I WANNA BE YOUR SLAVE | LEE FELIX

capitulo 5

DANTE

—¡Un'altra volta !—grite con fuerza. Mi voz se hizo más aguda a medida que cantaba. Los instrumentos de mis amigos creaban la melodía perfecta que acompañaría a nuestra canción y los solos que preparabamos eran intensos.

— ¡Angelo non fare il figlio di puttana e lasciami andare nell'angolo!— solté una carcajada al oír la desesperación en su voz, sin embargo aquello no ayuda pues mi amigo se volvió a negar.

—¡No quiero, me gusta dónde  estoy!.

Supe que hasta que no se solucionará el problema de las posiciones entonces no íbamos a poder continua.

Pero antes de que abriera la boca, la puerta fue abierta de par en par con fuerza de una forma escandalosa. Pero no lo suficiente para callar la pelea entre Angelo y Mía.

Boris y yo lo notamos y con curiosidad observamos como un grupo de adolescentes ingresaba a la sala y se nos quedaban viendo.

Dos de ellos nos observaban con emoción y casi reí al ver cómo uno de ellos daba saltitos. Adorable.

—¡Oh!, No sabia que ya habían llegado. Mi nombre es Bangchan y es un gusto tenerlos aquí y un honor— se inclino hacia nosotros lo que aquí era habitual, por cortesía y respeto hicimos lo mismo.

Tuvo la intención de continuar hablando, pero los gritos de mis amigos no se lo permitieron.

El grupo los observaba curiosos y mi paciencia ya estaba llegando a su límite.

—Chiudi quella dannata bocca tutti e due!—levante mi voz sin previó aviso. Los desconocidos saltaron de la impresión y los míos detuvieron la discusión.

—soy Dante Mancini, líder de Meraki—puse mi cara más inocente aunque sabía que era inútil.

Uno de ellos se movió y avanzo hacia el frente mirándolos sonriente.

—Lee Minho, el chico más guapo y sexy de Stray Kids, a su servicios— reí levemente. Al fin una persona divertida. —me gusta mucho su música.

Fui empujado hacia atrás con brusqueda, me sostuve de lo primero que ví para evitar caer.

—Boris De'santis, baterista— sonrió travieso jugando con el aro que adornaba su labio.

Fácilmente podía decir que el y yo éramos lo más coquetos, tampoco éramos mujeriegos o algo por el estilo, solo sabíamos muy bien aprovechar el momento.

Eran ocho en total y derrepente el recuerdo de hace tres días en aquel evento vino a mi mente. Son ellos.

Por inercia los mire con intencidad buscando con la mirada a aquellas pecas similares a las estrellas.

Estaba más atrás escondido tras un chico de mejillas recordetas, ya no tenía el mismo color de cabello, sin embargo eso no opacaba lo llamativo y exótico que era.

Sonríe levemente mirándolo.

—ti ho trovata bellezza— me miraron confundidos aquellos que no me entendían, pero los que si me miraron curiosos.