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Siendo un Omega casi adulto y completamente consciente, Jaemin sabía lo que implicaba el que tanto su lobo cómo el lobo contrario se sintiesen tan a gusto conviviendo tan estrechamente con el alfa, y la verdad es que ahora mismo le importaba bastante poco, se sentía completamente cómodo y su lobo se sentía en las nubes, acurrucado, enterrando la cabeza en el cuello del alfa e inhalando aquel embriagante aroma que desprendía el otro lobo en la habitación.

Jaemin no iba a negar que desde que tuvo conciencia de lo que le gustaba, había mirado una que otra vez a Jeno. El hombre era objetivamente guapo, atlético, talentoso y una buena persona, Jaemin sabía que tenía a más de uno babeando por él en la escuela o entre los y las vecinas del barrio.

Pero Jaemin simplemente nunca se había interesado en él más allá de admirar su belleza de lejos, ellos dos sin más no tenían nada de química, se conocían de cerca, pero no convivían para nada y de alguna manera siempre terminaban peleando o discutiendo por incluso la más mínima e insignificante cosa. Y así había sido desde siempre, bueno… todo hasta ahora.

Jeno había captado la atención de Jaemin ahora más que nunca, viendo su faceta de alfa blandito y rudo, y la manera en la que lo protegía, era innegable que Jeno era un partidazo, además que su Omega se volvía loquito con ese agradable aroma que le resultaba familiar, de siempre, pero que ahora era más llamativo y con ese toque varonil de los alfas, el cual había cambiado por las feromonas clásicas de los cambia formas.

Quizá por eso no le resultaba nada molesto amanecer abrazaditos.
Una imagen bastante tierna a decir verdad, pero de lo ms bizarra en su situación.

El primero en despertar fue Jaemin, quien se encontró refugiado en el pecho del alfa, tanto abrazando como siendo abrazado.
A pesar de que se sintió algo intimidado por la situación y que su corazón latió bastante rápido po la tensión, no se sintió mal o incómodo, en cambio aprovechó la oportunidad y  abrazó con algo de fuerza mientras pegaba su nariz a la prenda del mayor y respiraba profundamente, llenándose de las feromonas del alfa y frotando un poco su cara.

Siendo sincero, el aroma de Jeno era totalmente bueno, incluso se atrevía a pensar que era el mejor aroma a alfa que había sentido en su vida.

Jeno siguió durmiendo, tenia el sueño un poco pesado y Jaemin cómo pudo se salió de sus brazos y se levantó de la cama para ir al baño. Al salir de su cuarto y dirigirse a la cocina después, pudo encontrar a sus padres preparando algo de desayunar, pero en cuanto sintieron su presencia lo miraron con una sonrisa curiosa.

—¿Cómo dormiste,  cariño? —Preguntó su madre.

Jaemin sabía que se venía un leve interrogatorio.

—Durmieron, querrás decir. —Corrigió su padre algo burlón con un falso tono de molestia como si fuera un padre celoso.

Jaemin se sonrojó fuertemente, pero no contestó nada y sus padres simplemente rieron cómplices y no dijeron nada.

—Bien. —Respondió Jaemin después de un rato, ignorando un poco sus miradas.

Sus padres sabían que Jeno era de confianza y hasta cierto punto les agradaba cómo alfa, aún más cuando notaban lo mucho que protegía a Jaemin como un Omega. Pero Jaemin todavía se preguntaba por que ellos no vein como un problema qué su inocente, no emparejado, joven y bello hijo omega durmiera a solas con un  joven y viril alfa qué poco control tenia de sus nuevas capacidades.

—Deberías despertarlo para que desayune con nosotros. —Dijo su padre y Jaemin sin decir nada se levantó de su silla y caminó con pereza de regreso a su habitación.

Jeno ahora estaba abrazando a una almohada y roncando levemente, el omega lo observó por unos segundos en seriedad. Aun si se veía lindo durmiendo en su propia cama no planeaba siquiera sonreir, Jeno Lee no merecía sus suspiros por mas tierno qué fuera.

  HΛDӨ  |  ɴᴏᴍɪɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora