Manos temblorosas, corazón incontrolable y piernas rígidas.
El sujeto tenía miedo de lo que pudiera encontrarse, pero también algo dentro de si le decía que debía hacerlo, sobre todo porque era algo que podría llegarle a causar un alto impacto en todos los aspectos.
Tomando aire, abrió la puerta de aquel lugar, dio el nombre de quien lo había invitado y fue conducido hasta la mesa que era correspondiente a quien lo había invitado, se sentó enfrente suyo y grande fue su sorpresa al ver que era quien menos esperaba.
-¿Señor policía?-Pregunto bastante confundido el pelinegro viendo a la persona frente suyo.
-Gusto en verlo de nuevo Hasekura-san, me parece que tenemos mucho que hablar.
-¿Así que usted es...? Ya sabes, ¿la persona que menciona ser el remitente de la carta donde se menciona que mi esposo me es inf...?
-Si, yo soy el amante de su esposo, Setagawa Masahiro, es un placer-Cortó en seco el rubio con vergüenza provocando la sorpresa del menor.
Muchas dudas y sentimientos surgieron en ese momento, pero antes de ello hay que responder una pregunta.
¿Cómo habían llegado hasta ese punto?
(4 horas antes)
-¿Setagawa-sama? ¿Habla en serio?-Hablo el asistente del ojiverde con sorpresa por la petición de su jefe.
-Si Ryo-kun, me tomare el día, cancela todas mis citas, hay asuntos personales que debo atender y priorizar, así que me es imposible asistir hoy a la clínica.
-Pero deberemos...
-¡No me importa!-Grito el veterinario sintiendo como todo su enojo brotaba con naturalidad-Y por favor, ¡no se te ocurra llamarme!
Masahiro colgó rápidamente antes de dejar que los sentimientos de culpabilidad se hicieran presentes y se miró al espejo pudiendo presenciar su propio reflejo.
Patético.
El maquillaje ligero de ayer estaba un desastre, su cabello estaba totalmente desaliñado, sus ojos ardían de tantas lágrimas, sus mejillas estaban manchadas con gloss y sus ojeras estaban aún más marcadas.
Con enojo recogió todas las cosas de su pareja, las puso en bolsas negras y estuvo por quemarlas en la terraza, pero el timbre sonó deteniéndolo en el acto.
Por unos instantes, dudo en atender, pero la insistencia de la persona al otro lado de la puerta, le hizo no tener otra opción que dirigirse a abrir.
Tomando aire, giró la perilla dispuesto a mostrarse hiriente con esa persona que había tenido la mala suerte de toparse con su peor faceta.
Pero grande fue su sorpresa al percatarse de los singulares cabellos azules pertenecientes a esta.
-¿Setagawa-senpai?-Dijo la chica confundida de ver esa imagen del rubio quien bajo su agresividad siendo hasta algo pasivo.
-¿Satou-chan? ¿Qué haces aquí?
-Pasaba a ver si todo estaba bien, escuché ruidos extraños y quise cerciorarme de que no estuvieras en peligro.
-No es nada Satou-chan, son solo cosas tontas.
-Tus ojos están rojos, tu pelo rara vez lo dejas así de alborotado y además, tu nunca usarías maquillaje, y si lo usaras, tendrías cuidado de quitarlo antes de dormir, pero veo que está bastante esparcido por tu rostro de forma desastrosa-Soltó Satou con perspicacia logrando que el ojiverde se quedara sin palabras-Es más que obvio que no estás bien, así que toma un abrigo y vamos a caminar aquí cerca, debemos hablar.
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The other man (HMH)
Fiksi PenggemarIdea inspirada de la película "The other woman" o "Mujeres al ataque" El veterinario de Tokio, Masahiro Setagawa cree que su novio Hasekura es perfecto y está muy entusiasmado con su relación. Pero tras caer de sorpresa a su casa, todo se arruina p...