-Entonces, ¿esto se acabo?- Dijo Mitsuya con lágrimas en los ojos y con la voz cortada por el nudo en su garganta.
-¿Y qué esperabas? a estas alturas vivías mintiendome- La castaña ya no podía mantener las lágrimas, sus ojos picaban demasiado.
-Lo...
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-¿Es un hecho entonces que no le diremos nada de la pandilla a Hime-chan?- Cuestionó Baji.
-Será lo mejor para ella y para nosotros, mientras menos involucrada esté, mejor- Draken se encontraba más o menos tranquilo, sabía que era la mejor opción.
-¿Y por qué no hacerla un miembro oficial de la ToMan? Sería divertido, además que sabe defenderse muy bien, ¿se imaginan? Una mujer que sea miembro oficial de la Tokyo Manji, seríamos los mejores de todo Tokyo- Kazutora pensaba algo distinto, él creía que como Yuki era inteligente y fuerte (no tanto como ellos pero si sabía defenderse muy bien), pasarían a ser una de las mejores pandillas de la ciudad.
-¿Eres idiota o te haces? Yuki no sabrá de esto y punto- Dijo Mitsuya con un algo de enfado, él no quería ocultarle nada, no se sentía cómodo, pero tampoco quería decepcionar a sus amigos, también quería ver la sonrisa de ellos.
-Sé que soy un idiota y no entiendo, pero sé que eso a ella no le gustará- Pah-chin también dudaba un poco.
-No nos queda de otra, si queremos que siga con nosotros esto es lo mejor, un acuerdo es un acuerdo- Dijo Mikey para dar por terminado el tema.
Los chicos disfrutaban de la playa, Kazutora y Baji buscaban algunos caracoles para darle como regalo a Yuki y como no, también a su familia, los chicos veían en Sakura y Akihiro los padres que le hacen falta a cualquier adolescente. Muchas veces los chicos hacían pijamadas en la residencia de los Nanase, algunos no querían admitirlo, pero vivían más ahí que en su propia casa, a los adultos esto no les molestaba, de lo contrario, mientras vieran la sonrisa de su hija, harían cualquier cosa, claramente con la excepción de que los niños dormían en la sala de estar en los futones que compraron entre todos con sus ahorros y Yuki dormía en su habitación, en su futón en lugar de su cama, no quería dejar a sus chicos solos. Los futones eran todos iguales, con la excepción de que Sakura les bordó sus apodos en un lugar que se viera, así no habría problemas con saber cuál era cuál.
Al regresar, cada chico fue por su lado, a la mañana siguiente se encontrarían todos en el domicilio Nanase, aún que más bien los chicos se habían colado, pero así eran ellos, llegaban de imprevisto a cualquier hora y a cualquier momento, los Nanase ya estaban acostumbrados y Hiro quedaba encantado con toda la atención que recibía por parte de los mayores.
Mitsuya fué el primero en llegar, por suerte su mamá estaba en la casa y se quedaría con sus hermanas. Realmente quería disfrutar un poco a solas con su enamorada.
-Pensé que vendrías con las niñas- Decía Yuki mientras se abalanzaba a sus brazos.
-Se quedaron con mamá- Mitsuya aceptaba el abrazo gustoso, también le dió un besito en la frente como saludo- Los chicos se colaran hoy, vendrán en un rato- Dijo mientras deshacía el abrazo y ambos entraban al departamento.
-Ya sabes cómo son, no habrá problema, además Hiro quedará encantado con la atención que recibirá- Dijo con una sonrisa la fémina- ¿Cómo estubo el paseo? ¿Se divirtieron? ¿Habían muchas chicas lindas en bikini?-
