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Es ruidoso, Hay música, gente hablando, bailando y vasos tintineando juntos sobre el mostrador. Thomas sabe que debería estar en la pista de baile, divirtiéndose y haciendo reír a la gente con lo incómodo que se ve cuando baila con sus largas extremidades en las que nunca ha crecido.
Ya no le importa que se rían, sabe que se ve un poco ridículo. Él mismo lo encuentra divertido, de verdad. Especialmente con la cantidad justa de alcohol en su sangre, como ahora, un zumbido agradable que lo hace menos inseguro sobre su inglés y más abierto a interactuar con la gente a pesar de la barrera de comunicación. No es necesario hablar mucho para perder por completo la mierda en la pista de baile juntos y, por lo general, él estaría haciendo precisamente eso.
Pero hoy no.
En cambio, mira a Damiano, Ethan, están parados no muy lejos de él en el mostrador. Puede verlos inclinarse hacia adelante en la tenue luz, gritando por encima de la música a la camarera para que se escuche su pedido. La camarera, una linda chica con el acento más extraño que Thomas haya escuchado jamás. El mira intentando buscar el rostro conocido entre la multitud.
Tu no estabas por ningún lado.
Hace unos momentos estabas bailando con un tipo rubio flaco, y luego desapareciste, presumiblemente por un cigarrillo y aún no habías regresado, Probablemente hayas vuelto al hotel, Al menos eso es lo que Thomas asume por lo jodida que parecias estar.
Con un movimiento rápido, Thomas bebe los últimos sorbos de su cerveza y golpea el vaso contra el mostrador.
No lo pienses
se dice a sí mismo.
No pienses en ese estúpido chico rubio o en lo que podrían estar haciendo ahora mismo en la habitación.
Porque tu y thomas siempre comparten. Obviamente, no puede evitar pensar en ellos, en la cama que compartía contigo, solo el pensamiento hace que su pecho se apriete. Agarra su vaso de nuevo, recuerda que está vacío y comienza a quitarse el esmalte de uñas descascarillado. Necesita una distracción. Realmente necesita una distracción.
Realmente necesito una distracción.
Por suerte, llega la distracción.Los chicos se abren paso entre la gente hacia él, cuatro copas de cóctel en la mano. Ethan envuelve un brazo alrededor de su hombro cuando finalmente se detienen junto a su taburete, y Damiano les da un cóctel a ambos y se queda con dos de Ethan. Thomas toma un sorbo, Ese sabor increíblemente dulce, pero el azúcar apenas oculta el sabor del alcohol, Bien.
Quizás emborracharse de verdad hará que su cerebro se calle.
― ¿Te estas divirtiendo? ―Pregunta Ethan, Thomas se encoge de hombros.
En realidad no
Pero no quiere decir eso en voz alta, porque parece que ellos se divierten y él no quiere ser una decepción.
