Capítulo Tres

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Me pase parte de la tarde leyendo aquel libro llegando incluso a la mitad de este y tomando tazas seguidas de chocolate caliente hasta que dio la hora. Pagué la cuenta y devolví el libro en su lugar mientras aquel chico me esperaba, ambos salimos del lugar mientras los copos aún seguían cayendo.

— Nunca te había visto aquí — inicia el la conversación mientras caminaba al centro de pueblo.

— Llegué ayer en la noche — respondo metiendo mis manos en los bolsos del abrigo.

El frío empezó a hacer que la sangre subiera a mis mejillas y nariz tornándolas en un tono rojizo mientras que el chico de a lado seguía con su piel blanca tal y como estaba en la cafetería, debía de haberme extrañado pero lo relacioné como alguna característica lobuna.

— ¿Cómo te llamas? — le preguntó mientras llegamos a lo que parecía una discoteca.

— Kayle — responde el abriendo la puerta par dejarme entrar —. ¿Y tú?

— Fenrir

— Como el lobo de Loki, ¿no? — asume el con un deje de risa.

— Si, digamos que mis padres son fanáticos de la cultura nórdica — comento con una sonrisa quisquillosa.

El lugar aun no estaba tan lleno pero la música y las luces de colores brillantes llenaban el lugar, ya habían unas cuantas personas bebiendo y bailando en la amplia pista de baile. Kayle me lleva a la barra donde un chico se asoma y me sonríe mientras espera que pidamos. Lo escucho pedir unas cervezas mientras yo miraba el lugar, a pesar de ser el terreno del centro de todo poder licántropo también era el mejor dando fiestas, en parte por la afición de Ezra de que una fiesta debe durar como mínimo: tres días.

Kayle era gracioso y decía comentarios muy acertados sobre cosas mientras las botellas de cerveza, vodka y whiskey pasaban frente nuestro, poco a poco comenzaron a llegar varias personas amantes del alcohol y la buena música aunque varios miraban recelosos al chico que estaba junto a mí y murmuraban muy por lo bajo.



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Tras ya unas dos horas desde que llegamos y varios tragos de alcohol mi cuerpo se movía por la pista de baile junto con Kayle al ritmo de la música al igual qud el resto de la gente que se encontraba ahí, las luces se movían iluminando por momentos el rostro de las demás personas, sentía la mirada de alguien fijamente sobre mí pero daba igual. Estaba divirtiéndome con Kayle.

— Ven — murmura el lo suficiente para que lo escuchara.

Me toma de la mano y me lleva a una esquina del abarrotado lugar, a primera instancia creía que iba a besarme y mi cerebro lleno de alcohol quería que lo hiciera, sus ojos castaños transmitían ese deseo, deseo que concedí.
Sus labios eran dulces y a pesar de que su aliento era de alcohol no me importó, el me tomó por la cintura acercándome hacía el mientras que la otra se enredaba en mi cabello. Aunque nuestro beso no duro ya que alguien lo alejó de mí, es cuando me doy cuenta que el lugar está en silencio y todas las miradas se posan en mí mientras que Kayle esta en las manos de Ezra quién tenía el rostro encendido de furia y Alistar mantenía los brazos cruzados y claramente veía que se clavaba las uñas en los brazos tratando de no hacer otro escándalo.

— Te doy 3 para que te largues de aquí justo ahora — le murmura con irá Ezra y me mira un segundo a mí —. Antes de que cambie de decisión.

No sabía si lo decía por mí o por Kayle pero en ambos casos la que corrió fui yo, salí de aquel lugar empujando a algunas personas hasta hasta que el aire frío me golpeó al igual que la nieve enfrió mi piel. Era una estúpida, mi primer día aquí y había besado a alguien a quién no le pertenecía. Miro a mi alrededor mientras respiraba rápido, quería huir, en casa podía correr cuanto quisiera pero aquí desconocía.
Con la ansiedad a flor de piel comienzo a correr hacia la casa de Alpha mientras la nieve caía en mi cabello y el frío hacía que me doliera el cuerpo.
En cuanto llego abro la puerta y subo las escaleras hasta llegar a mi cuarto y cerrar la puerta con seguro, me dejo caer en el suelo pensando en lo que hice, sólo había sido un beso pero cuando eres la elegida es un acto de rebeldía contra el Alpha, ¿me exiliaran?

Mi mente se hizo un amasijo de cosas hasta ya entrada la noche, fue cuando logre dormir.




A la mañana siguiente me puse una blusa blanca, unos jeans de mezclilla oscuros, unos botines café y un suéter color crema, cuando salgo me encuentro con Ezra quién venía subiendo las escaleras y al verme su mirada se endurece, se acerca a mí y me toma por el brazo para mererme de nuevo a mi cuarto.

— ¿Te das cuenta de lo que hiciste ayer? — pregunta cerrando la puerta tras él.

— Lo siento — murmuró sintiéndome pequeña —. No era mi intención.

— Tienes suerte que casi nadie te conozca aquí — responde él —. Dios mío, ¡pusiste en riesgo el honor de mí familia!

— ¡Dije que lo siento! — exclamo en un intento de no gritar mientras —. Creo que tus padres se equivocaron al creer que sería para ti.

Al decirlo, su rostro el cual había permanecido serio todo este tiempo de repente pareció que alguien le habían dado una bofetada, sin más y con un suspiro abro la puerta y salgo para irme con dirección a la cocina. Como era domingo casi nadie se encontraba en casa, así que anduve buscando por todas las alacenas hasta dar con la caja de cereal, un plato, una cuchara y leche.
Comienzo a desayunar mientras descubro que en la barra que había ahí ya existía un plato servido de hot cakes los cuales tomo Ezra rápido y salió de ahí dejándome sola.

Ay mamá, ¿realmente creíste esto podría funcionar?

Fenrir.   EN ESPERA HASTA NUEVO AVISODonde viven las historias. Descúbrelo ahora