Capítulo Diecisiete

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—Esto es imposible —exclamé, estaba horrorizada de lo que estaba viendo—. Nadie ha podido tener un contrato así.

—La venganza hace posible muchas cosas —habla mi gemela a mi lado—. 40 años de una meticulosa venganza y cientos de cadáveres que hicieron el camino posible.

Ella chasquea los dedos cambiando todo a nuestro alrededor haciendo que estuviera en una enorme sala donde habían decenas de cunas esparcidas por el lugar, demasiadas para poderlas contar. En cada una de ellas había un montón pequeño de cobijas y cuando me asomé en ellas vi a varios bebés. Y todos estaban muertos.
Mientras caminaba entre ellas deseaba poder encontrar alguno con vida pero parecía que todos ya llevaban demasiado tiempo muertos, incluso en algunas cunas sólo estaban unos pequeños montones de huesos, el silencio tan sepulcral que me rodeaba fue roto en un instante cuando escuché el llanto de un bebé, aquello me hizo correr por todas esas cunas para detenerme de forma abrupta al ver a una mujer sosteniendo un pequeño cuerpo.
El llanto parecía desesperado, incluso me dieron ganas de quitarle al bebé para ver qué era lo que tenía, estaba abrumada y con una terrible sensación de terror en mi cuerpo así que cuando estuve cerca como para inclinarme y ver al bebé que sujetaba sentí un tirón en el centro del pecho que me hizo caer sobre el suelo y unas manos al instante me tomaron.

—¡Dios mío, Fenrir! ¿Estás bien?

Me costó un poco enfocar la mirada y vi a Ezra con el rostro preocupado, la cabeza seguía doliéndome de tal modo que sentía que me explotaría en cualquier momento pero no tenía tiempo para preocuparme por ello así que al tratar de ponerme de pie sentí un mareo terrible que me puso en el suelo.

—No te preocupes, llamaré a un doctor para que venga a verte —escucho su voz como si estuviera hablándome desde una distancia larga.

—No es necesario —musité.

Tenía la garganta seca y el cuerpo cubierto por una capa de sudor, él al ver mi estado me ayudó a levantarme y me sentó en la cama sin siquiera despegar su mirada de mí.

—Todo esto es por venganza —hablé nuevamente con la voz ronca—. Mi nacimiento fue por venganza.

—¿De qué hablas, Fenrir?

—Yo... Esto... —hablo tratando de encontrar las palabras que pudieran explicar lo que había visto pero sin conseguirlo.

—Será mejor que descanses ahora mismo —ordena obligándome a acostarme.

—No, tengo que hablar de esto.

Aunque quería hacerlo, Ezra me obligó a acostarme en su cama sin dejarme hablar además de que comenzó a enviarme señales de somnolencia por el vínculo ayudando a que me pudiera dormir.
Aunque aquello no evitó que siguiera con las pesadillas.
En mis sueños aún podía ver las cunas llenas de cuerpos de pequeños bebés que habían muerto, probablemente por lo incompatible que era la sangre de un demonio con un lobo, parecía que todos habían muerto a los pocos minutos de haber nacido e incluso algunos eran tan pequeños que me hacía pensar que ni siquiera habían logrado llegar a termino.

Cuando abrí los ojos nuevamente sentía que había estado dormida por múltiples días pero sólo tenía aún más preguntas en mí cabeza. Todo aquello era un desastre total.

—¿Ya estás completamente despierta? —escuché su voz nuevamente.

—¿Cuánto tiempo ha pasado?

—Has dormido por dos días completos —habla mi gemela a lado de la cama—. Ezrael se ve bastante tentado a traer a todos los doctores de las mandas para ver el porqué no has despertado.

Algo en ella también había cambiado, su forma de expresarse era completamente diferente como si por fin se hubiese quitado el peso que tenía en los hombros y yo ahora era una más que compartía su secreto.

—El bebé que sostenía la mujer, ¿era yo?

Aunque sabía la respuesta sentí una presión en el pecho cuando ella asintió, muchos habían muerto para que yo pudiera existir en este mundo con la finalidad de poder destruirlo. Una lágrima bajó por mis ojos, podía sentir la presencia de Ezra pero en este momento no quería llamarlo para que viniera, simplemente quería sacar todo lo que tenía adentro, toda la confusión, el dolor y la incertidumbre. Todo aquello que sentía desde que comenzó esto.
Y ella se quedó conmigo todo ese momento.

—Si te marca será como un detonante —habló tras un tiempo—. Ahora mismo la sangre del demonio está corrompiendo la tuya y si entran las feromonas del Alpha en tu cuerpo será como una guerra dentro tuyo.

—¿Hay una forma de detenerlo?

Ella me miró haciendo entender que para hacerlo, la única forma sería que yo muriera. Era una especie de fallo en esta vida, algo que no debió de existir en una primera instancia.

—Fenrir…

Me cubrí con las cobijas para que no me pudiera ver así y sintiendo como ella desaparecía como usualmente lo hacía. Ezra se sentó a mi lado y pude sentir su preocupación, así que me quito la cobija haciendo que volteara a verme.

—¿Estás bien?

—Tenemos que hablar —expresé con voz neutra—. Tienes que ver algo.

No sabía si podía hacerlo del mismo modo en que ella lo había hecho conmigo pero lo tomé de la mano e hice todo el esfuerzo, aunque los primeros intentos no funcionaron pero finalmente pude enseñarle lo mismo que yo había visto esperando que con la nueva información pudiéramos buscar una solución.
Habíamos buscado la forma en que se hubiese logrado emparejar lo suficiente la sangre de demonio con la de lobo para que el bebé lograra pasar la infancia pero sin ningún éxito y nuestra única solución era una completa locura, una que no podíamos hacer en ese momento.

—¿Dormiste bien?

—No mucho —respondí sincera—. Supongo que son los nervios.

—Sabes que todo estará bien, realmente son una pareja que traerá prosperidad a la manada.

Eso quisiera, pensé suspirando. Hoy era el día en que Ezra me marcaría ante todos los líderes de manada para presentarme como su luna, así que estuve desde temprano preparándome para la ocasión y no había podido ver a Ezra porque también se lo habían llevado. Me sentía como si fuera una novia preparándose para el día de su boda aunque, bueno… Probablemente era lo más parecido entre el mundo humano y el nuestro. Aunque sin anillos. Simplemente una mordida en el cuello y listo. Estaremos unidos durante nuestra vida. Aunque teníamos un plan para evitar que esta unión se viera arruinada y esperaba que funcionara.
Traía puesto un vestido de seda de color blanco, un vestido rutinario para estás ceremonias además de que tenía que usar una capa forrada de piel de conejo que me brindaba un poco de calor pero hacia que mis hombros pesaran demasiado, suspiré con resignación mientras trataba de acomodarme aquella capa pero al hacerlo sólo conseguí alzar un poco el vestido ya que la capa estaba unida a este por los hombros haciendo que suspirara con molestia.

—Señora, le pido que deje la capa en paz —murmura Beth acomodando la capa nuevamente—. Afuera está nevando.

—No entiendo, somos lobos —exclamo con obviedad—. El frío no nos afecta en absoluto.

Beth sacude la cabeza mientras una sonrisa escapa de sus labios, últimamente había logrado ganármela con bromas y pláticas. Siguió acomodando la capa tratando de que no me incomode más y cuando al fin me dió un último vistazo viendo que estoy lista asiente firme y me saca de mi cuarto. Se supone que la presentación se lleva a cabo en un lugar al aire libre en el corazón del bosque y era ahí a donde íbamos. Antes de subir al auto James me miró por un instante antes de asentir y ayudándome a subir junto a Beth para poderme llevar  a mi destino.







Ya sé que he dejado muy abandonada está novela. Trataré de editarla y de retomarla. Muchas gracias.

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⏰ Última actualización: Aug 11, 2021 ⏰

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Fenrir.   EN ESPERA HASTA NUEVO AVISODonde viven las historias. Descúbrelo ahora