Capítulo Nueve

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Desperté la mañana siguiente envuelta en un calor que no era sofocante pero sabía que era imposible que fuera yo misma quien lo provocara, cuando abro los ojos me doy cuenta de que estaba a tan sólo centímetros del rostro Ezra y su brazo me rodeaba por la cintura, mis mejillas se encienden al darme cuenta de la posición en que estaba pero sin sentirme en la necesidad de alejarme embriagada por la sensación de tenerlo cerca. Lo miro detenidamente notando como sus largas pestañas dibujaban sombras, sus labios estaban un poco entreabiertos y la paz que inundaba su rostro lo hacia ver más juvenil. Algo en el me gustaba muy a pesar del poco tiempo que llevaba con él, y sintiendo la necesidad de tocarlo estiro mi mano con cuidado y la paso suavemente por su mejilla sintiendo una incipiente barba, sin darme cuenta cuando alzo la mirada me encuentro con unos zafiros viéndome.

—¿Qué estás haciendo?

La sangre sube rápido a mi rostro mientras me trato de quitar pero con la suficiente torpeza como para caerme por el borde de la cama, lo escucho reír débilmente y se asome viéndome en el suelo con una mueca de dolor.

—L-lo siento —tartamudeo mientras me cubro el rostro con las manos.

—Eres adorable, ¿lo sabías?

A respuesta dejo escapar un quejido, lo escucho pararse y se acerca a mi poniéndose en cuclillas.

—¿Me dejas verte la cara de nuevo?

No respondo pero siento como su mano envuelve una de las mías y la retira con cuidado de no lastimarme, una sonrisa adorna su rostro en cuanto me vuelve a ver. Sin pensárselo dos veces o yo haberlo previsto me tomo en brazos y me levantó en un parpadeo, me encontraba pegada a su pecho, me levanto como si no pesara los 50 kilos que era.

—Señora, Luna la está esperando.. —escucho una voz entrando.

—Tu siempre tan oportuna, Janet —habla Ezra sin molestarse en bajarme o algo pero con un tono juguetón—. Dile a mi madre que en un rato bajamos.

Janet, que se fija primero en mi rostro claramente sonrojado a causa de la vergüenza, hace una reverencia y sale de la habitación, miro a Ezra quien sin más me deja sentada en la cama y me acomoda un mechón de cabello detrás de la oreja y detiene su mano en mi mejilla acariciándola haciendo que mi corazón late con fuerza aún sorprendiéndome.

—Será mejor que nos apuremos, a mi madre no le gusta esperar.

Se separa de mí y sale del cuarto dejándome con la respiración acelerada y con un corazón desbocado. Me muerdo el labio unos segundos y me levanto caminando hacia mi ropero de donde saco un blusa blanca, unos jeans negros y mi cazadora. Tras un ducha rápida salgo vestida y con el cabello escurriendo, tomo la mochila de la escuela y bajo los escalones de dos en dos hasta la sala donde se encontraba Luna viendo las noticias del mundo humano.

—¿Me buscabas, Luna? —pregunto botando la mochila al suelo.

Me siento en el sillón individual cruzando los talones mientras que Janet deja una charola en la pequeña mesa nido con un licuado y un plato de frutas en trozos.

— Por favor, dime Vali —me habla bajando la taza de lo que parecía ser té—. Sólo quería ver si te gustaría salir conmigo después de clase.

Mastico lentamente el trozo de melón que me había metido en la boca y trago, Luna me miraba con sus ojos alegres esperando una respuesta.

—Podríamos tener una salida de chicas, ¿que opinas?

—Claro, suena bien Lu... Vali.

—Bien, pasaré por ti a la hora de la salida, ¿esta bien?

Asiento mientras ella sonríe alegremente y sale de la sala dejándome sola, nunca había tenido una salida de chicas o algo parecido porque toda la vida mi mamá se la había pasado intentando mantenerme "lista" para Ezra con sus clases extras y eso por lo que nunca tuve tiempo suficiente para nada. Me tomo el licuado de una sentada cuando siento su presencia aún extrañada por el como funcionaba el vínculo no formado.

—Tú mamá quiere que salga con ella después de clases

Escucho la risa de Ezra en cuanto se sienta donde momento estaba Luna, la camisa de cuadros azules se ceñía en los hombros cubriendo los brazos musculosos que tenía y los cuales ya conocía, se estira robándome el tenedor y tomando un trozo de plátano para llevárselo a la boca.

—No te preocupes, es buena persona mi madre y sólo quiere conocerte.

—Creía que me conocía desde el momento en que nací.

En cierto modo ellos estuvieron también en mi vida viendo como crecía para ver si se conservaba la decisión o se iniciaba otra búsqueda, Ezra se encoje de hombros y me ofrece con el tenedor un trozo de sandía, me acerco para tomarlo con los dientes mientras aleja el tenedor hasta la tercera vez logre tomarlo y masticar. Cuando terminamos me toma de la mano y me saca hacia la moto estacionada, me pone el casco con cuidado y ambos nos vamos hacia la escuela, en cuanto llegamos una muy enojada Alistar se mete a la escuela empujando a los demás. Si seguía así el día no sólo sería difícil por la salida con Luna sino por también tener que soportar la cara de molestia de ella.


—Luna me va a pasar por mi al terminar las clases —anuncio en cuanto me siento en la mesa con Hela haciendo que se atragantara con el burrito que comía.

—Calma chica, no te vayas a morir.

Hela le da un buen trago al refresco y tose por unos momentos.

—Esas noticias no se dan de esa forma —me regaña con voz rara—. ¿Por qué vendrá por ti?

—Dijo algo sobre una salida de chicas aunque Ezra cree que es para conocerme.

La mirada extraña de Hela sólo aumento mi nerviosismo haciendo que no prestara atención en clase siendo regañada por el maestro Vern en biología, en cuanto salgo de la escuela lo que encuentro es un Audi color blanco con los vidrios abajo y con Luna hablando con Ezra que, aunque sabía no me costaría agudizar el oído para oírlo, decidí caminar lento pero parecía que el me había notado así que sus ojos azules se encontraron con los míos.

—Hola Fenrir, ¿estas lista?

Asiento lentamente mientras Ezra sólo se acerca a mi tomándome por la cintura haciendo que la sangre me caliente la piel.

—Todo saldrá bien —murmura lo suficientemente bajo como para que sólo yo lo escuchara.

Asiento lentamente, mientras Luna me da una sonrisa amigable y sube al asiento del copiloto, Ezra me da un beso en la frente y se aleja caminando hacia su moto. Forzandome a parecer tranquila camino hacia el lado del copiloto y subo con ligera sonrisa nerviosa. Luna enciende el motor y sale de la escuela haciendo que el nerviosismo se asiente en mi estómago mientras me seguía preguntando el porqué de esto.

Fenrir.   EN ESPERA HASTA NUEVO AVISODonde viven las historias. Descúbrelo ahora