𝟎𝟎

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Jeno miraba esas grandes estructuras en formas triangulares que se materializaban frente a él.

Con asombro abría la boca cada vez más conforme  avanzaba por el camino de hierbas apachurradas que dividía el campo. Podía ver un hermoso cielo azul y la selva justo detrás de las magníficas pirámides, la misma selva que acababa de atravesar.

Si bien no sabía dónde se encontraba y tampoco sabía muy bien por que estaba ahí, parecía que su "instinto" si lo hacía.

Inconscientemente caminó directo a la estructura más grande que se encontraba justo frente a sus ojos, al final del camino, en medio de otras más pequeñas.

Tomó un pesado respiro y cerró sus ojos con un poco de fuerza, frunciendo un su semblante tratando de disipar todas la emociones y sensaciones que recorrían su cuerpo de manera abrumadora.
Sus sentidos estaban despiertos completamente, más que nunca sí lo pensaba bien.

Podía escucha perfectamente cada uno de los sonidos provenientes de la selva alrededor de él, aves, monos, otros animales y cada rama que caía o era movida con el viento que recorría la espesura los árboles.

Sentía el almizclado olor de la tierra húmeda bajo las ceibas y caobas, incluso el suave aroma de orquídeas y bromelias cercanas que crecían en lo alto de la zona.

Tomó mas aire reteniendolo en sus pulmones y dio un paso dentro de la pirámide, adentrándose en la oscuridad.

Algo dentro de él lo hizo darse vuelta rápidamente y por el cuadro de luz logro divisar algo que corría en su dirección.

Un fuerte dolor lo hizo caer sobre sus rodillas y mientras intentaba sostenerse con sus brazos sobre la tierra, todos sus huesos sonaron en dolorosos crujidos.

Cuando volvió a abrir los ojos, sus manos se habían trasformado en lo que el describía como grandes patas de gato.

Alzó la mirada rápidamente en forma de alerta y en cuestión de segundos fue derribado por lo que parecía ser un... ¿jaguar?

Por la impresión y al sentir el pesado aliento del animal justo en su rostro mientras era arrinconado contra el suelo, pegó un fuerte grito y salto a su vez de su asiento.

Se escucharon las risas de todos sus compañeros y un poco sonrojado por la vergüenza volteó en dirección a su profesora de historia quien lo miraba con decepción e intentando no reírse también.

Solo habia sido un sueño.

La profesora continúo hablando sobre alguna cultura antigua que seguramente habría si la razón de su sueño, y sus compañeros de clase calmaron sus risas para continuar con la clase, todos a excepción de uno.

su incontenible risa hizo que Jeno volteara en su dirección. Simplemente lo miró con molestia y el otro le devolvió la mirada burlona, para luego volver a lo suyo un poco más calmado, haciendo como si nada.

Jaemin

Era con quien prácticamente Jeno habia crecido, muy aparte de tener la misma edad y que desde preescolar habían cursado no solo en las mismas escuelas, sino también en las mismas aulas, eran vecinos y sus padres eran también bastante cercanos.

También era su peor enemigo. Aunque era algo exagerado.

A pesar de la cercanía entre sus padres y la facilidad que el destinos les habia brindado para formar una linda amistad desde sus pequeños años de vida, se llevaban increíblemente mal.

Claro, se trataban con relativa cordialidad siempre que estaban frente de sus progenitores, que por el contrario, tenían bastante química.

Aun así, las dos parejas de mayores no eran ajenos a la tonta rivalidad de los menores, específicamente las madres, quienes eran más unidas. A los padres les daba más bien igual.

  HΛDӨ  |  ɴᴏᴍɪɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora