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Han sido días como este, en los que Thomas andaba deprimido por el apartamento, acechando en las esquinas. Quizás semanas, pero ha perdido la cuenta y la noción del tiempo. Ni siquiera te miraba, y mucho menos te hablaba, ni te dejaba saber qué le pasaba.
Después de todo, eras parte de su problema.
Thomas no podía comprender el hecho de que dos de sus compañeros de banda les gustaba coquetear contigo, sino que se sentían atraídos por ti.
Le hacía sentir náuseas, náuseas y ganas de vomita por todos sus afectos. Porque realmente, ¿Por que la necesidad?
Especialmente porque ellos. No sabía cómo se sentía, estaba confundido. Thomas ni siquiera sabía que sentía por ti realmente.
Mas de una vez hiciste que su estómago se retorciera en nudos, una y otra y otra vez. La mejor amiga de Vic, su compañera de cuarto, era en quien pensaba a primera hora de la mañana antes del café o un cigarrillo.
Lo sabía muy bien, excepto por la noche, cuando está solo en su habitación, sus pensamientos viajan al apartamento de vic y tuyo, a Tu habitación, a Tu cama, enredado en las sábanas contigo.
Lo Confundido sin fin. Remolinos de confusión, ira y tristeza en sus entrañas lo llevaron a un paquete al día, fumando solo en su habitación.
Hoy, sale de su habitación, pronto se encuentra con la voz lejana de Vic. Se demora en el pasillo para retomar la conversación que estabas teniendo con la rubia.
― ¿No ha hablado todavía?
― Ni una palabra,Vic. ― Te recargas en tu mano ― Todo lo que hace es fumar y beber en su habitación. No solo es preocupante, sino deprimente.
― ¿Cuánto tiempo ha pasado?
― ¿Nueve días? ― Murmuras frunciendo el ceño ― Por lo menos. Es simplemente extraño ― Tomas un sorbo de café ― Por ejemplo, si paso a su lado en las raras ocasiones en que sale de su habitación, me da esta mirada. Como si hubiera matado a su perro o algo así .
― ¿Debería intentar hablar con él? Quizás....
Thomas bufó, empujándose fuera de la pared, para sorpresa de Tu y vic. Thomas camina con las manos en los bolsillos de su pantalón de chándal, arrastrando los pies.
― Sí, tal vez deberías intentar hablar con ella, Vic ― Las miro― Eso ayudará. Eso ayudará muchísimo
Sus palabras están mezcladas con malicia. Ni siquiera reconoce su propia voz.
