PÉTALOS DE SANGRE - 🧡Katsudeku💚 [Editando]

Capítulo 1: La tortura en carne propia del Hanahaki Disease

NARRADOR
Los días eran eternos, las noches un martirio y su único consuelo era la esperanza de que algún día aceptará su amor, para sanarlo, sanarlo de aquel terrible Hanahaki que trajo desgracias a la vida del pequeño ojiverde.

—Kacchan...Kacchan... —susurro tratando de encontrar consuelo en la perla blanca que adornaba el firmamento.

El Hanahaki Disease una enfermedad en donde la víctima tose pétalos de flores cuando sufre de un amor unilateral (amor no correspondido)

Desde los 10 años, Izuku ha lidiado con este extraño padecimiento; y para evitar el dolor y preocupación de su querida madre, tuvo que callarlo y enfrentar en soledad las amargas experiencias que duramente atravesó.

En un principio no fueron tan dolorosas, pues solo tosía uno o dos pétalos de sakura por mes, pero había ocasiones en las que esta acción le provocaba irritación en la garganta, impidiendo un habla adecuada.

Por años creyó que su enfermedad tendría cura, por años divagó con la idea de un Kacchan correspondiendo a sus sentimientos, pero esa idea fue duramente pisoteada cuando a la edad de 17 años presenció al rubio del que estaba enamorado aceptando los sentimientos de Kirishima. Desde ese día, la enfermedad que soporto durante 8 años en soledad no se comparó en nada a cuando el Hanahaki comenzó a agravarse.

Los primeros 4 meses (después de enterarse del nuevo noviazgo de su amigo y amor de la infancia) la tos se hizo más frecuente repitiéndose entre 3 o 5 veces por día.

—No pasa nada, puedo lidiar con esto. —se dijo así mismo para no perder las esperanzas.

Pero la verdad es que no podía soportarlo y aquel mal comenzó a evolucionar cada vez más.

8 meses después, la enfermedad empeoró, al grado de vomitar pétalos mezclados con sangre, aquello era la sensación más horrible del mundo, durante el transcurso de las 24 horas, tosía y vomitaba pétalos de sakura, y lo peor es que ni siquiera sabia el porqué.

Su condición física era deplorable y para no levantar sospechas entre sus compañeros de institución actuó como si fuera el mejor actor del mundo-mundial, que todo estaba en orden, que nada malo sucedía, que era el mismo chico lindo y positivo de siempre, pero todo eso era solo una careta, una farsa, un engaño para que nadie notará lo que le pasaba en realidad.

Muchas veces (durante el horario escolar) tuvo que aguantar frente a todos aquella sensación de vómito y tos, ocasionando (cuando sentía que esa sensación se avecinaba) que cerrará los ojos para suplicar (con todas sus fuerzas) que no sucediera.

"Por favor, por favor no dejes que eso pase, que nadie sepa el mal que tengo" —suplicaba una y otra vez juntando con discreción las manos.

Noviembre llegó y el pequeño peliverde cumplió 10 meses ocultando (de los que lo rodeaban) la agravación de su mal, pero las represalias ante su silencio comenzaron a pasarle la factura, y la enfermedad siguió y siguió mutando sin parar.

Una mañana, mientras se vestía para asistir a clases, notó unas extrañas y delgadas ramitas sobresalir de la piel de sus brazos y abdomen, aquello lo asustó; y tratando de no entrar en pánico tomo unas pequeñas pinzas que tenía en el buró, comenzando a extraer con sumo cuidado las pequeñas ramas que nacieron dentro de él.

—L-Listo, c-creó que son todas. —declaro limpiando las pequeñas heridas que dejaron las raíces de las ramitas, para finalmente colocarse la camisa y el saco de la escuela.

"Creó que no nacerán más de esas cosas, porqué las extraje antes de que crecieran" —pensó mientras se dirigía a su salón, pero una vez más se equivocó y todo esto trajo consigo nuevas consecuencias.

Aquellas ramitas volvían a brotar una y otra vez en la blanca y hermosa piel de su cuerpo, para que nadie lo descubriera comenzó a remover sin parar aquellos tallos tan molestos ocasionando alguna que otra cicatriz en su cuerpo. Para detener el crecimiento de las raíces, tuvo que vendarse y apretarse con fuerza los brazos (ya que era el lugar donde mas tallos brotaban) para no ser descubierto por nadie.

Su plan de ocultar esto seguía dando resultado y lo mantendría así hasta que la cura llegara a él y esa sería el día en que Kacchan aceptará su amor pero... ¿Si eso no ocurre?, ¿y si eso nunca llega a pasar?, ¿acaso morirá por amor?, ¿sera capaz de sacrificar su propia existencia con tal de esperar a su verdadero amor?

"El amor puede ser letal, tanto que tiene la capacidad de aniquilar al más débil de la relación con tal de probar su mortífera veracidad"

Continuará...