capitulo 1

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Dante

Suspire cansado, la garganta me ardía infiernos y los ojos me pesaban. No había dormido nada últimamente, producto de las promociones por el nuevo álbum. Está orgullos, pero cansado y no era el único.

No habíamos parado o al menos yo no lo había hecho, puesto que ni siquiera había comido y ya pasaban más de las 6 de la tarde.

La única fémina en el grupo me miró molesta. agitó sus manos para aliviar el dolor en estas tras haber estado tocando por horas la guitarra.

Suspiros de frustración de mis otros compañeros.

Supe que ya no daríamos más, así que abrí la boca para pedir que nuestro ensayo finalizar.

—es suficiente por hoy, vamos a casa. Bien hecho, i miei amori.

Automáticamente todos soltaron sus instrumentos como si estos los quemarán y corrieron por sus cosas, supongo que con miedo a que llegara a cambiar de opinión y nos dejará más tiempo matandonos.

—¿sabes algo de Mila?— Mila era nuestra manager y había desaparecido al medio día, otra cosa que me tenía inquieto, ya que cuando esto pasaba no era nada bueno lo que representaba.

—no, no desde la tarde.

—ni siquiera contesta el celular—agrego Boris mientras comía unas pequeñas bolsas de gomitas.

—no es nada bueno—le di la razón a Angelo, yo también estaba inquieto.

—no sean tan negativos, puede que se haya quedado sin batería—intervino Mía tratando de ser positiva.

— o se harto de nosotros, no la culpo— agregó Boris.

—nos ama...cómo sea mañana intentamos hablar con ella, por hoy vamos a casa—todos estuvimos de acuerdo.

No vivimos juntos, cada uno tenía su propio espacio, pero si lo hacíamos cuando había demaciado trabajo. Se escogía una casa y vivamos todos juntos, por lo que duraba esa etapa, cómo ahora.

Actualmente todos residimos en mi hogar. Estaba como a dos horas de aquí.

Angelo conducía, yo lo acompañaba y los dos restantes estaban atrás.

Jugaban entre ellos como si de niños pequeños se tratara, mientras todos cantamos juntos.

Meraki, era la banda de rock más popular y sonada en Italia y ahora en el mundo, por lo que no era raro escuchar contantemente nuestras canciones en la radio.

Solté una carcajada al ver por el espejo como Boris mordía el hombro de Mía y está se la devolvía.

Estos chicos eran mi familia, no era muy cercano a la mía, ya que mi padre era uno de los empresarios mas reconocidos en el negocio de los hoteles. Un hombre serio y correcto, y no, no estaba nada contento conmigo por la vida que llevaba, por ello casi no lo llamaba, me hartaba tener que escucharlo criticarme por cómo me comportaba o lo que hacía.

Me apoye en estos chicos, e hicimos cosas impresionantes cuando descubrimos que compartíamos el mismo amor por la música.

Mi vida se la debía a ellos, mi presente de igual forma.

Una vez que llegamos automáticamente entramos, acordando que nos encargaríamos de nuestros instrumentos, por lo que restaba de hoy queríamos olvidarlos.

Me acosté en mi cama, aliviado por la suave sensación de las blancas sábanas envolver mi cuerpo hasta el cuello. Creí que iba a dormir tranquilo, hasta que sentí unos firmes y tatuados brazos apretarme.

—¿Puedo?—no dije nada, sin embargo si hice un apenas perceptible ruido con mi garganta.

Aquello ya era habitual entre nosotros, había suficiente confianza como para vernos desnudos o tocarnos sin morbo o segundas intenciones.

—buenas noches Dante.

—buenas noches Boris.

 

I WANNA BE YOUR SLAVE | LEE FELIX Donde viven las historias. Descúbrelo ahora