Carta Número 9

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Louis continuaba sollozando ignorando la presencia de la persona que hacía cinco minutos se encontraba a su lado. Cuando esta se aclaró la garganta por tercera vez para llamar su atención el jóven psicólogo levantó la mirada y se encontró con los ojos verdes de su amiga.

Louis no comprendía que hacía Micaela allí, cómo lo encontró cuando él no le había dicho nada sobre dónde desayunaría.

Se miraron por un largo rato y sin decir ni una sola palabra Micaela sacó de su bolso un paquete de pañuelos descartables y se los tendió a su amigo.

Louis lo aceptó y comenzó a secarse las lágrimas que asomaban por sus mejillas.

-Por lo visto aún no te encuentras bien.- Dijo Micaela sentándose frente a Louis.

-Estoy lejos de encontrarme bien... ¿Cómo supiste que estaba aquí? - Preguntó extrañado mientras terminaba de secarse las lágrimas.

-Lo que pasa es que te llamé varias veces y no me atendiste así que pensé que debías estar muy concentrado con las cartas de Harry.- Hizo una breve pausa, le sonrió a su amigo y continuó - Por lo visto no me equivoqué al respecto.- Una nueva pausa-. Como te conozco lo suficiente me imaginé que ibas a estar en algún lugar que te recordara a Harry para sentirlo más cerca, como era hora del desayuno me arriesgue a venir aquí porque Harry amaba los panqueques con dulce de leche.

Louis al escuchar aquella explicación no pudo reprimir una carcajada.

-¿Dedujiste todo eso porque no atendí el celular?- Preguntó entre risas.

-La verdad es que si.- Contestó Micaela sonriendo, le gustaba ver a su amigo reír aunque solo fuera por un muy breve momento.

-No te creo.

-¿No me crees?-Dijo su amiga posando una mano en el pecho simulando encontrarse herida ante aquellas palabras.

-No, no te creo. Es imposible que dedujeras todo eso por una simple llamada no atendida.- Dijo Louis más tranquilo pero con una sonrisa aún dibujada en su rostro.

-Bueno, la verdad es que te fui a buscar al hotel y me dijeron que habías salido, cuando les pregunte si sabían a dónde no supieron decírmelo pero si me señalaron la dirección que tomaste, así que sólo fue cuestión de seguir tu rastro y observar el interior de las cafeterías.

-Sabía que me habías mentido.- Dijo Louis sin ocultar su sonrisa - ¿No es más fácil decir la verdad?

Micaela simuló que pensaba y luego de un breve momento contestó con una sonrisa.

-No.

Ambos comenzaron a reír, cuando se calmaron Micaela tomó la palabra.

-Me alegra escuchar tu risa.

-Lo necesitaba.- Dijo secándose las lágrimas, esta vez producto de la risa -. Luego de tanto llorar necesitaba sonreír.

-¿Y cuál es el motivo de tu llanto esta vez?

Louis como respuesta levantó el octavo sobre y se lo mostró a su amiga.

-Me lo imaginaba, ¿quieres comentarlo?

-Por favor.- Hizo una breve pausa -. Pero mejor salgamos a caminar.

-Me parece una genial idea.- Contestó Micaela sonriendo.

Louis pagó la cuenta y los dos amigos salieron juntos de la cafetería.

Caminaron por horas mientras Louis le contaba todo con respecto a la última carta que Harry le había escrito, durante todo ese tiempo Micaela lo escuchaba atentamente sin creer lo que le contaba. En un determinado momento del mediodía los amigos se fueron a almorzar, cuando estuvieron ubicadas y hubieron pedido continuaron con su charla.

17 cartas de amor [adapt. L.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora