𝟎𝟗

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Por la mañana Jaemin se despertó al escuchar del otro lado de la puerta a su abuela llamándolos para desayunar.

El día anterior él alfa de Neugdae no convocó ninguna reunión para presentar formalmente a Jeno con la manada, lo que indicaba que se haría hoy, ya que era el último día que estarían ahí.

Al Jeno no venir de ninguna familia de cambia formas conocida, su manada originaria era desconocida también.  Entonces técnicamente Jeno no contaba con una manada, por lo que Neugdae siendo la más cercana lo aceptaría como parte de ella. 
Para eso se tenía que presentar tanto a Jeno cómo a su lobo (aunque eso último no lo sabia Jeno), demasiadas formalidades si le preguntaban, pero costumbres al fin de cuentas.

Entonces Jaemin ya se había hecho a la idea de despertar temprano para estar listo para la asamblea. Lo que no se esperaba era que despertaría en el piso, aferrado a un cuerpo ajeno y oloroso a alfa.

Rápidamente se separó de él.

Jeno aún estaba dormido por lo que aprovechó para brincar a su cama rápidamente, en un intento de engañar a Jeno quien ya era consiente de que habían dormido juntos.

Jaemin vio al mayor removerse y se estiró, fingiendo un bostezo para aparentar recién despertar. Jeno lo vio y rió por lo bajo, entonces habló.

—Buenos días ¿Entrarás al baño primero?. —Habló en un tono neutral.

Jaemin asintió rápidamente. Un escalofrío lo recorrió y su estómago se revolvió al escuchar la voz del alfa más ronca de lo normal por el sueño, lo cual de daba un toque diferente…

El Omega tragó saliva y salió rápido de su cama y encerrándose en el baño.
Se miró en el espejo y notó sus mejillas con un tono carmesí bastante fuera de lo normal, por lo que palmeó en ellas.

—¿En qué rayos estás pensando Na Jaemin?. —Se dijo a si mismo mientras apretaba sus manos contra su cara para después lavarse la cara y los dientes.

Al terminar se miró de nuevo en el espejo unos segundos más y tomó entre sus dedos su propia camiseta para olfatear un poco. Un poco o más bien bastante, se quedó varios segundos inhalando la prenda como todo un drogadicto, quedando casi hipnotizado con aquel aroma proveniente del alfa que se encontraba del otro lado de la puerta.

Jaemin miró la camiseta y vio la regadera del baño desde el reflejo del espejo y procedió a desnudarse para tomar una ducha con mucho pesar.
Al terminar secó su cuerpo, y pudo sentir en la toalla como aún quedaban notas de la esencia ajena en si mismo y que seguro se quedarían por un rato más. Resignado, se enrolló en su bata de baño y salió de este llamando la atención del alfa quien se encontraba husmeando por la habitación. Jaemin carraspeó y habló.

—Ya puedes entrar, hay más toallas y batas en la cajonera. —Dijo señalando dentro del baño recibiendo un “Okay” como respuesta y pronto Jeno se adentró cerrando la puerta tras el.

Claramente el ambiente entre ellos estaba raro, y si ya había tención e incomodidad, ahora la cosa estaba peor.

Jaemin suspiro sin ganas y terminó de vestirse.

Caminó hasta la cocina para encontrar a la abuela sentada en la mesa esperando para comer juntos. Unos minutos después Jeno llegó también, sin haber tomado un baño y con el aroma de Jaemin impregnado notoriamente.

Jaemin palideció, la abuela los miró a ambos sospechando y le levantó la cejas a Jaemin en forma de pregunta, pero este se hizo tonto, prestando atención a la comida. Y la mujer tampoco quiso indagar más en el momento.

Jeno no parecía comprender lo que podía significar que ambos olieran al contrario, por qué claro, ni siquiera lo sabía, y claramente no parecía molestarle el aroma del Omega, por que no hizo ni el mínimo intento para  deshacerse de él.
Jaemin se sonrojó con la idea, e intentó no pensar más en ello concentrándose en la comida.

  HΛDӨ  |  ɴᴏᴍɪɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora