vez ahí, el pelinegro cayó de espaldas con el rubio encima de él.
Sus cuerpos empezaron a demandar más contacto por lo que sus labios pasaron al cuello del ojiverde quien se dejó hacer por completo mientras acariciaba el pecho de este mismo.
La camisa de ambos empezó a ser desabotonada por el contrario y el simple roce de sus torsos empezó a estimularlos de gran manera.
Masahiro estaba por quitarse la ropa de la parte inferior cuando escuchó el timbre cayendo a un lado de la cama por la impresión y sorpresa que le hizo recuperar la razón.
El ojiverde empezó a tomar aire y fue entonces que recuperó totalmente su consciencia por lo que, sonrojado, se puso una bata para abrir mientras el pelinegro se quedaba en la cama dispuesto a matar a quien le hubiera arruinado aquel glorioso momento.
Por su parte, el rubio rogaba con que no fuera Oshiba quien estuviera al otro lado.
De por si, le estaba costando ganárselo, si se lo encontraba a punto de tener relaciones con su hermano, le costaría todo el avance.
Con valentía, abrió la puerta llevándose con una sorpresa inmensa que le dejó sin palabras.
-¡Massy! Que bueno ver que el GPS de tu celular sigue activo, pude dar gracias a él contigo, me tenías muy preocupado, precioso.
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The other man (HMH)
FanfictionIdea inspirada de la película "The other woman" o "Mujeres al ataque" El veterinario de Tokio, Masahiro Setagawa cree que su novio Hasekura es perfecto y está muy entusiasmado con su relación. Pero tras caer de sorpresa a su casa, todo se arruina p...