La sensación era desagradable, el dolor era insoportable y mientras el fuerte sabor de la sangre se mezclaba con el dulce aroma de las Sakuras que desprendían de su boca, la vida de Izuku se consumia cual vela encendida.
--Por que...¿por que no pue...
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IZUKU Mi tortura se intensificaba, el dolor no cesaba, y esto era cada vez más difícil de soportar.
"ya no puedo más" —pensé acomodandome en posición fetal para que el dolor se calmara.
Hace más de dos meses Hinode me había dado el diagnóstico completo, sabía que la única opción para salvarme era liquidarlo de raíz, pero no podía, no podía desechar a la basura mis sentimientos por Kacchan.
"Kacchan" —musite llorando por el dolor que sentía.
Eran tan fuerte y horrible que lo único que me tranquilizaba era pensar en él. Mientras me retorcía por toda la cama algo que me altero por completo.
—Dios mío. —susurré con temor descubriendo mi abdomen para ver cómo las ramas brotaban de mi pecho.
—¿Ahora qué haré? —dije en un vago intentó de arrancármelas, pero era imposible, porque a diferencia de los tallos y brotes (que anteriormente me nacían) estas eran internas.
Estando en aquel estado recordé todas las veces que Hinode me insistió para poder remediar este problema. En todas y cada una de esas veces que me negué, aún sigue existiendo dentro de mí la esperanza de que Kacchan corresponda a mis sentimientos. No quiero soltarlos, quiero aferrarme aunque sean dolorosos de cargar, quiero hacerlo porque mi amor por ese rubio es más grande que esté mal.
—M-Mañana te confesaré mis s-sentimientos, mañana por fin lo haré kacchan, asi que espérame por favor... —susurré con serenidad.
Los párpados de mis ojos se cerraban por la debilidad, estaba pasando por tanto dolor que me estaba constando bastante conciliar el sueño.
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NARRADOR
Al día siguiente Izuku se alistó a duras penas, el dolor era tan insoportable y con cada paso que daba más le dolía el interior de su anatomía. Sentía que algo lo estaba aplastando por dentro y al sentirse de esta manera, la respiración se le dificultaba a lo grande, pero con todo esto sobre él, se armó de valor para intentarlo. Tenía que hacerlo para al fin confesarle su amor al rubio que idolatraba con el corazón.