Capítulo Cinco

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En el segundo día de clases las miradas siguieron desde el momento en que el coche volvió a dejarme por la mañana pero Hela ya estaba esperándome en la entrada. Ambas pasamos primero a su casillero y luego al mío no sin antes darme cuenta de que estaba Ezra con sus amigos quienes detuvieron su plática para voltear a verme, sin dejarme intimidar levantó una mano y los saludo.

Él sonríe y saluda de regreso haciendo que Alistar se enoje y me mire con gesto malhumorado, para cuando tenía listas mis cosas fuimos a los vestidores del gimnasio dónde me cambié por una blusa blanca y un short negro, me ato mi cabello en una coleta alta y entro al gimnasio donde ya estaban la mayoría de mi grupo quienes voltearon a verme de nuevo.

— Odio ser el centro de atención — murmuro irritada cuando me encuentro cerca de Hela.

Ella sólo me ofrece una sonrisa y sin más comenzamos a correr por todo el gimnasio por la siguiente hora y para cuando el maestro decidió que era suficiente nos dejó ir a la siguiente clase que era de biologia que eran dos horas más una de física y llegamos al receso, Hela tomaba una clase diferente a la mía de física por lo cual fui sola a mi casillero a dejar mis cuadernos.

— Ni se te ocurra acercarte a él, ¿entendiste?

Volteo a verla y noto su mirada arrogante contra mí mientras sus labios pintados de labial rojo hacen un gesto de desagrado.

— ¿Entiendes el concepto de ser la elegida? — le pregunto cerrando la puerta de mi casillero de golpe atrayendo un poco la atención —. Porqué parece que no, no lo entiendes.

— Me vale una mierda si Alpha y luna te eligieron, él nunca se fijaría en alguien como tú.

La gente se estaba comenzando a hacer un círculo alrededor de nosotros mirando el espectáculo que más bien Alistar estaba dando y yo deseaba internamente acabar con esto. La miro con cierto fastidio y sin más tomo mi mochila queriendo irme de ahí para buscar a Hela pero ella me detiene por el brazo y sin más me da una bofetada.

— ¡Sólo eres una zorra buscando un lugar al que no perteneces! — grita haciendo fuerza en mi brazo.

La miro con coraje cuando siento la presencia de él acercándose y abriéndose camino por entre las personas hasta llegar a nosotros parándose delante mío y quitando la mano de Alistar de mi adolorido brazo.

— Que sea la última vez que veo que la tocas — le murmura por lo bajo con el tono más duro y frío que hizo que varios se miraran asustados —. Ella aún así es superior a ti y le debes respeto.

Ezra sin más, pone el brazo por mis hombros y me saca de ahí sin esfuerzo ya que todo se hicieron a un lado, cuando miro hacia Alistar noto que se había quedado muda y con los ojos llenos de coraje, sabia que tendría un moretón bajo la manga del brazo, Ezra me llevó a la cafetería atrayendo más miradas ante nosotros y suponiendo que el rumor se hubiese esparcido a la velocidad de la luz.

— No es necesario que me traigas hasta acá — comento incómoda y sonrojada.

— Lo haré si así evito que más te lastimen — responde como aquel que no quiere que le respondan.

Me quito su brazo y camino hacia donde estaba sentada Hela quién tiene una charola de comida para mí, volteo a ver a Ezra que se había juntado ya con sus amigos y le mando una sensación de agradecimiento haciendo que el me regrese una que no supe identificar y que por un momento me tuvo viendo el vacío.

— ¿Éstas bien? — cuestiona Hela atrayendo mi atención —. Te traje algo de comida

— Si, si estoy bien — respondo levantando la manga de mi blusa dejando ver el moretón que tenía —. Alistar me fue a buscar a mi casillero.

— Esa chica si que esta loca

Asiento con la cabeza y me bajo la manga para comer el sándwich de atún que me había traído Hela mientras sentía varias miradas furtivas en mí cosa que trate de ignorar hasta que el timbre sonó, ambas tomamos nuestras cosas y comenzamos a caminar hacía la clase de literatura en donde estuvimos viendo a varios escritores que conocía y de los cuáles había leído por culpa de mí madre.

¿Qué estaría haciendo en estos momentos? ¿Estaría preocupada por mí?

Mi mano voló hacia el collar de lobo mientras lo movía entre los dedos con gesto ansioso, después de la clase de literatura siguió la de matemáticas y una clase de tres horas de historia me encontraba de nuevo en el coche con James camino a casa con los audífonos puestos escuchando música, por la ventana pasaba el bosque y me di cuenta de lo mucho que extrañaba correr por ellos libre.

— Gracias, James — murmuro para cuando llegamos a la casa.

El sólo asiente y me deja entrar al lugar, en cuanto llego a mi cuarto lanzó la mochila al suelo, camino al baño y me quito los lentes de contacto, cuando salgo me dejó caer en la cama unos segundos para después abrazar la almohada unos segundos, no llevaba tanto tiempo fuera y ya quería regresar, ¿cuánto me costaría ir a verlos en ese momento?


Sin saber en que momento me quedé dormida, despierto por el sonido de gritos en la planta de abajo, me pongo mis lentes y bajo por los escalones con cuidado siguiendo los gritos que llegaban desde la oficina de Alpha.

— ¡Demonios, Ezra! ¿Cuándo entenderás que esta no es la forma?

— ¡Quizá eres tú el que no entiende! ¡Mi vida no es ésta!

Por el vínculo lo sentía irritado y molesto, y una parte de mi quería estar ahí con él. Cuando me iba a acercar más siento una mano en mi hombro que me jala haciendo que brinque, Luna me ofrece una sonrisa de disculpa algo forzada y me jala hacia la parte del jardín de la casa donde descubrí que también tenían alberca la cual ahora estaba cubierta.

— Te pido una disculpa porque tuvieras que escuchar eso — comenta con un tono triste en su voz —. Últimamente es lo único que hacen.

La miro abrazarse a si misma mientras el aire frío movía su cabello, realmente no había escuchado mucho pero parecía que era muy seguido que las discusiones estuvieran entre ellos dos.

— ¿Por qué?

— Ezra no quiere una vida con responsabilidades, es un rebelde y así ha sido siempre — responde mientras mira a la nada —. Siempre saliéndose con la suya cada vez que rompía las reglas, pero todo el mundo sabe que no se puede renunciar a lo hay en la sangre.

— ¿Esta diciendo que no quiere ser Alpha? — pregunto asombrada y la miro de reojo.

— Si, pero al ser el único hijo que tuvimos no puede delegar el lugar a alguien más y eso siempre le pesó ya que no quiere él esto, el problema es que la luna llena se acerca y la presentación por igual.

Trate de centrarme en el vínculo no formado y lo notable furioso pero también lo sentía cerca y cuando volteo lo encuentro mirándonos atentamente, toco el hombro de Luna atrayendo su atención y ambas miramos a Ezra, el sólo hace un gesto hacía su madre quien con una sonrisa de disculpa se aleja y lo sigue casa dentro.

Con el frío de invierno rodeándome decido sentarme en la mesa que estaba también ahí, dejando que mi parte lobuna me mantenga caliente y me quedo en un mar de pensamientos notando que los dos no queríamos lo que estaba escrito en nuestro destino pero no había más opción que aceptarlo al menos por él, no había otro sucesor a Alpha y de rechazar el puesto sería un caos. Un caos que no estamos listos para afrontar.

Fenrir.   EN ESPERA HASTA NUEVO AVISODonde viven las historias. Descúbrelo ahora